¿Hay que estar descansado para hacer ejercicio? | Blog Nubett

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Todos más o menos podemos intuir que existe una relación estrecha entre ejercicios, descanso y salud. Por ejemplo, cualquier persona que haga deporte normal (sin llegar a ser un deportista de alto rendimiento), puede notar que los músculos funcionan mejor después de un tiempo de descanso. ¿Pero conoces los detalles sobre la relación tan directa que existe entre deporte, descanso y salud?

Acompáñanos a lo largo de este interesante artículo, en el que, entre otras cosas, hablaremos del descanso deportivo. Al terminar de leerlo te habrás convertido como mínimo en una persona bien informada sobre este tema, si no es que en un experto.

Dolores musculares por la falta de descanso

Respondamos cuanto antes a la pregunta del título del presente artículo: ¿Hay que estar descansado para hacer ejercicio? La respuesta es: por supuesto que sí, que hay que estar descansado para hacer ejercicio y que el cuerpo funcione según su mayor rendimiento. Hacer ejercicio es siempre saludable. Cuando nos ejercitamos:

       Favorecemos nuestro peso natural o normal.

       Disipamos el estrés.

       Fortalecemos el organismo en general.

       Aumenta la capacidad de nuestro sistema inmunitario para hacer frente a agentes patógenos.

       Mejora nuestro estado de ánimo y dejamos de estar irritables por fatiga.

       La circulación se potencia y el sistema cardiovascular lo agradece.

       Finalmente mejoramos la calidad del sueño y aumentamos su cantidad.

       Aumenta nuestra esperanza de vida, pero de vida con calidad.

Sin embargo, como todo en exceso es malo, si luego de hacer ejercicios no descansamos lo suficiente, el cuerpo puede resentirse y no sólo bajar el rendimiento, sino además experimentar dolores en los músculos por sobrecarga.

Especialmente el sistema muscular debe estar descansado y repuesto de la carga del día anterior, antes de poder someterse a una serie de ejercicios que nuevamente lo llevarán a su límite y siempre un poco más allá, según las expectativas normales de las personas que practican ejercicios o deportes.

Es cierto que determinada carga de ejercicios puede provocar molestias en el cuerpo, incluidos los dolores musculares leves. Pero si el dolor es demasiado intenso o si se alarga mucho en el tiempo (más allá de un par de días), en realidad el dolor muscular se convierte en una señal que nuestro cuerpo nos está dando.


Nuestro organismo puede estar enviándonos esa señal de dolor muscular, con el objetivo de informarnos de que estamos haciendo ejercicios en exceso, o para advertirnos de que no estamos teniendo suficiente tiempo de descanso. Además del exceso en la carga de ejercicios o la falta de ejercicios de calentamiento, los músculos duelen precisamente cuando no han descansado bien.

Descansos entre ejercicios y tiempos de descanso

Además de ser importante el descanso en el sentido de dormir la cantidad de horas suficientes, hay que aprender a insertar un tiempo adecuado entre un ejercicio y otro, o incluso entre las varias tandas que normalmente se hacen de un mismo ejercicio. En este sentido también hay que tomar muy en cuenta lo que se llama descanso deportivo.

El descanso deportivo, más que un descanso convencional, es una especie de cambio de ritmo o de descanso en movimiento. De hecho al descanso deportivo a veces se le denomina “descanso activo”, porque consiste en bajar el ritmo del trabajo muscular lo suficiente como para que el cuerpo descanse de la fatiga física, pero sin llegar a detener totalmente la actividad o los ejercicios.


Se considera descanso deportivo activo:

       Practicar el Yoga de las posturas corporales (āsanas) y de los ejercicios de respiración consciente (pranayama).

       Hacer estiramientos, tanto en los momentos previos a la carga principal de ejercicios del día, como en momentos posteriores, cuando ya hayamos parado de hacer ejercicios.

       Practicar ejercicios de baja intensidad, en el sentido de que sean bastante menos fuertes que los que hacemos habitualmente.

       Practicar ejercicios que a la misma vez sean ejercicio y esparcimiento, y que por lo tanto no requieran de un extremo esfuerzo físico (tales como caminar o montar bicicleta).

La práctica de Yoga de ningún modo puede reducirse a ser una mera gimnasia (aunque también lo es), o un método de relajación para descansar el cuerpo. La verdadera práctica de Yoga es una actitud ante la vida, e implica una manera de percibir el entorno, de sentir y de ser, e incluso es una forma de percibir el mundo en general. Hay que decir que lo que en el mundo occidental llamamos Yoga, es sólo la parte más física de un sistema que incluye otras formas de Yoga.

Para que se incorpore bien al sistema del descanso deportivo, la práctica de Yoga, en el sentido de las posturas físicas, debe implicar también cambios internos (emocionales, mentales y espirituales) y externos (en el estilo de vida, en las formas de descansar y en la dieta que sigamos).


El tiempo de sueño a posteriori también debe formar parte de la ecuación de ejercicios, descanso y salud. Disfrutar de suficiente tiempo de descanso es una estupenda manera de recuperarnos de lesiones físicas provocadas por el exceso de ejercicio. Claro que, desde este punto de vista, lo óptimo es mantenernos siempre bien descansados, de modo que el descanso sea una terapia preventiva más que correctiva.

El descanso deportivo o descanso activo, por supuesto, debe combinarse con el descanso pasivo, esto es: el descanso de siempre, el tradicional, el que consiste en dormir la suficiente cantidad de horas ininterrumpidas durante la noche. Para una persona normal, el descanso debe ser de como mínimo entre 7 y 8 horas seguidas.

Sin embargo, cuando se practica ejercicio y se combina el descanso deportivo con el descanso pasivo, se recomienda dormir no menos de 8 ó 9 horas, o más (hasta 13 horas al día) si se trata de entrenamiento intensivo o especial. Esto 

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