¿Cómo tomar descansos en el trabajo? | Blog Nubett
En ocasiones es necesario descansar el cuerpo aunque estés en el trabajo. Popularmente se llama “break” a esa pequeña pausa que se toma durante cualquier actividad importante, incluido lo que haces en horario laboral. Pero, en especial si estás trabajando, la pausa no debe hacerse de cualquier forma, sino siguiendo ciertos secretos que aquí te contaremos. Precisamente por eso hoy hemos escrito este artículo para ti: para darte algunos consejos si necesitas tomar un tiempo de descanso en el trabajo.
5 momentos más adecuados para las pausas
A veces podrás, en pleno trabajo, aprovechar un impasse y recostarte en la silla, cerrar los ojos, respirar, y descansar el cuerpo. Pero si no cuentas con ese compás de espera, puedes aprovechar estos consejos para regalarte un breve tiempo de descanso.
1) El horario de almuerzo
Por supuesto, el primer momento adecuado para tomar una siesta durante el día de trabajo, es el horario de almuerzo. Normalmente las leyes del trabajo incluyen de manera obligatoria una pausa relativamente larga en el horario de comida a mediodía, para que los trabajadores puedan descansar un poco. Esto ayuda a conservar la salud y a evitar errores o accidentes de trabajo. Puedes aprovechar ese tiempo para echar una siesta de algunos minutos y descansar el cuerpo.
Un consejo sabio: Si has tomado una siesta durante el tiempo de descanso en el trabajo, especialmente si es luego de almorzar, asúmela como si hubieras acabado de levantarte en casa. Es decir, date un viaje relámpago al lavabo y aséate la cara y la boca, para que mantengas la elegancia en las maneras frente a tus colegas.
2) Si es posible, pide permiso para tomar una siesta breve
A veces la somnolencia se tiene en la mañana o a media tarde, fuera de la pausa del almuerzo. Y como ya sabrás, cuando hay exceso de sueño durante el trabajo, el rendimiento baja. Si tienes la posibilidad de contar con unos minutos (aunque sean 5 ó 10) para echar una siesta corta, la somnolencia desaparece y el ánimo casi siempre se restablece como por arte de magia.
Sin embargo, siempre que sea posible, no duermas a escondidas, porque dormirás con sobresalto y no descansarás bien. Mejor es pedir permiso a quien corresponda, para tomar una siesta breve, alegando que la necesitas para poder producir más.
Es por esto que algunas empresas implementan espacios donde los trabajadores puedan hacer pausas y breaks si los necesitan. Si tienes algún cargo de dirección en la empresa, no dejes de tomar esto en cuenta. Esta práctica novedosa y aparentemente dispersante, lejos de reducir el rendimiento, lo aumenta.
3) Pausas activas: descansa el cuerpo sin necesidad de detenerte
Una pausa activa no necesariamente requiere que interrumpas el trabajo. Muchas veces puede tratarse simplemente de una de las actividades que podemos hacer en conjunto con la actividad que estemos haciendo durante el trabajo, sin restarle atención. Por ejemplo, la respiración.
Los ejercicios de respiración se han usado durante miles de años, especialmente en el mundo oriental. Dentro del Yoga hay toda una disciplina que se denomina pranayama, y que consiste en realizar ejercicios especializados de respiración. Como pausa activa de respiración durante el trabajo, te recomendamos hacer lo siguiente:
a) Estés haciendo lo que estés haciendo, comienza a respirar de manera más consciente.
b) Intenta que la inspiración y la espiración duren más o menos la misma cantidad de segundos.
c) Después de cada inspiración, intenta retener el aire durante aproximadamente la misma cantidad de segundos que dure la inspiración.
d) Luego de cada espiración, intenta insertar la misma cantidad de segundos sin mover el aire, y luego inspira.
e) El objetivo es que la respiración quede dividida en 4 momentos de igual duración: Inspiración - Retención - Espiración - Nada.
Este tipo de respiración te ayudará a relajarte, pero a la vez te pondrá la mente más alerta, y te será útil para descansar el cuerpo a pesar de que en ese momento no tengas un tiempo de descanso. Si sabes un poco de Yoga, mejor.
4) Breve rutina de ejercicios cuando vayas al baño
Cuando necesites ir al baño, puedes insertar esta pequeña serie de ejercicios que te ayudarán a hacer un break, a descansar el cuerpo y a estirar los músculos. Ya de por sí al levantarte e ir al baño estarás insertando un cambio de ritmo y de postura (de sentado a de pie, como veremos en el punto siguiente) que ayudará a descansar el cuerpo y la mente. Pero añadir los siguientes ejercicios no está de más:
a) Realiza varias torciones de cuello.
b) Realiza varias torciones de tronco.
c) Y para culminar con un ejercicio un poco más fuerte: Alza los brazos estirados a ambos lados del cuerpo hasta la altura de los hombros, y manteniendo así los brazos, alza alternativamente una pierna y luego la otra hasta que las rodillas sobrepasen un poco la cintura. Mantén el tronco erguido y sin bajarlo.
5) Inserta breves minutos de la posición opuesta a la habitual
Alternar entre la posición de sentado y de pie es muy conveniente para descansar el cuerpo. Todo dependerá de cuál sea tu posición habitual durante el trabajo.
Si trabajas sentado, intenta encontrar cada par de horas algún motivo para levantarte y cambiar a posición de pie. Puede ser:
● Ir a tomar agua
● Consumir algún snack
● Mirar por la ventana
● Asistir a algún colega
● Ir al baño
En cambio, si trabajas de pie, debes encontrar algún motivo para poder sentarte. Tu cuerpo te agradecerá esos descansos.
3 malas costumbres
1) Tomar almuerzos o meriendas demasiado abundantes
Si mientras estás trabajando, comes demasiado, corres el riesgo de que te dé un estado posprandial. El posprandial es ese estado de somnolencia intensa o desánimo que puede ocurrir luego de las comidas, en especial luego del almuerzo, sobre todo si la comida ha sido muy suntuosa. El estado posprandial se asocia a una reducción del rendimiento laboral. Es mejor comer ligero, para aprovechar mejor el tiempo de descanso y de trabajo.
2) Tomar siestas demasiado largas durante el día
Tener malos hábitos de descanso también afecta tu rendimiento laboral. Uno de los más frecuentes malos hábitos de descanso es tomar siestas largas durante el día. Esto se cumple incluso si no estás en el trabajo en ese momento, sea porque es fin de semana o estás de vacaciones.
Tomar siestas demasiado largas durante el día se convierte en un círculo vicioso que puede invertirte el reloj biológico o los ritmos circadianos. Si te adaptas a dormir demasiado durante el día, de noche tendrás menos sueño, o ninguno, y al día siguiente sentirás fatiga y tendrás que dormir.
Lo mejor es adaptarte a siempre seguir los ritmos circadianos naturales: estar en vigilia por el día y descansar el cuerpo por la noche.
3) Dormir poco y luego sentir agotamiento en el trabajo
Cualquier persona puede desvelarse por el motivo que sea: por una situación determinada la noche anterior, por consumir algún fármaco con efectos secundarios, por atravesar un episodio de insomnio, etc.
Pero el desvelo se convierte en una mala costumbre cuando se hace sin motivo alguno, o por realizar actividades intrascendentes cuando no corresponde. Es lo que se llama “procrastinar”, en este caso: cambiar el sueño por desvelarte para realizar otros tipos de actividades.
Lo más conveniente es siempre descansar el cuerpo en la noche, que es el tiempo de descanso natural. De ese modo, al día siguiente podrás hacer con más energía las actividades importantes, e incluso las no tan importantes, como esa que te estaba llevando a desvelarte.