¿Mi mente descansa al tener sueños lúcidos? | Blog Nubett

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Hoy te introduciremos en el estimulante mundo de los sueños lúcidos. Sí, daremos buenas respuestas para la pregunta del título del artículo: “¿Mi mente descansa al tener sueños lúcidos?” Pero también aclararemos muchas interrogantes más sobre este tema tan fascinante, tales como: qué son los sueños, qué son los sueños lúcidos, qué son las pesadillas y cómo afectan al descanso, y qué han dicho acerca de la magia de los sueños ciertos personajes célebres que durante su vida tuvieron una relación especial con el fascinante mundo de los sueños, en especial de los sueños lúcidos.

No te pierdas este artículo, porque aquí explicaremos además cómo algunos científicos han demostrado que los sueños lúcidos, es decir, el acto de tomar conciencia y control de tus propios sueños, puede ser incluso una terapia para superar las pesadillas, y muchas cosas más.

¿Cómo los sueños y las pesadillas afectan nuestras horas de descanso?

Una pesadilla es un sueño vivido (a veces tan vívido que parece real) que causa a la persona angustia, miedo, ansiedad o emociones de terror. Habitualmente las pesadillas pueden ser muy realistas, y pueden provocar que la persona se despierte sintiéndose asustada o confundida, y que por unos segundos no distinga entre la realidad del sueño y la de todos los días. De manera general (ya que más adelante entraremos en más detalles sobre esto), las pesadillas pueden ser causadas por una amplia variedad de factores, entre los cuales se incluyen:

·        El estrés.

·        La ansiedad.

·        La depresión.

·        Los trastornos del sueño.

·        Entre otros.

Estas causas que acabamos de listar son sólo un acercamiento. En realidad la etiología final de las pesadillas todavía no se ha esclarecido, ni siquiera en el ámbito científico. Los sueños, como siempre, son uno de los grandes misterios para el ser humano y para la ciencia. Aunque tener pesadillas es una experiencia bastante común en todas las edades (desde la infancia hasta la vejez), si estos eventos ocurren con frecuencia o afectan significativamente la calidad de vida de la persona, puede que sea necesario buscar ayuda médica.

Y es conveniente que hablemos con detenimiento de los sueños y las pesadillas antes de entrar en el tema de los sueños lúcidos, ya que los sueños lúcidos son precisamente una de las terapias que se pueden utilizar contra las pesadillas. Esto lo dice un estudio titulado «Mi sueño, mis reglas: ¿Pueden los sueños lúcidos tratar las pesadillas?»; pero sobre esto hablaremos más adelante.

¿Qué son los sueños?

¿Cuál es el origen de nuestros sueños? ¿Tienen algún significado, o son un simple caos de imágenes generadas por el cerebro mientras dormimos? ¿Realmente existe una simbología onírica universal, es decir, común a todos los sueños, sin que importen la cultura o la etnia? ¿Ciertamente lo que soñamos revela lo que tenemos en el inconsciente, o procede de otro nivel de nuestro ser? ¿Algunos sueños son proféticos o clarividentes, o son mera fantasía y residuos de la cultura literaria, cinematográfica o audiovisual? ¿Por qué recordamos algunos sueños con pasmosa claridad, mientras que otros los olvidamos y normalmente no conseguimos recordarlos aunque lo intentemos con fuerza?

Algunos miembros de la comunidad científica han adoptado la postura de que los sueños son poco más que un ruido cognitivo en el cerebro, sin ningún objetivo o función de importancia. Sin embargo, tal postura no está generalizada ni de lejos, y aparentemente va en contra de la experiencia de muchas personas (científicas y no científicas) que reflexionan e incluso analizan sus sueños, a menudo en busca de pistas sobre su vida diaria o ideas sobre su ser más profundo. En casi todas las tradiciones del conocimiento de todas las épocas a nivel mundial, los sueños siempre se consideran una fuente importante de revelación o de conocimiento. 

Desde el punto de vista científico, los sueños son un fenómeno tanto fisiológico como mental, que normalmente ocurre mientras estamos dormidos. El acto de soñar involucra imágenes, sensaciones y pensamientos que se experimentan en la mente, a veces relacionados con seres, lugares o eventos conocidos o imaginados, y otras veces relacionados con cosas que nos parece no haberlas conocido antes, ni siquiera en la más delirante imaginación. Los sueños son una parte normal y necesaria del proceso de dormir, y pueden ser influenciados por una amplia variedad de factores, tanto internos como externos. A veces los sueños son tan lúcidos, que si, mientras estamos soñando, caminamos muchos kilómetros o realizamos alguna otra proeza agotadora, nos despertamos tan cansados como si no hubiera tal cosa como aquella de “los sueños, sueños son”.

Desde el punto de vista neurológico, los investigadores han contrastado que los sueños ocurren durante la fase del sueño llamado MOR (siglas de “Movimientos oculares rápidos”; más conocido por sus siglas en inglés REM, que significan Rapid eye movement). Dicha fase REM de los sueños ocurre al final de un ciclo de sueño (unos 5 o 6 veces por noche), cuando el cerebro está más activo y genera experiencias sensoriales, emocionales y cognitivas muy semejantes a las de la vigilia.

Por todo lo anterior (y esto es muy significativo desde el punto de vista de los sueños lúcidos), a los sueños REM también se les denomina “sueños paradójicos”, ya que la fisiología cerebral en esa fase del sueño (a diferencia de las otras 4 fases del sueño) es casi igual a la de cuando estamos despiertos. Aunque los sueños pueden ser muy variados, a menudo se asocian con la exploración de deseos, temores, anhelos y conflictos internos de la persona. Por esta razón, muchas personas consideran que los sueños son una forma de procesar y entender las experiencias diarias y las emociones.

Además, algunos investigadores han descubierto que los sueños tienen importantes funciones cognitivas y psíquicas, tales como la consolidación de la memoria o la capacidad de tener un estado de ánimo equilibrado, sin depresiones ni estrés. Algunos estudios demuestran que las personas que padecen del llamado trastorno de sueño REM conductual, tienen mayores riesgos de desarrollar problemas de ansiedad y depresión, lo que demuestra una relación directa entre el buen ánimo y los sueños REM (probablemente incluidos los sueños lúcidos).

¿Qué son las pesadillas?

Las pesadillas son un tipo específico de sueño. Cualquiera un día tiene una pesadilla, o incluso dos. Sobre todo en tiempos difíciles, de estrés, sufrimientos o dificultades, una persona puede tener una pesadilla, aunque en su caso no se trate de algo habitual. Este tipo de eventos no suele ser frecuente para la mayoría de las personas ni suele impedir disfrutar de un descanso de calidad. Un artículo publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine, asevera que el trastorno de pesadillas afecta aproximadamente al 4 % de los adultos, y se puede presentar de manera aislada o como parte de otros trastornos, tales como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). El estudio afirma que las pesadillas pueden afectar significativamente la calidad de vida.

Sólo en un pequeño porcentaje de los casos, las pesadillas ocurren con una frecuencia relativamente alta, hasta el punto de que se puedan considerar un trastorno del sueño. Según la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, para que las pesadillas se consideren un trastorno del sueño a tomar en cuenta, deben ocurrir como mínimo una vez a la semana. En esos casos el buen descanso sí se afecta, a veces de manera crítica, sobre todo cuando la persona comienza a evitar quedarse dormida para de este modo lograr no tener pesadillas. De este punto en adelante, posiblemente lo mejor es recibir ayuda, siempre que la persona sienta que no puede manejar la situación.

Desde el punto de vista vivencial, las pesadillas son sueños angustiantes y aterradores que, sueños al fin, ocurren durante la fase REM del sueño. Pueden constituir un tipo de imágenes profundamente vívidas. Durante una pesadilla, la persona experimenta sensaciones y emociones realistas y puede sentir miedo, ansiedad, terror, confusión y otros sentimientos negativos. Las pesadillas a menudo tienen un tema o crean una historia que involucra situaciones peligrosas o aterradoras, como perseguir o ser perseguido, atacar o ser atacado, caer desde un lugar alto, estar indefenso en un lugar desconocido o participar en una experiencia sobrenatural. Aunque las pesadillas pueden ser molestas y angustiantes, son relativamente comunes y para la mayoría de las personas no implican un trastorno.

No obstante, para algunas personas las pesadillas pueden ser un problema frecuente y afectar negativamente su calidad de vida y su salud mental. Esto puede ser un síntoma de un trastorno de sueño o de un trastorno emocional subyacente, como la ansiedad o la depresión. En estos casos, es importante buscar ayuda profesional para tratar la causa subyacente y manejar los síntomas.

Desde el punto de vista clínico, las pesadillas consisten en eventos repetidos de sueños extensos, extremadamente disfóricos y bien recordados por la persona, que por lo general involucran amenazas a la supervivencia, la seguridad o la integridad física. Al despertar de tales sueños, la persona se pone alerta con rapidez, pero la vivencia onírica y la alteración del sueño causada por la pesadilla provocan un malestar clínicamente significativo, que puede provocar alteraciones del estado de ánimo, daños en las relaciones sociales, deterioro cognitivo o educativo, así como impactos negativos en otras áreas del sueño.

¿Por qué las pesadillas pueden producir agotamiento?

Vivencialmente todos sabemos que las pesadillas pueden provocar fatiga y cansancio, aunque no hay que dar esto por sentado. A veces, luego de que una persona tiene una pesadilla, gracias a la tensión liberada consigue relajarse de manera tan profunda, que duerme y descansa todavía mejor. No obstante, esto no es lo más común. Las pesadillas pueden agotar por diversas razones, como las siguientes:

·        Interrumpen el sueño: Las pesadillas pueden interrumpir el sueño profundo y causar que la persona se despierte o se sienta agitada. Esto puede provocar que sea difícil volver a conciliar el sueño y puede afectar la calidad del sueño en general. Téngase en cuenta que uno de los parámetros de un sueño de calidad es dormir de manera ininterrumpida.

·        Generan emociones negativas: Las pesadillas pueden causar ansiedad, miedo y otros sentimientos negativos, que pueden durar hasta tiempo después de despertarse. Esto puede provocar que la persona se sienta agotada y desequilibrada durante todo el día.

·        Aumentan el nivel de hormonas del estrés: Durante una pesadilla, el cerebro libera hormonas relacionadas con el estrés (tales como la adrenalina y el cortisol), que pueden acelerar el ritmo cardíaco y la respiración. Esto puede causar un aumento en la producción de energía e impedir el restablecimiento del sueño, y, al mismo tiempo, agotar los recursos del cuerpo.

·        Provocan preocupación y ansiedad: Las pesadillas pueden ser tan realistas, vívidas y aterradoras, que pueden causar preocupación y ansiedad durante la vida cotidiana. Esto puede distraer a la persona y agotar su energía mental y emocional.

En general, las pesadillas agotan a la persona debido a que interrumpen el sueño, causan emociones negativas, liberan hormonas del estrés, y crean preocupación y ansiedad incluso hasta mucho tiempo después de haberse despertado y levantado de la cama.

¿Qué ocurre en el cerebro durante una pesadilla?

Durante una pesadilla, el cerebro se mantiene muy activo y genera un sueño aterrorizante, que puede causar ansiedad y miedo en la mente y en el cuerpo físico. Algunos estudios sugieren que las pesadillas se producen durante el sueño REM, y es lógico que así sea, ya que REM es la fase en que se producen la inmensa mayoría de los sueños (si bien eso no significa que no soñemos en otras fases del sueño). En la fase REM los ojos se mueven rápidamente y los sueños son más vívidos y realistas, por lo que es normal que podamos recordar las pesadillas con tanta claridad.

En términos neurológicos, las pesadillas se asocian con una actividad aumentada en las áreas del cerebro responsables de la regulación emocional, como la amígdala cerebral, conjunto de neuronas encargadas de activar el sistema de estrés de lucha o huida controlado por el hipotálamo. Estas áreas pueden responder exageradamente a los estímulos emocionales negativos en el sueño, y ello puede producir una pesadilla.

Además, durante una pesadilla, la actividad en las áreas responsables de la regulación de la atención y la conciencia puede disminuir, lo que puede obstaculizar la capacidad de la persona para despertarse y controlar el sueño. La sensación de miedo y ansiedad que se experimenta durante una pesadilla también puede ser realista y desconcertante, y esto puede aumentar la tensión emocional y dificultar la capacidad de la persona para regresar a un estado de sueño tranquilo y reparador. La activación exagerada de las áreas emocionales y la disminución de la regulación de la conciencia y la atención en el cerebro durante el sueño, pueden provocar despertares permanentes o prematuros, que luego producirán fatiga durante el día.

¿Qué es una parálisis del sueño y cómo se relaciona con los sueños lúcidos?

La parálisis del sueño es un trastorno del sueño que ocurre cuando una persona experimenta una incapacidad temporal para moverse o hablar mientras se está despertando o se está quedando dormida. Durante la parálisis del sueño, la persona puede sentirse completamente despierta y consciente, pero momentáneamente no tiene la capacidad de moverse o de hablar aunque lo intente con fuerza. La parálisis del sueño puede ser una experiencia aterradora, ya que a menudo se acompaña de alucinaciones visuales o auditivas, e incluso se pueden considerar un tipo de sueño lúcido. Por eso hay personas que no asumen la parálisis del sueño como una experiencia negativa, sino como un tipo de sueño lúcido que se puede experimentar, explorar, o incluso disfrutar.

La parálisis del sueño puede ocurrir por varias razones, tales como el trastorno del sueño llamado narcolepsia, el insomnio, el estrés, la ansiedad, el cambio en los patrones de sueño, el consumo de alcohol y drogas, y algunas condiciones médicas. Aunque la parálisis del sueño puede ser una experiencia incómoda y perturbadora, generalmente no es peligrosa y puede recibir tratamiento mediante cambios en el estilo de vida. También puede tratarse mediante terapia médica si es necesario.

En el acápite siguiente sobre sueño y neurología, entre otras cosas abordaremos brevemente la relación entre la parálisis del sueño y el descanso, y sobre una terapia no farmacológica que con frecuencia se utiliza para tratar a personas para las cuales la parálisis del sueño resulte perturbadora.

Sueños y pesadillas desde la óptica de la neurología

Los sueños, como fenómeno profundamente relacionado con la actividad cerebral, con frecuencia se estudian desde la neurología. Desde un punto de vista neurológico, las pesadillas son un fenómeno relacionado con el sueño y el cerebro. Se cree que las pesadillas están relacionadas con la respuesta de lucha o huida del cuerpo ante una situación percibida como amenazante, ya sea imaginaria o ya sea una expresión simbólica de algún referente de la vida diaria. La región del cerebro responsable de este tipo de respuesta nerviosa, que como ya vimos se denomina amígdala cerebral, se activa durante las pesadillas, y provoca la liberación de hormonas del estrés.

Por otra parte, algunos estudios sugieren que ciertas áreas del cerebro, como la corteza frontal, pueden permanecer menos activas durante las pesadillas. Esto podría explicar la sensación de impotencia que muchas personas experimentan durante estos sueños. Las pesadillas pueden ser percibidas como una respuesta neurológica normal ante estímulos percibidos como amenazantes, que activan la respuesta de lucha o huida y generan sensaciones de miedo y angustia. Pero si ocurren con frecuencia, deben considerarse un trastorno del sueño, con todo lo que ello implica en términos de afectación del descanso y de la salud física y mental.

Un estudio llevado a cabo por la Universidad Estatal de Colorado, Fort Collins, Estados Unidos, titulado «Restauración efectiva de la tranquilidad del sueño (REST): un estudio piloto y de viabilidad», reafirma algo que sabemos por experiencia empírica: los traumas significativos pueden ser fuente de pesadillas. El estudio se realizó tomando como muestra un grupo de veteranos militares con trastornos del sueño (luego de los eventos del 11 de septiembre de 2001). Se comprobó que tanto las pesadillas como otros trastornos del sueño se pueden aliviar mediante terapia conductual cognitiva de múltiples componentes y terapia ocupacional.

Otro estudio, titulado «Trastorno de pesadillas y parálisis aislada del sueño», de Ambar Stefaniy y Birgit Högl, del Departamento de Neurología de la Universidad Médica de Innsbruck, Austria, demuestra cuán relacionados, en sentido negativo, están las pesadillas, las parálisis del sueño y el descanso. Según dicho estudio, los trastornos de pesadillas y las parálisis del sueño aisladas recurrentes son parasomnias que ocurren en las fases de movimientos oculares rápidos (REM), y que provocan angustia significativa en las personas que las padecen. Las pesadillas pueden impedir significativamente el buen descanso, ya que provocan insomnio debido al miedo a quedarse dormido por temor a que surjan nuevas pesadillas.

Como causas frecuentes de las pesadillas, el estudio propone la hiperactividad en ciertas zonas del cerebro que controlan las emociones, así como el exceso de excitación nerviosa y la canalización de los miedos. Además de lo anterior, en el caso de la parálisis del sueño también puede haber causas de tipo genético y hereditario que afecten los ritmos circadianos, y algunos factores predisponentes tales como la privación del sueño, los horarios irregulares de sueño y vigilia y el desfase horario. En estos casos, una parte importante del tratamiento consiste en evitar los factores predisponentes.

El estudio se refiere principalmente a la llamada “parálisis del sueño aislada”, es decir, a la parálisis del sueño que ocurre alguna que otra vez en la vida de cualquier persona. Asevera que este tipo de parálisis aislada puede solucionarse en un alto porcentaje de los pacientes mediante terapia de ensayo con imágenes, es decir, un tipo de terapia cognitivo conductual cuyo objetivo es que los pacientes con pesadillas reelaboren el mal sueño mediante una imaginación inducida. Esto, como veremos más adelante, se logra con gran eficacia mediante el trabajo con los sueños lúcidos.

Sueño y Psicoanálisis

No podemos dejar de hablar aquí, aunque sea brevemente, del Psicoanálisis y su relación con los sueños. Desde el punto de vista del Psicoanálisis, los sueños son considerados como una forma de procesar y expresar los deseos inconscientes, los conflictos internos y las emociones reprimidas de una persona. Según esta teoría, los sueños son una manifestación de la actividad psíquica inconsciente y pueden ser interpretados para comprender mejor el funcionamiento interno de la mente.

Sigmund Freud, el fundador del Psicoanálisis clásico, desarrolló la teoría de que los sueños son una forma de satisfacer los deseos inconscientes que no pueden ser realizados en la vida diaria. Según Freud, los sueños están estructurados de manera simbólica y cifrada, y para comprenderlos es necesario descifrar esos símbolos y traducirlos a un lenguaje consciente. De este modo, el análisis y la interpretación de los sueños fungen como una forma de terapia, que perfectamente puede solucionar las pesadillas o inducir los sueños lúcidos.

De hecho, uno de los aspectos más importantes de la teoría freudiana es que los sueños pueden ser asumidos como una forma de resolver conflictos internos, ya que el subconsciente utiliza los sueños para trabajar en problemas y desafíos que no se pueden abordar de manera consciente. Para el psicoanálisis, los sueños son una forma indirecta de acceder y comprender los deseos, conflictos y emociones inconscientes de una persona, que la misma no puede aceptar o manifestar desde su conciencia diurna. Como tal, los sueños pueden ser utilizados como una herramienta para el desarrollo personal y la comprensión de la propia psiquis, para lo cual es necesario desarrollar una capacidad simbólica en el análisis.

 

En realidad, los sueños lúcidos pueden ser muy estimulantes y requieren una gran cantidad de atención y concentración, lo que puede mantener el cerebro activo durante el sueño. Por otro lado, si una persona tiene sueños lúcidos con regularidad y los encuentra relajantes, puede ser que su mente encuentre un descanso en ellos. Al final, depende de la persona y de su experiencia individual con los sueños lúcidos.

¿Las pesadillas pueden impedir el descanso de calidad?

La respuesta a la pregunta de este acápite es que sí, que las pesadillas sí pueden afectar significativamente el descanso y la calidad del sueño. Como las pesadillas pueden ser tan intensas y aterrorizantes, pueden provocar que la persona se despierte en medio de la noche o incluso excesivamente temprano en la madrugada o en la mañana.

Además, las pesadillas pueden ser tan impactantes, que la persona puede desarrollar miedo a volverse a dormir y experimentar otra pesadilla, o incluso la misma pesadilla, ya que a veces una pesadilla puede ser recurrente, con ligeras variaciones pero con el mismo contenido simbólico. Todo esto puede llevar a una acumulación de sueño no reparador y puede afectar negativamente el bienestar emocional y físico de una persona. Debido a esto, es importante buscar tratamiento si las pesadillas son frecuentes y están afectando significativamente la calidad de vida de una persona, y si la persona siente que no puede manejar la situación por sí misma.

¿Mi mente descansa o no descansa al tener sueños lúcidos?

Para empezar esta sección tan importante para este artículo, definamos qué son los sueños lúcidos.

¿Qué son los sueños lúcidos?

Los sueños lúcidos son un tipo de sueño durante el cual la persona es consciente de que está soñando y puede controlar y manipular su propio sueño. Durante un sueño lúcido, la persona puede tener un mayor o menor grado de conciencia y control sobre el contenido y el curso de sus sueños, lo que le permitirá experimentar situaciones y escenarios de manera menos o más intensa y realista. Esto significa que hay sueños más lúcidos que otros.

Durante un sueño no tan lúcido, puedes tener cierta conciencia de que estás soñando pero no poder controlar el sueño; o puede ocurrir al revés: tienes control del sueño pero no lo percibes con tanta claridad. Los mejores sueños lúcidos incluyen mucho control de la situación onírica y gran claridad de los detalles de la realidad onírica, por absurda que parezca.

Desde el punto de vista de la ciencia neurológica, se cree que los sueños lúcidos (tal como los sueños comunes y las pesadillas) ocurren durante la fase de sueño REM, y que involucran una mayor actividad en áreas del cerebro asociadas con la conciencia y la atención. Los sueños lúcidos pueden ser utilizados como una herramienta para mejorar la vida diaria, como resolver conflictos emocionales o practicar habilidades y destrezas. También pueden ser una fuente de creatividad e inspiración, ya que permiten a las personas experimentar y explorar sus deseos y anhelos de manera más intensa.

Sobre el tema de los sueños lúcidos analizados desde la neurología, existe un enjundioso estudio llevado a cabo por institutos del sueño de tres países (Brasil, Países Bajos y Estados Unidos), y titulado «La neurociencia cognitiva del sueño lúcido». Dicho estudio se ocupó de revisar detalladamente la bibliografía neurocientífica que resultó de investigaciones basadas en el estudio de sueños lúcidos a partir de registros electroencefalográficos, de neuroimagen, de lesiones cerebrales, tratamientos farmacológicos y de estimulación cerebral. El objetivo ulterior de tal investigación ha sido desarrollar métodos para lograr inducir sueños lúcidos en las personas, con objetivos terapéuticos (por ejemplo, como tratamiento contra las pesadillas, como veremos un poco más adelante). Las conclusiones en este sentido han sido:

·        La combinación de un entrenamiento mental con estimulación colinérgica ha mostrado resultados prometedores como método de inducir sueños lúcidos.

·        No está del todo claro si la estimulación cerebral eléctrica puede utilizarse para inducir sueños lúcidos.

·        Se necesitan estrategias para medir el sueño lúcido, incluidos los procedimientos de mejores prácticas para el laboratorio del sueño.

·        Los sueños lúcidos pueden tener aplicaciones clínicas y científicas, y muestran un potencial emergente como metodología en la neurociencia cognitiva de la conciencia.

·        Se requiere más investigación sobre este campo, con tamaños de muestra más grandes y una metodología más refinada.

¿La mente descansa durante los sueños lúcidos?

Durante el sueño, incluyendo los sueños lúcidos, la mente y el cuerpo descansan y se recuperan. El sueño es un proceso importante para la salud mental y física, y ayuda a la mente a reorganizar y procesar la información adquirida durante el día. En el caso de los sueños lúcidos, puede ocurrir un mayor grado de conciencia y control por parte de la persona sobre su sueño, lo que puede resultar en una experiencia más intensa y emocionante. Sin embargo, esto no significa que la mente no esté descansando y recuperándose durante el sueño lúcido.

De hecho, algunos estudios sugieren que los sueños lúcidos pueden ser especialmente útiles para la salud mental, ya que permiten a las personas trabajar en conflictos y problemas de manera más efectiva y resolverlos de manera más satisfactoria.

Por muy intensos y aparentemente agotadores que puedan ser los sueños lúcidos debido a que son una experiencia más intensa y consciente que otros tipos de sueños, la mente y el cuerpo siguen descansando y recuperándose durante el sueño lúcido, consolidan conocimientos, solucionan conflictos emocionales, y aportan informaciones que pueden ser significativas para las situaciones de la vida diaria.

Los sueños lúcidos como tratamiento contra las pesadillas

Hablar sobre cómo solucionar las pesadillas, es un tema de la mayor importancia y relevancia. Para algunas personas, las pesadillas pueden llegar a ser una fuente de sufrimiento tan grande, que pueden terminar suicidándose. Existe un estudio que mencionamos de paso más arriba, y que se titula «Mi sueño, mis reglas: ¿Pueden los sueños lúcidos tratar las pesadillas?». Este estudio asevera (y cita fuentes para justificar su afirmación) que en pacientes deprimidos existe una relación entre las pesadillas y el suicidio. Al parecer, el mal presentimiento poco tiempo después de despertarse de las pesadillas persiste durante el resto del día, se asocia con melancolía y provoca un mayor riesgo de depresión y suicidio. Por eso decimos que es importante comprender y encontrar tratamientos efectivos contra las pesadillas.

El artículo que acabamos de referenciar, precisamente realiza un acercamiento a los sueños lúcidos como posible tratamiento contra las pesadillas, o al menos como herramienta auxiliar durante el tratamiento de las mismas. El enfoque es novedoso, ya que los autores primeramente realizaron una exhaustiva revisión bibliográfica sobre el tema, y consideraron que no se ha investigado lo suficiente. Primero que todo, por supuesto, el artículo debe dar una definición de lo que son los sueños lúcidos, al menos en el marco de su investigación. Así define el estudio el concepto de sueños lúcidos, desde la óptica de su función como tratamiento contra las pesadillas:

“Los sueños lúcidos (LD) son aquellos en los que los sujetos son conscientes de que están soñando durante el sueño, e incluso pueden controlar la trama onírica. Esta posibilidad abre un camino para ayudar a las personas con pesadillas”.

Así pues, la utilidad de los sueños lúcidos como posible tratamiento de las pesadillas, estriba en que, durante los sueños lúcidos, la persona puede ser consciente de que está soñando, e incluso puede ir un paso más allá, y controlar los eventos de su sueño. Estas características intrínsecas del sueño lúcido pueden implicar su utilización terapéutica como apoyo para ayudar a personas que sufren del trastorno de las pesadillas.

¿De qué manera pueden ayudar los sueños lúcidos a superar las pesadillas? A través de resignificaciones de la escena onírica. Es decir, si la persona desarrolla la capacidad de darse cuenta de que está soñando y logra tener determinado control sobre el contenido de sus sueños, puede transformar la pesadilla en un sueño normal, y de esta manera garantizar un sueño reparador.

La posibilidad de ser conscientes de los sueños o incluso controlarlos, puede tener un enorme poder terapéutico y sanador contra las pesadillas. Si el soñador adquiere lucidez sobre la pesadilla, puede dejar de temer las amenazas gracias a que sabe que sólo se trata de un sueño, que nunca podrá provocar daños físicos en la vida real. La persona además puede despertarse durante la pesadilla, e intentar neutralizarla, o hacerla agradable. Otra táctica consiste en que el soñador lúcido se enfrente a la fuente del miedo; los monstruos, por ejemplo. Se puede incluso hablar con el monstruo y así averiguar si tiene alguna razón específica para estar en el sueño de la persona, y por esta vía descubrir miedos, terrores y traumas que subyacen en las pesadillas.

Relación entre sueños lúcidos y ensueños

El primero en hablar del ensueño desde la óptica en que aquí lo analizaremos, fue el escritor y antropólogo peruano-estadounidense Carlos Castaneda. Castaneda se hizo célebre en la segunda mitad del siglo XX por sus libros sobre la filosofía y las prácticas espirituales y cognitivas de los chamanes de México actual y antiguo. Entre las prácticas de las que habla, el ensueño ocupa un lugar muy importante. Su libro El arte de ensoñar (1993) es el noveno de una larga serie de escritos en los que relata su consumación como hombre de conocimiento, incluido su aprendizaje sobre el ensueño.

En realidad Castaneda habló detalladamente sobre el ensueño en varios de sus libros (si bien en ninguno lo hizo tan profunda y detalladamente como en El arte de ensoñar. Según Castaneda, el ensueño es una técnica para explorar y controlar el mundo de los sueños, y se basa en la idea de que existe una realidad aparte a la de la vida cotidiana, a la que se puede acceder a través de la práctica del ensueño. Para Castaneda, el ensueño es una técnica para adquirir conocimiento y para tener experiencias más allá de lo que se puede experimentar en la vida diaria. A través del ensueño, se puede explorar el mundo de los sueños, desarrollar habilidades cognitivas especiales y explorar la conciencia de uno mismo.

Castaneda describe diferentes técnicas para entrar en el estado de ensueño, incluyendo “parar el diálogo interno” (que implica detener la voz interior que constantemente habla en la mente y distrae la atención), y el acto de “mirarse las manos” de manera voluntaria dentro del sueño (que es lo que permite que la persona se dé cuenta de que está soñando). Según Castaneda, el ensueño es una práctica avanzada que requiere disciplina y entrenamiento, pero que puede conducir a una comprensión más profunda de uno mismo y del mundo.

En dependencia de la óptica desde la cual se miren, los sueños lúcidos y los ensueños pueden considerarse un mismo fenómeno o considerarse fenómenos distintos. En caso de que se consideren fenómenos distintos, se establece que los sueños lúcidos pueden implicar cierto grado de conciencia y control de los sueños, pero no en el grado tan alto en que se logra eso durante un ensueño. Se dice que los ensueños, a diferencia de los sueños lúcidos, implican a la energía sexual (en esto el enfoque de Castaneda se asemeja un poco al punto de vista freudiano), y que por eso no sólo garantizan una percepción asombrosamente vívida de los sueños, sino que garantizan un descanso especialmente profundo y reparador.

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