Silencio y descanso: Dos necesidades de tu mente | Blog Nubett
Silencio y descanso son un par de bienes de suma importancia para ti y para cualquier ser humano. A pesar de que todo está en continuo movimiento y bullicio, en cierto momento el mundo y el planeta entran en una fase de bastante silencio: es la noche, la hora ideal para el descanso de calidad. Si no tienes silencio y otros buenos hábitos de descanso, debes crearlos. El silencio aporta a la salud a nivel psíquico y el descanso aporta a la salud a nivel físico. Y ambas cosas generan felicidad y plenitud. Veamos más detalles sobre este tema.
¿Sabes cómo disfrutar del descanso?
Los antiguos chinos llamaron a la noche “la hora Yin”, es decir, el momento en que los ritmos naturales del cuerpo se disponen a descansar en armonía con el planeta, que también se encuentra en fase de mayor silencio, oscuridad y quietud. Si con esto no sigues los ritmos y ciclos de la naturaleza, sin dudas más temprano que tarde tendrás problemas de salud.
Y por si acaso has perdido el rumbo de tu propio descanso, aquí está el blog de Nubett para regalarte algunos buenos consejos que te ayuden a recuperarlo:
● Desarrolla la capacidad de desconectar. Descansa realmente, no a medias. Es decir, desconecta de verdad. Trabaja cuando trabajes y descansa cuando descanses. Si cuando estás de descanso insertas el trabajo en el descanso, no estarás desconectando ni descansando realmente, al menos no en términos mentales. Desconectar realmente no siempre es fácil para todas las personas. Pero si perseveras lo lograrás.
● Dedica tiempo a descansar. Parece una perogrullada decir esto, pero no lo es. Hay personas que dedican “cero tiempo” a descansar, y luego no saben por qué su rendimiento baja en todos los sentidos y niveles, tanto en lo físico como en lo emocional, mental y espiritual. No es en balde que todos los seres en nuestro planeta dedican algún tiempo a descansar.
● A veces hay que descansar más tiempo. No todas las personas tienen suficiente con un día de descanso. Hay quienes, cuando pasa ese día de descanso, sólo estaban empezando a adaptarse a que estaban descansando. Si tú eres de esas personas, en la medida de las posibilidades intenta no dedicar un solo día al descanso, sino al menos dos. No es por puro gusto (aunque también) que durante los fines de semana se recesan las actividades laborales.
● El descanso es algo espontáneo, pero no tanto. Aunque el descanso es algo totalmente natural, a veces hay que crear las condiciones para descansar, porque no se dan solas. Por ejemplo: es necesario combinar silencio y descanso (como estamos viendo en todo este artículo), en el sentido de tener un espacio tranquilo donde acostarse, así como hay que tener buenos hábitos de descanso: un horario usual de sueño, no comer antes de dormir, evitar ciertos alimentos cerca de la hora del sueño, no tomar siestas de día, etc.
● No pongas la diversión por encima del descanso. No es que tengas que avejentarte y no salir nunca a la calle. Sin embargo, no es buena idea que pongas la diversión por delante del descanso. Si tienes que elegir entre salir y descansar (porque sólo tienes tiempo para una de estas cosas), pues elige el descanso. Si quieres tener tiempo para ambas cosas, organiza mejor tu agenda. Pero el descanso siempre tiene que ocupar un primerísimo lugar.
● No te obsesiones con el trabajo. El apuro del mundo contemporáneo, y la necesidad de ser rentable y competitivo, se han vuelto obsesiones que atentan contra un buen descanso. Ojalá no sea tu caso, pero si lo es, ten en cuenta que no descansar para poder trabajar más es un espejismo. El organismo es más productivo, e incluso más creativo, cuando puede disfrutar de un descanso de calidad.
4 tips para conseguir momentos de paz y silencio
1. Haz de la lectura un hábito antes de dormir
Leer antes de dormir es un buen hábito. Algunas personas dicen: “Nunca me duermo sin haber leído al menos una página de un libro”, y de veras que hacen bien. La lectura disipa el estrés y favorece la relajación física, emocional y mental.
Por supuesto, leer antes de dormir fomenta los sueños agradables (aunque eso depende del tema del libro), y ejercita la memoria para su proceso de clasificación de recuerdos durante el sueño. Desarrolla el cerebro y estimula la imaginación, pero en un estado tranquilo y sin hiperactividad mental, a diferencia de lo que hacen los videojuegos, la TV o la Internet antes de dormir.
Si quien va a dormir es un niño o niña que todavía no sabe leer, conviene que un adulto le lea antes de dormir algún libro apropiado para su edad. De este modo se irá fomentando en el infante el hábito de lectura, asociado a tantos bienes mentales como son la imaginación, la inteligencia, el pensamiento claro y ordenado y la buena memoria.
2. Crea un espacio acogedor y tranquilo en tu dormitorio
Por supuesto, un ambiente acogedor en el dormitorio empieza por que el espacio esté ordenado y limpio. Pero el dormitorio acogedor y tranquilo no se reduce a orden y silencio. También debe entrar por la vista. Sigue estos consejos para lograrlo:
● Pinta tu dormitorio con combinaciones de colores que te gusten y que promuevan la relajación
● No recargues la decoración, sino que más bien mantenla sobria, con objetos que promuevan el descanso.
● Prueba en la practica hacia que dirección la cama luce mejor y fomenta más el descanso de calidad.
3. Ten hábitos de descanso regulares
Esto significa que siempre o casi siempre te vayas a dormir dentro de un rango de horario. Por ejemplo, de 10 a 11 de la noche, de 11 a 12, siempre antes de la medianoche, etc. El horario lo decides tú según tus posibilidades o necesidades. Aquí lo importante es que mantengas ese horario como uno de tus buenos hábitos de descanso regulares.
4. Aprende a meditar y a serenar el espíritu
Tal vez te has preguntado por qué cada vez más personas se interesan por la meditación. ¿Qué es la meditación? Es un antiguo arte espiritual que el mundo occidental ha aprendido básicamente del mundo oriental, si bien en muchas culturas del mundo hay prácticas semejantes a la meditación.
Para meditar no necesariamente tienes que sentarte en alguna āsana o postura corporal (las conocidas como “Loto”, “Semi-Loto” etc.) ni hacer mudras con los dedos de las manos. Puedes hacerlo si quieres, pero no es obligatorio.
Muchos asumen esas posturas para meditar, pero ya muchos orientales (por ejemplo, algunos patriarcas del Zen) decían que sentarse a meditar es un absurdo si no pasas el resto del día en ese estado de paz.
Así que tenlo en cuenta: Meditar es básicamente un estado de conciencia más que una posición corporal. La meditación es, en principio, un grado especial de relajación. También es muchas cosas más, pero no deja de ser relajación profunda.
Por eso, para meditar, sólo debes sentarte con el cuerpo relajado y el tronco recto, y no hacer absolutamente nada ni física ni mentalmente. Puedes cerrar los ojos, o puedes sólo entre cerrarlos (el estilo Zen). Y comprende la relajación no como un estado que ya tienes, sino como un estado que vas alcanzando poco a poco y cada vez con mayor profundidad.
Algo importante durante la meditación, para que la mente en verdad quede en un estado de silencio y descanso, es que sueltes los ojos, que no dejes que se muevan. Si los ojos se mueven, es porque estás atendiendo al pensamiento, y eso no es meditar. Puede que de momento no consigas detener del todo el pensamiento, pero lo que debes empezar a hacer es no tomarlo en cuenta durante la meditación. El pensamiento durante la meditación es sólo un ruido que no debes atender. Por eso: suelta los ojos y déjalos absolutamente inmóviles y relajados. Eso poco a poco te llevará al pensamiento vacío.
Se puede decir perfectamente que la meditación combina silencio y descanso: silencio para la mente y el espíritu, descanso para la psiquis y para las emociones. Y gracias a todo esto, la meditación fomenta también el descanso y el silencio interior a la hora del sueño. Ya sea que medites antes de dormir o en cualquier otro momento del día, de seguro avanzarás hacia una vida más sana.