Hábitos del sueño en niños | Blog Nubett
Las horas de sueño en los niños son importantes para su salud, su crecimiento y su aprendizaje. Hay que velar por que los pequeños cumplan con los ciclos de sueño apropiados para su edad y su nivel de actividad. Como veremos en este post, la cantidad de horas de sueño que necesitan los niños es diferente de la de los adultos. También es conveniente saber cómo conciliar el sueño rápido, para evitar que los infantes se desvelen. En Nubett apreciamos tu confianza y te daremos los mejores consejos para que tu niño tenga buenos ciclos de sueño.
Ciclos de descanso y las horas de sueño en niños
Existen ciclos o fases especiales de sueño en los niños. Es bueno que los padres se familiaricen con esto, para que puedan propiciar un buen descanso en sus hijos. Los científicos han estudiado que los niños combinan 4 fases de sueño durante la noche. Estas etapas se van profundizando en la medida en que se avanza de una a la otra. De ahí la importancia de que no haya interrupciones entre fase y fase de los ciclos de sueño.
El otro punto que debemos tomar en cuenta para el buen descanso de los niños, es la cantidad de horas de sueño que necesitan. Esta cantidad de horas cambia según la edad del niño. La cantidad de horas combina las horas totales de sueño en 24 horas, por lo que se incluyen las siestas. Veamos a continuación la cantidad de horas de sueño que deben tener los niños según su edad:
● Bebés de 4 a 12 meses: de 12 a 16 horas al día.
● Niños pequeños de 1 a 2 años: de 11 a 14 horas al día.
● Niños de prescolar de 3 a 5 años: de 10 a 13 horas al día.
● Niños de primaria de 6 a 12 años: de 9 a 12 horas al día.
Importancia de los ciclos de sueño en niños
Cumplir con los ciclos de sueño es sumamente importante para los niños. Los ciclos de sueño tienen una función reguladora y a la vez reparadora para su pequeño organismo. El descanso regula la temperatura corporal, y durante el sueño profundo se libera la llamada hormona del crecimiento. Esta hormona es fundamental para el desarrollo de todos los órganos de un cuerpo en crecimiento. Que el niño pueda dormir todas las horas que necesita durante la noche, beneficia el aprendizaje y eleva el nivel de atención durante el día.
A veces los padres no vemos la estrecha relación que existe entre los ciclos de sueño y el comportamiento diurno en los niños. Una actitud hiperactiva puede deberse a que el niño no está cumpliendo con los ciclos de sueño. Niños antipáticos, que presentan cambios de comportamiento extremos, también pueden estar durmiendo mal. El desarrollo neuronal y de todo el sistema nervioso, así como de las emociones, depende de tener un buen descanso.
5 consejos para que los niños duerman bien
Lo primero a tomar en cuenta es que dormir bien es un hábito que los niños aprenden de sus padres. Descansar bien es una costumbre que los padres deben inculcar a los hijos, y forma parte de la educación. Saber cómo conciliar el sueño rápido, es algo que se enseña desde la cuna. Como padres, debemos intentar estar tranquilos y seguros, para poder transmitirles ese estado de confianza a nuestros hijos. Por eso, te daremos estos 5 tips que te ayudarán a educar en tus hijos buenos hábitos y ciclos de sueño.
1) Establecer un horario de sueño
Decir al niño que vaya a dormir más o menos a la misma hora, o bien acostarlo en su cuna cuando empiece a tener los primeros signos de sueño. Esto hace que el cuerpo cree un reflejo condicionado para el descanso.
Si el niño empieza a rascarse los ojos, bosteza o se pone melindroso, ha llegado la hora de acostarlo. Es el momento perfecto, ya que aún está despierto y así conciliará el sueño ya en su cama, solo. De este modo se irá creando el hábito de ir a descansar.
2) Crear un contexto tranquilo en el dormitorio
Es importante propiciar al infante un ambiente tranquilo en el dormitorio. Recomendamos crear una rutina de sueño, que se cumpla aproximadamente de la misma forma todas las noches. En el dormitorio debe haber luces bajas y una temperatura agradable.
Conviene la lectura o narración oral de un cuento, hecho por alguien cercano (mamá, papá, abuelos, hermano, etc.) Tal vez una música relajante y suave, con volumen indirecto. Todas estas actividades serán estímulos que el niño asociará con el sueño. Es una manera de ayudarlo a crear el reflejo de conciliar el sueño rápido.
3) Desconectarse temprano de los medios
Es bueno evitar antes de dormir la actividad cerebral que se genera al ver la televisión, los dispositivos, los videojuegos, etc. Todo esto puede impedir que el niño concilie el sueño de forma rápida. Esas actividades crean excitación en el sistema nervioso en vez de propiciar la relajación, y eso puede generar insomnio o interrupciones del sueño.
El dormitorio del niño debe estar tranquilo, sin juguetes, videojuegos ni aparatos electrónicos que emitan luces fuertes, tales como celulares, televisores, tabletas, etc. Todo eso pone al cerebro en fase de vigilia, no de sueño.
4) Que la última comida del día sea ligera
La última comida del día debe ser ligera, salvo que la separen varias horas del momento de dormir. Los alimentos ligeros inducen la relajación y el descanso. Hay que evitar todo tipo de bebidas o alimentos estimulantes como los chocolates o las gaseosas, que contienen cafeína y exceso de azúcares (hay que evitar los alimentos muy azucarados en general).
En cambio, es recomendable un vaso de leche o la ingesta de frutas, ya que ayudan a conciliar el sueño más fácilmente. También debemos evitar dar a los niños mucho líquido antes de dormir, porque eso puede provocar la interrupción de los ciclos de sueño para ir al baño durante la madrugada, o incluso puede generar enuresis o incontinencia nocturna (orinarse en la cama).
5) Enseñarles a dormir en soledad
En caso de que nuestro pequeño se despierte llorando o con hambre en la noche, es importante atenderlo. Sin embargo, hay que evitar cambiarlo de lugar, o llevarlo a la cama de los padres. También hay que evitar la rutina de que el niño a hurtadillas se cambie a la cama de los padres.
Si se despierta de madrugada, lo ideal es acompañarlo, pero sin que deje de estar acostado en su cama. No se deben encender las luces a esa hora, a menos que sea una luz nocturna de baja intensidad. Se deben evitar los mimos excesivos en ese momento, ya que pueden crear el mal hábito de reclamar atención de esta manera.
Al mantener al niño en su cama, volverá a conciliar el sueño solo, aunque en algunos convenga acompañarlo hasta que se duerma. Esto creará el hábito de quedarse tranquilo hasta volver a dormirse en futuras ocasiones.
Actividades antes de ir a dormir recomendadas para niños
Te daremos un ejemplo de rutina que puedes seguir a diario para que tu niño pueda conciliar el sueño rápido. La rutina del sueño puedes variarla o mejorarla, según las necesidades y gustos de tu pequeño. Pero una vez que llegues a un punto adecuado, es mejor mantenerla de forma relativamente invariable.
Como padres, es importante tener paciencia y ser constantes también, aunque avancemos poco a poco. Crear buenos hábitos del sueño en nuestros hijos es una tarea a veces no tan fácil, pero forma parte integral de la educación.
Establecer una rutina antes de irse a dormir ayuda a los pequeños a conciliar el sueño más rápido. Siempre es bueno avisarles, alrededor de una media hora antes, que se está acercando el momento de irse a la cama. Luego se debe repetir este llamado 10 minutos antes, para que el niño termine lo que esté haciendo. Suelen ser muy efectivas las rutinas de cepillarse los dientes, dar las buenas noches, o la lectura o narración de un cuento en la cama antes de dormir.
Se recomienda que 1 ó 2 horas antes de irse a la cama, el niño realice una actividad relajante. Incluso se pueden hacer varias actividades o “juegos” relajantes para dormir. Las actividades relajantes le indican a nuestro cerebro que es el momento de descansar. Veamos una lista con algunas de estas ideas:
● Leer o narrarles un cuento infantil a nuestros hijos antes de dormir es muy relajante y estimula su imaginación. Lo más probable es que el niño se quede dormido plácidamente en el ínterin. Puedes cambiar la voz y actuar un poco a los personajes de la historia. De este modo también estaremos inculcando el hábito de la lectura en nuestros pequeños.
● Soplar burbujas es una actividad que ayuda a respirar más pausadamente a los niños, y logra que el organismo se vaya relajando poco a poco. Además, proporciona bienestar y crea un ambiente de ensueño. También el juego del globo en el que los niños se inflan de aire como si fueran un globo. Para luego desinflarse completamente. Ayuda a tener una respiración más pausada.
● Hacer ejercicios de tensión y distensión ayuda a que los pequeños se relajen antes de ir a dormir. Hay varias técnicas que puedes usar si aplicas un poco de imaginación. Por ejemplo, podemos decirles que sientan sus extremidades como si fueran espaguetis que estaban duros y que ahora los deben ablandar, como cuando se cocina un espagueti. O bien que hagan como si fueran robots, tensos como el metal, que luego se convierten en suaves muñecos de trapo.
● Los juegos de imaginación visual o sensorial son muy propicios para lograr la relajación en los pequeños. Podemos ayudarles verbalmente a construir un espacio interior tranquilo en la cama. Elementos como las plantas, el correr de un río, los pájaros, los sonidos del bosque en la noche, son muy efectivos para fomentar los ensueños.
● La risa es uno de los mejores relajantes naturales que hay y que tenemos siempre a la mano. Hacer que nuestro pequeño se ría (sin excesos) antes de ir a dormir, será una de las mejores actividades que puedan hacer juntos.