Cómo limpiar la almohada y su importancia para la salud| Blog Nubett

Cómo limpiar la almohada y su importancia para la salud| Blog Nubett

Mantener una buena higiene en la almohada y en la funda de almohada es fundamental para propiciar una experiencia de descanso de calidad. Esta parte del equipo de descanso nos puede ayudar a llegar al anhelado sueño profundo, que no siempre se alcanza. Por otro lado, la almohada es una pieza muy importante. Esto se debe a que es la que tiene mayor contacto con la cabeza, la nariz, los ojos, la boca y los oídos, es decir, con todos los lugares donde se localizan la mayoría de las mucosas del cuerpo, que son tejidos sensibles, y a veces vulnerables.

Saber cómo limpiar la almohada y su funda es importante para evitar problemas de salud, tales como las alergias, o para evitar los malos olores al dormir. En Nubett nos preocupamos por que mantengas una buena higiene en tu equipo de descanso. Sabemos que este es uno de los pilares de poder dormir bien. Por eso, hoy te traemos toda esta información, que te ayudará a apoyar tu cabeza sobre la almohada más limpia y la funda más agradable.

Por qué es necesaria la limpieza de la almohada

Tal vez te preguntes por qué vas a necesitar lavar la almohada, si a fin de cuentas esta no es una costumbre muy común. Sin embargo, a medida que te expliquemos, te darás cuenta de que esta limpieza es muy necesaria. En la almohada se acumula mucha suciedad, lo que puede llegar a afectar el descanso y la salud.

Todas las noches esta buena consejera soporta nuestra cabeza durante aproximadamente 8 horas. Esta es razón suficiente para que en la almohada se empiecen a acumular las escamas o células muertas que caen de la piel, así como el sudor, los aceites que expiden la cara y el cuero cabelludo, los fragmentos de cabellos que caen, la saliva que mana de la boca cuando nos relajamos mucho al dormir, etc. Esto por la parte de nuestro cuerpo.

Por parte del ambiente, las almohadas están expuestas constantemente al polvo que hay en las casas, al polen de las plantas que viaja por el aire, al hollín de las ciudades, etc. El polvillo que penetra y se acumula atrae a los ácaros del polvo, cuyos excrementos son un factor alérgeno a tomar muy en cuenta. Además, el sudor y la humedad pueden atraer a otro tipo de microrganismos, tales como las bacterias, el moho y otros tipos de hongos. Dormir en una almohada con poca higiene puede desencadenar diversos procesos alérgicos.

Es importante destacar que la almohada se ensucia incluso si mantenemos la buena higiene de la funda y de la ropa de cama en general. Esto ocurre porque diversos componentes de suciedad de los que vimos antes, se filtran a través del tejido y los poros de la funda y pasan a la almohada. De manera que la limpieza de la almohada es tan necesaria como la de la funda, aunque, como veremos, sus ciclos de limpieza son muy diferentes.

Hay que decir que, si usamos protectores para la almohada, la higiene durará más tiempo. Incluso se ha demostrado que los protectores ayudan a la conservación de la almohada y a alargar su vida útil. Pero nuevamente, esto no exime del lavado de la almohada, ni del protector. Veamos en el siguiente acápite la importancia que para la salud tiene desinfectar la almohada.

Beneficios para la salud de mantener buena higiene en la almohada

Comprender que es sobre la almohada donde respiraremos durante 8 horas seguidas todas las noches, es una razón suficiente para mantenerla limpia. Mantener una buena higiene en la almohada es fundamental para la salud. Veamos qué importancia tiene y cómo nos beneficia la limpieza de la almohada y la funda.

Impide que aparezcan focos de bacterias

Con el paso del tiempo, si la almohada no se mantiene con buena higiene, se puede convertir en un nido de bacterias. Esto puede generar enfermedades, lo cual especialmente delicado si tomamos en cuenta que las bacterias estarán en contacto directo con la cabeza y las mucosas de la cara. El área de mucosas, como la boca, la nariz, los ojos y los oídos, es propicia para la vida de las bacterias. Esto se debe a que ahí encuentran un nicho húmedo, tibio y con alimentos que las ayudan a proliferar.

Evita las alergias respiratorias provocadas por los ácaros del polvo

Lavar las almohadas tiene el beneficio directo de eliminar el polvo acumulado en su interior y en la superficie. El polvo atrae a los pequeños ácaros del polvo, que son un factor alérgico de alto riesgo. Según la Organización Mundial de la Salud, el 33 % de la población mundial padece enfermedades alérgicas, de las cuales la rinitis es la más común. Se estima que 400 millones de personas padecen de rinitis a nivel mundial. La rinitis es una alergia constante en la nariz, provocada, entre otros factores, por las heces que dejan tras su paso los ácaros del polvo. Mantener la almohada libre de polvo evita este tipo de reacciones.

Quita las manchas de hongos y mohos provocadas por la humedad

La humedad que despide nuestro cuerpo se va acumulando en la almohada lentamente, hora por hora y día por día. La limpieza de la almohada evita la aparición de las desagradables manchas amarillas, que suelen venir asociadas con el llamado “olor a humedad”. Lo más desagradable de esto no son las manchas, sino que son provocadas por colonias de hongos y moho, que posiblemente aspiraremos al dormir. Como ya hemos comentado, los hongos y los mohos son factores alérgenos, dañinos para todos, pero especialmente nocivos para la salud de personas que padezcan alergias, ya que pueden desencadenarles crisis.

Elimina los malos olores

Los malos olores se producen como resultado de la acción de las bacterias que descomponen el sudor y otros elementos orgánicos que despide el cuerpo. Estas bacterias despiden un olor que, si no se lleva la suficiente higiene, con el tiempo se puede convertir en el olor de la almohada. Este olor no es agradable y provoca rechazo. Lavar la almohada evita este tipo de fenómenos.

Quitar manchas antes del lavado de la almohada

Antes de la limpieza de la almohada que explicaremos, se deben eliminar las manchas que esta pueda tener. Tanto para manchas de sangre como de café, de vino o de maquillaje, podemos tomar un paño y humedecerlo con agua oxigenada. Luego frotar el paño sobre la mancha hasta que esta desaparezca. En cambio, para las manchas amarillas de humedad, debemos colocar una capa de polvo de bicarbonato de sodio en la superficie de la almohada y dejarlo actuar durante una hora, de modo que el producto absorba toda la humedad de la mancha. Finalmente hay que retirar el polvo usando para ello una aspiradora. Ahora sí que tu almohada estará lista para el lavado.

Cómo limpiar la almohada en 3 pasos

Lo recomendable es hacer la limpieza de las almohadas una vez cada 2 o 6 meses. El intervalo de tiempo menor o mayor va a depender de los componentes de fabricación de la almohada. Por otro lado, aunque mantengas la almohada limpia, es recomendable reemplazarla por una nueva cada 2 o 4 años. En este acápite te enseñaremos paso a paso cómo limpiar una almohada.

Paso 0: Lee la etiqueta

El primerísimo paso es leer la etiqueta de la almohada. En ella probablemente encontraremos las indicaciones del fabricante para el lavado de la almohada. Como sabemos, en el mercado actual existe una gran variedad de tipos de almohadas. Para su fabricación se utilizan diversos materiales, sea en su estado puro, o sea combinados entre sí. Algunas almohadas pueden estar elaboradas con textiles y rellenos naturales, mientras que otras son de materiales sintéticos. Este tipo de datos hay que tenerlos en cuenta para saber los ciclos de limpieza de la almohada y para conocer la mejor manera de lavarla.

Paso 1: ventila y aspira el polvo

En este paso para la limpieza de la almohada, corresponde sacarla al sol, con el objetivo de eliminar la mayor cantidad posible de polvo y humedad. El polvo se puede retirar usando una aspiradora. Si la aspiradora cuenta con una boquilla especial para tejidos, entonces mucho mejor. Se debe pasar la aspiradora por toda la superficie de la almohada, haciendo énfasis en las costuras. Si no cuentas con aspiradora, puedes dar golpes a la almohada con algún utensilio apropiado, de modo que vaya expulsando el polvo.

La ventilación y la eliminación del polvo de la almohada es algo que puedes hacer de forma semanal, aunque no continúes con el paso de lavado. Hacer este proceso al sol hará que la almohada se mantenga con mejor higiene entre un lavado y otro.

Paso 2: lavado y enjuagado de la almohada

Antes de poner la almohada en agua, es bueno conocer que no todos los tipos de almohadas se lavan de igual manera. La forma de lavado va a depender del tipo de material del que se compone la almohada. Ahora explicaremos el lavado convencional en agua, que es el que se usa para la gran mayoría de las almohadas. Sin embrago, en el acápite de abajo explicaremos con detalle los cuidados a tener en cuenta durante la limpieza de los diferentes tipos de almohadas.

Antes de poner la almohada en la lavadora, hay que revisar que el forro no tenga ninguna rajadura; de lo contrario, el relleno se saldrá del forro de la almohada y este material podría llegar a obstruir la lavadora. Si la almohada está en perfectas condiciones, la podemos introducir en la máquina de lavado. Es recomendable lavar dos almohadas a la vez, para que haya un buen equilibrio en la centrífuga de la lavadora. Sin embargo, si ponemos a lavar más de dos almohadas juntas, pueden no quedar del todo limpias. Los ciclos más recomendables para la lavadora son los gentiles o delicados, pero hay almohadas que soportan cualquier tipo de ciclo.

Luego pasamos al proceso de enjuague, que deberá realizarse con abundante agua en caso de que hayas lavado la almohada a mano. Para las almohadas que se enjuaguen en lavadora, es bueno repetir el proceso de enjuague un par de veces. De este modo diluiremos completamente los restos de espuma o detergente que hayan quedado dentro de las fibras.

Paso 3: secado de la almohada

Se puede usar la secadora para el secado de las almohadas que se lavan en lavadora, tales como las que son de poliéster, pluma o algodón. El ciclo de secado debe ser con aire en frío, porque el calor las puede encoger. Las que se lavan a mano, tales como las de espumas y viscoelásticas, deben dejarse secar solas.

Finalmente, todas las almohadas deben colgarse bajo el sol, para que terminen de secarse y se desinfecten completamente. Un truco para esponjar las almohadas es el de poner en la secadora un par de pelotas para secadoras. Esto evita que el relleno se aglomere y cree zonas vacías dentro del forro de la almohada.

Antes de usar la almohada otra vez debemos cerciorarnos de que esté bien seca. Si empezamos a usar la almohada mientras todavía está húmeda, estaremos propiciando la aparición de moho en el interior. El secado al aire puede tomar horas. Una forma de saber si la almohada está seca es tocarla y apretar el relleno con la mano. Si sentimos el interior seco, eso significa que ya está lista. Es mejor hacer este proceso en varias zonas de la almohada para estar bien seguros de que ya se secó y que podemos empezar a usarla normalmente.

Cuidados al lavar los diferentes tipos de almohadas

Es importante conocer qué tipo de tejido tiene el forro de la almohada y qué tipo material de relleno trae. Estos datos se encuentran en la etiqueta adherida al producto por su fabricante. Aquí te traemos una lista de los cuidados que debes tener al lavar los diferentes tipos de almohadas.

Almohadas viscoelásticas, de espumas y de gel

Este tipo de almohadas no son aptas para poner en la lavadora. Sin embargo, vienen con una funda que sí se puede lavar a máquina o a mano. Las almohadas como tal las puedes lavar en seco, usando, por ejemplo, bicarbonato de sodio. Para hacerlo, recubre la almohada con bicarbonato y déjalo que actúe durante 30 minutos. Luego con una aspiradora retira todo el producto, y notarás que la almohada ha quedado desinfectada y limpia.

No obstante, para algunos especialistas del descanso, este tipo de almohadas se pueden lavar a mano, pero sin restregarlas, sólo introduciéndolas en un recipiente lo suficientemente grande como para que se remojen en el agua con detergente o jabón neutros. Para el enjuague se debe seguir el mismo procedimiento, aunque siempre con agua sola.

Almohadas de plumón y plumas

Por lo general las almohadas de pluma sí se pueden lavar en lavadora, pero sólo usando agua fría. Hay que seguir las instrucciones de la etiqueta, debido a que suele haber variaciones en el método según el tipo de plumas. Pero la mayoría resiste lavados A máquina e incluso secadora. Eso sí, hay que usar detergente neutro, agua fría y un ciclo gentil.

Almohadas de algodón o lana

Este tipo de almohadas tienen rellenos de fibras naturales. Se pueden lavar con agua y jabón o detergente. Para algunos especialistas del mundo del descanso, lo más recomendable es que se laven a mano, introduciéndolas en un recipiente con agua. Pero otros afirman que sí se pueden poner en la lavadora si se usa un ciclo delicado.

Almohadas de poliéster o combinadas con poliéster y plumón

La mayoría de estos tipos de almohadas sintéticas se pueden lavar a máquina y secar en la secadora.

Almohadas de trigo sarraceno

Este tipo de almohadas viene con una funda que se puede retirar y lavar bien en lavadora. Pero el relleno, que es de cáscaras de trigo, no se puede mojar. El relleno se retira del forro y se pone al sol para dejarlo ahí en reposo varias horas. Los rayos del sol, el calor y el aire se encargarán de esterilizar el relleno de la almohada.

La importancia de las fundas y su limpieza

Las fundas son esa pieza del ajuar de la ropa de cama que cubre a la almohada y que está en contacto directo con nuestra piel. Este elemento del equipo de descanso se confecciona con tejidos suaves sintéticos, naturales o mixtos. En conclusión, cualquiera que sea la tela con la que esté confeccionada una funda, es importante mantenerla con buena higiene. Una funda limpia va a prolongar también la higiene de la almohada. Antes de lavar las fundas, es importante leer la etiqueta del fabricante. En ella se ofrecen datos como la composición del tejido, si decolora o no, qué productos de lavado puedes usar y cuáles no, etc.

Por lo general las fundas deben lavarse todas las semanas. Pero en temporadas de mucho calor o en las que pasemos por alguna enfermedad, las fundas deben lavarse dos veces a la semana. Lo ideal es aprovechar el cambio de las sábanas y la ropa de cama para cambiar las fundas también. De esta manera nuestro equipo de descanso quedará renovado.

Las fundas se pueden lavar en máquina o lavadora junto con la otra ropa de cama. Por lo general la ropa de cama viene en conjunto con sábanas y fundas. Como se componen del mismo tejido, puedes dar a las fundas el mismo tratamiento que das a las sábanas. Para una mejor desinfección y más eficaz eliminación de gérmenes, lo mejor es que el agua del lavado de fundas esté caliente.

En los casos en que el tejido de la funda lo permita, conviene colocar la funda en agua con cloro durante una hora. Luego lavarla con cloro y detergente constituirá también un buen método de desinfección. En la mayoría de los casos, usar suficiente detergente junto con algún limpiador de ropa (como los cloros para ropa de color), y una buena sesión al sol, dejará la funda limpia y con un aroma delicioso.

 

Artículos relacionados