Todo lo que debes saber sobre la higiene de las sábanas | Blog Nubett
Te queremos contar por qué y, además, compartirte cómo puedes lavar las sábanas de forma eficaz. Toda esta información y mucha más la podrás encontrar aquí, en el blog de Nubett.
En Nubett estamos comprometidos con la calidad de tu sueño. Por eso, en este artículo te queremos decir todos los secretos sobre la higiene de las sábanas. Hablaremos sobre lo que ocurre en una sábana que no esté limpia y cómo eso afecta nuestra salud. Además nos referiremos a con qué frecuencia conviene lavar las sábanas, y a cuál es la mejor forma de mantenerlas desinfectadas y perfectamente limpias. ¡Seguro que te encantará conocer sobre este tema!
Cómo se ensucian las sábanas
Te has preguntado alguna vez qué sucede cuando no mantenemos una buena higiene de las sábanas. Para dar respuesta a esta pregunta debemos realizar un viaje al mundo microscópico, un mundo lleno de residuos y seres vivos que no vemos, pero que sí existen y están ahí, delante de nuestros ojos, en un ámbito demasiado pequeño como para percibirlo normalmente. Si no mantenemos una buena higiene, todo ese mundo se aloja en nuestra sábana, y de ahí pasa al colchón. Este es el motivo principal por el cual debemos lavar las sábanas una vez a la semana como mínimo.
Los desechos naturales del cuerpo
Veamos de cerca cómo es el proceso a través del cual una sábana se va ensuciando, es decir, cómo se genera en ella todo ese mundo invisible a nuestros ojos. Empecemos desde el principio. Imaginemos que acabamos de estrenar una sábana totalmente limpia y que vamos a usarla la primera noche. El cuerpo pasa largas horas en contacto directo con la sábana. La sábana es el textil que se encarga precisamente de absorber los desechos microscópicos que va soltando el cuerpo de manera natural. Veamos todo lo que el cuerpo va dejando sobre la sábana:
· Sudor, que es un mecanismo fisiológico para regular la temperatura corporal. Los estudios concluyen que una sola persona puede transpirar hasta 1 litro de sudor cada noche.
· Células muertas de las que la piel se deshace en su proceso natural de renovación durante el sueño.
· Caspas, que son pequeñas escamas que expedimos de la piel de la cabeza, y que también pasan a conformar el mundo invisible que ensucia las sábanas.
· Saliva, que puede manar de nuestra boca cuando estamos muy relajados durante el sueño.
· Orina, que en muy pequeñas proporciones puede emitirse durante el sueño profundo de cualquier persona.
· Secreciones o fluidos que emiten varias partes del cuerpo, tales como los genitales, la nariz, los oídos, la boca, etc.
· Excreciones anales, que pueden ocurrirle a cualquier persona de forma involuntaria, y que también vienen a contaminar la limpieza de las sábanas.
· Aceites corporales que expedimos a través de la piel y que son absorbidos por el tejido de las sábanas.
Los animales y otros contaminantes microscópicos
Es amplia la variedad de seres vivos microscópicos que conviven con el ser humano de forma natural. Sin embargo, una acumulación exagerada de ellos puede romper el equilibrio en el que el sistema inmune puede mantenerlos bajo control. Cuando las sábanas dejan de lavarse con frecuencia, empieza a acumularse una gran variedad de estos organismos microscópicos, que pueden llegar a causarnos graves problemas de salud.
A continuación listaremos y analizaremos brevemente algunos de los microorganismos que se desarrollan en el caldo de cultivo de una sábana que no esté limpia.
Ácaros del polvo
Los ácaros del polvo (cuyo nombre científico es Dermatofagoides pteronyssinus) son un tipo de insectos microscópicos o extremadamente minúsculos, muy comunes en los hogares. Por su pequeño tamaño, en general no son perceptibles a simple vista. Se alimentan de las células muertas de la piel humana y pueden vivir en las partículas de polvo y suciedad. Se reproducen de forma vertiginosa, y si bien no transmiten enfermedades, sí son una de las principales fuentes de alergias a nivel doméstico.
En los excrementos de estos organismos se encuentra una encima que es la causa de varias enfermedades, tales como el asma, la rinitis, la sinusitis o los problemas de oído. Normalmente de un ser humano se desprenden hasta 10 gramos de piel a lo largo de todo el día. Esto quiere decir que, mientras dormimos durante aproximadamente 8 horas, despedimos un tercio de esa cantidad de piel sobre las sábanas. Así vamos preparando un ambiente propicio para la proliferación de los ácaros del polvo.
Chinches
Es otro tipo de insecto muy pequeño, de unos 5 mm de tamaño. En general no son transmisores de enfermedades, pero sí pueden afectar nuestra piel. Las chinches pueden generar ronchas rojas que dan mucha picazón. Es mejor evitarlas, porque son sumamente difíciles de erradicar. Se necesita ayuda profesional para eliminar las chinches una vez que han invadido la cama, y a veces ni así se logra su erradicación. Con frecuencia las personas optan por desechar el colchón, los muebles o los accesorios de descanso que haya sido invadido por chinches.
Hongos
Los hongos son organismos que también pueden afectarnos cuando no lavamos las sábanas con la frecuencia necesaria. Sobre las sábanas sucias se generan verdaderas colonias de hongos que pueden provocar enfermedades de la piel. La zona de la piel que resulta más vulnerable a hongos son los pliegues, porque en ellos se acumula mayor cantidad de humedad.
Se debe tomar especial precaución en caso de tener algún hongo alojado en el cuerpo, como por ejemplo el llamado “pie de atleta”, que es altamente contagioso. Para evitar reinfectarse constantemente con ese hongo o no transmitirlo a la pareja o a personas cercanas, es imprescindible la buena higiene de la cama. Lavar las sábanas con frecuencia y a altas temperaturas, resulta una excelente solución para evitar esos problemas.
Además del pie de atleta, un hongo que puede sobrevivir en las sábanas cuando no están limpias es el Candida albicans. Se aloja en el tejido de las sábanas y se estima que tiene un tiempo de vida de hasta un mes. Estos hongos son altamente infecciosos también, y pueden causar infecciones bucales, urinarias o candidiasis genital.
Bacterias
Las sábanas que llevan mucho tiempo sin lavarse o higienizarse, generan un medio húmedo. Esas condiciones de humedad crean un ambiente propicio para la proliferación de colonias de bacterias. Un ejemplo de bacteria que puede habitar de este modo en las sábanas es el Staphylococcus aureus.
Ese tipo de estafilococo habita de forma natural en la piel, e incluso en la parte interna de la nariz. Dormir en una sábana sucia nos hace vulnerables a la acción desmedida de esas bacterias. Su aumento desmedido producto de la humedad o la suciedad, puede provocar infecciones en alguna herida que tengamos en la piel, infecciones del tracto urinario, neumonía o bacteriemia.
Polen
El polen se compone de gránulos de tamaño pequeño o microscópico, que son expedidos por las plantas machos para fecundar a las hembras. Especialmente en determinados momentos, el polen se expande por el aire y puede llegar a cualquier rincón de nuestra casa, además de mantenernos en contacto con él en cualquier espacio abierto.
Dentro de las casas, las sábanas que no tienen una buena higiene pueden llegar a acumular una gran cantidad de polen sobre su tejido. Las personas que padecen de polinosis o alergia al polen, pueden sufrir serios ataques alérgicos si duermen y respiran estos gránulos.
Virus
En especial cuando tenemos alguna enfermedad viral, hay que mantener una higiene más estricta con respecto a las sábanas. Los virus pueden quedarse en estado de latencia durante varios minutos o incluso horas, esperando por la llegada de un organismo vivo en el que alojarse. Esto puede dar lugar a reinfecciones o a que transmitamos la enfermedad a nuestra pareja o a los seres cercanos. Normalmente los virus se eliminan con un buen lavado que incluya agua caliente.
¿Por qué se deben lavar las sábanas cada semana?
Cuando lavamos las sábanas cada 7 días, estamos propiciándonos una buena salud a largo y corto plazo. Cambiar la sábana sucia por la limpia, evita que se ensucie también el colchón, el cual sería mucho más complicado de limpiar. Esto significa que la higiene de la sábana alarga la vida útil del colchón.
Por otra parte, existen varias enfermedades a las que nos hacemos vulnerables por no mantener las sábanas limpias. Mantener una adecuada higiene en la sábana y el resto de la ropa de cama, reduce notablemente cualquier posibilidad de que podamos enfermar por acumulación de bacterias, insectos, hongos, virus, etc.
Consecuencias de no lavar las sábanas cada semana
A continuación, veremos algunas consecuencias de salud a las cuales nos exponemos si no lavamos las sábanas. Veamos esto con detalle, ya que es de la mayor importancia concientizar la relación directa entre la higiene de las sábanas, la calidad de sueño y la salud general.
Alergias
Como ya vimos, las alergias constituyen una de las afecciones que pueden ser provocadas por mantener una mala higiene de las sábanas. Tanto los ácaros del polvo y sus excrementos como el polen, pueden acumularse en grandes cantidades en la urdimbre de una sábana sucia. Esto puede traer diversas afecciones de tipo alérgico, tanto respiratorias como de la piel. Para las personas que padecen alergias, lo ideal es lavar las sábanas incluso entre 2 y 3 veces por semana.
Interrupciones del sueño
Las interrupciones del sueño pueden ser una de las consecuencias de llevar una mala higiene en la ropa de cama. Quizás no directamente, pero sí indirectamente. Pongamos un ejemplo para explicarnos mejor. Supongamos que, al no lavar las sábanas con suficiente frecuencia, se empiezan a alojar en ella chinches que nos provocan ronchas rojas en la piel. Esto generará un escozor desagradable y fuerte que no nos dejará conciliar el sueño o nos hará despertar antes de tiempo sin haber descansado. Las interrupciones frecuentes del sueño pueden convertirse en algo crónico y degenerar en trastornos del sueño.
Irritación de la piel o eccema
Los eccemas (también llamados eczemas), son afecciones cutáneas que descaman la piel. La fricción de la sábana sucia, llena de microorganismos como los ácaros de la piel, las bacterias, el polen, etc., pueden ser las causantes de tal irritación. Algunas personas suelen ponerse ungüentos grasos para aliviar estas irritaciones, pero no es aconsejable, porque pueden provocar el efecto contrario. Esta grasa tenderá a acumularse en la sábana, desde donde puede volver a entrar en contacto con el lugar afectado, de modo que se crea un círculo vicioso. Lo mejor para evitar todo esto, es mantener la buena higiene de las sábanas. Y en casos de aparición de eccemas, lo indicado es acudir al dermatólogo para que recete un medicamento de rápida absorción.
Asma
El asma es causada por una enzima que se encuentra en los excrementos de los ácaros del polvo, aunque el polen también la provoca. Hay personas que son alérgicas a esta enzima y, al respirarla, se les desencadena el asma. El asma es una enfermedad que afecta a todo el tracto respiratorio e incluso a los pulmones. Se manifiesta como una falta de oxígeno debido a la dificultad para obtenerlo por medio de la respiración normal.
Polinosis
La polinosis es una reacción alérgica que padece al menos el 15 % de la población mundial. Dicha afección es más frecuente en la población joven. Además de lo que ya hemos comentado sobre ella, hay que decir que la polinosis ocurre cuando las partículas de polen penetran en nuestro organismo a través de las mucosas (nariz, ojos y boca).
Mantener las sábanas limpias evitará que el polen se acumule demasiado. Otro consejo es mantener el cuarto cerrado entre las 5 y las 10 de la mañana, que es la hora en que las plantas expulsan el polen hacia el aire.
Guía para lavar y desinfectar las sabanas
Llegó el momento de exponer cuál es el mejor método para tener siempre unas sábanas limpias y desinfectadas. De nada sirve conocer todas las consecuencias de no lavar las sábanas o las ventajas de sí lavarlas, si no se tiene una buena guía para hacerlo. Veamos el proceso desde el inicio.
1) Leer las indicaciones de lavado en la etiqueta
Leer las indicaciones que vienen plasmadas en la etiqueta de nuestra sábana es el primer paso antes de lavarla. En la etiqueta probablemente encontraremos toda la información que necesitamos sobre el tipo de fibra textil de que se compone la sábana. Además de la composición, la etiqueta nos informará todo lo que no debemos hacer si queremos mantener la sábana en buenas condiciones durante el mayor tiempo posible.
Otro detalle es tomar en cuenta el color de la sábana. Los colores blancos pueden soportar productos (blanqueadores, suavizantes, etc.) que los tejidos de colores tal vez no tolerarían. Con toda esta información, podremos pasar a poner en práctica el correcto lavado de la sábana.
2) Retirar las sábanas de la cama
La mejor forma de quitar las sábanas es desvestir la cama sin sacudirlas. Para ello debemos levantar suavemente cada esquina de la porción de sábana sostenida por el colchón, y con ellas formar una especie de círculo que levantaremos de una vez, agarrando todas las puntas y el centro. Al no sacudir las sábanas sobre la cama, evitamos que se esparzan sobre el colchón y las almohadas los microorganismos adheridos a las fibras textiles de la sábana. Luego de aplicar este procedimiento, debemos llevar la sábana directamente al área de lavado, sin ponerla sobre ningún otro mueble de la casa.
En caso de que algún miembro de la familia atraviese por alguna enfermedad viral o contagiosa, se deben usar guantes para retirar la sábana de su colchón. Además, es recomendable introducir la sábana en una bolsa plástica y sellarla herméticamente para hacer el trayecto hacia el área de lavado. La bolsa solo debe abrirse en el momento en el que vamos a iniciar el proceso de lavado y desinfección.
3) Remover los sólidos que puedan estar adheridos al tejido
Si la sábana tiene suciedades sólidas adheridas (como pueden ser restos de alimentos, heces fecales, vómitos, etc.), debemos empezar por retirarlos. La mejor manera de eliminar todos los restos de sólidos es usando un objeto plano y duro. Este proceso debe hacerse cuidadosamente, cuidando no rasgar la tela. Una vez removidos los desechos sólidos, podemos saltar al siguiente paso.
4) Procesos de prelavado o eliminación de manchas
Antes de proceder con el lavado, es bueno considerar quitar las manchas o el exceso de suciedad de la superficie de la sábana. Para esto existen los productos eliminadores de manchas y los procesos de prelavado. Gracias a esta preparación, la limpieza de las sábanas será más profunda que si las pusiéramos a lavar de forma directa.
El cloro mezclado con agua es una de las mejores maneras de eliminar las manchas y la suciedad incrustada en el tejido de sábanas que sean blancas. En cambio, si las telas son de colores, debemos comprar un producto especial para eliminar las manchas sin que se afecten los tintes. Normalmente es conveniente dejar interactuar los tejidos durante al menos 10 minutos con el producto elegido.
En caso de que no usemos productos, si las manchas o la suciedad no son extremas, bastará con introducir la sábana en agua con jabón neutro durante unos minutos, para que el tejido se ablande y quede prelavado.
5) Introducir pocas prendas en la máquina de lavado
Es importante no poner a lavar las sábanas con otras prendas de vestir, tales como la ropa diaria, la ropa interior, etc. De este modo estamos evitando que las sábanas se enreden y se rompan con un tipo de ropa más ruda. Por otro lado, se trata de mantener la higiene. Además, debemos observar que cuantas menos prendas tenga la lavadora, más profunda será la limpieza que realice sobre los tejidos.
Por eso, si queremos realizar un lavado a fondo, es mejor no sobrecargar los ciclos de lavado de la máquina juntando muchas prendas a la vez. Claro que la cantidad de sábanas que introduzcamos va a depender de la capacidad de la máquina, por lo que no será la misma en todos los casos. Pero siempre debemos procurar que haya suficiente espacio entre las prendas, de manera que sean impregnadas por el agua y el detergente.
6) Ciclos de lavado
La elección del ciclo de lavado va a depender de las instrucciones que leamos en la etiqueta de la sábana. Habrá sábanas que soporten ciclos normales o fuertes, y otras que sólo podrán lavarse en ciclos suaves. Es importante respetar esto, ya que puede hacer la diferencia entre una sábana bien cuidada y duradera y una sábana que se deteriore rápidamente por un mal cuidado.
7) Temperatura del agua de lavado
Aunque no lo parezca, este es un elemento muy importante desde el punto de vista de la higiene. La temperatura del agua es capaz de eliminar muchos de los microorganismos que se hayan alojado en el tejido de la sábana. Normalmente muchas sábanas soportan una temperatura que oscila entre los 60 y los 90 °C. Otras en cambio solo podrán lavarse con agua a temperatura tibia o fría.
La temperatura de lavado dependerá del tipo de fibra textil a partir de la cual esté compuesta la sábana. Si es de algodón, podrá lavarse a altas temperaturas sin perjuicio de la tela. Sin embargo, los tejidos de origen sintético o derivados del petróleo suelen no soportar altas temperaturas de lavado. Por otro lado, algunos textiles naturales como el lino y el bambú sí soportan temperaturas tibias, pero no muy altas. A la seda le irá mejor el agua fría.
8) Desinfección de las sábanas
La mayoría de los gérmenes se eliminan con el agua caliente, y por lo tanto ello funciona como proceso de desinfección. Sin embargo, habrá algunos microorganismos que no se eliminen sólo con al agua caliente y que requieran del uso de productos como los cloros o los desinfectantes. Usar este tipo de productos también será válido para las fibras textiles que no soporten altas temperaturas de lavado.
9) Cantidad adecuada de detergente
Debe ponerse la cantidad de detergente necesaria, ni más ni menos. Si se usa demasiado detergente, las sábanas se desgastarán más rápido. También pueden decolorarse con las sucesivas lavadas. Esto por no hablar de que el exceso de detergente puede afectar el funcionamiento de la máquina de lavado a largo plazo.
Los detergentes suaves (sean líquidos o en polvo) son los más adecuados. El uso del detergente eliminará la suciedad, el polvo, la grasa, las partículas de piel, etc. Por otro lado, usar menos detergente que el necesario puede provocar que la limpieza no sea todo lo eficaz que debería.
10) Secado de las sábanas
Una vez concluido el ciclo de lavado viene el secado de las prendas. Te recomendamos sacar las sábanas en cuanto termine el ciclo para evitar que se les queden marcadas las arrugas. Luego será apropiado sacudirlas para pasar al secado. Existen 2 métodos básicos para el secado para las sábanas:
a) Secado al aire libre
Ponerla al sol es el método tradicional de secado de la ropa y de las sábanas recién lavadas. Cuando saques las sábanas de la lavadora, sacude y abre bien el tejido antes de colgarlo en el tendedero. Lo ideal es que la sábana quede en contacto directo con el aire y que le dé bien el sol. Los rayos de luz solar y el calor terminarán de hacer el trabajo de secado. Además, es un buen proceso que ayuda a desinfectar el tejido.
En dependencia del clima, luego de unas horas bajo el sol, la sábana quedará lista para usarse o guardarse. Es recomendable evitar que se mojen con agua de lluvia en caso de que llueva mientras están colgadas. Si se va a usar el método de secado al aire libre, lo ideal es elegir un día bien soleado para el lavado de las sábanas. El olor que adquieren las sábanas cuando se secan al aire libre bajo el sol es muy especial, y posiblemente te ayudará a conciliar el sueño.
b) Secado en máquina
Antes de decidir el ciclo de secado en máquina, es conveniente volver a constatar en la etiqueta de la sábana la temperatura adecuada para el tejido. Normalmente las sábanas que soportan una temperatura media o alta de secado, serán nuevamente desinfectadas. Es importante sacar las sábanas una vez terminado el secado, para evitar que se le queden muy marcadas las arrugas o que se encojan demasiado. Este método de secado es ideal para quienes buscan una mayor suavidad en la fibra textil de las sábanas, ya que con el secado a máquina quedan mucho más suaves que si se secan al aire libre.
Consejos para mantener la buena higiene de las sábanas
Ahora procederemos a darte algunos consejos que te ayudarán a mantener tus sábanas con mayor higiene entre un período de lavado y otro. Aunque laves las sábanas una vez por semana, estos consejos harán que la limpieza dure más y que tus sábanas se mantengan con el frescor del lavado por más tiempo.
Evita dormir con mascotas
Tal vez para algunos amantes de las mascotas va a ser difícil cumplir con este consejo. Sin embargo, es importante decirlo. Cuando nuestra mascota se sube en la cama, la higiene de las sábanas se desmejora bastante. Como las mascotas tienen las patas siempre en el suelo, traerán a la cama buena cantidad de suciedad y microorganismos. También tienen un pelaje que va cayendo constantemente, y que quedará atrapado en el tejido de la sábana. Esto por no hablar de pulgas, garrapatas o cualquier otro tipo de parásito que pueda alojarse también en la piel humana.
Si amas mucho a tu mascota y quieres que duerma a tu lado, te recomendamos poner una cama para mascotas junto a tu cama. Educa a tu mejor amigo para que no se suba en la cama de las personas y enséñalo a disfrutar de su propio espacio. Pueden compartir la misma habitación, pero no la misma cama. No obstante, si no hay remedio, te recomendamos lavar las sábanas con más frecuencia aún: al menos 2 veces por semana.
No ingieras alimentos o bebidas sobre la cama
¿Quién no ha comido alguna vez sentado en su cama mientras mira la tele? Es un hábito de los más comunes que existen. Llegar cansados de un día de trabajo y mezclar el placer de estar sobre la cama comiendo mientras ves un programa en la tele puede ser relajante. Sin embargo, es una costumbre que no recomendamos.
Aunque no podamos percibirlo a simple vista, mientras ingerimos la comida caen residuos que van a entremezclarse con las fibras textiles de la sábana. Sobre todo si mientras comes estás entretenido viendo algo en la pantalla, no pondrás mucha atención sobre la comida o lo que pueda caer del plato. Lo mismo es válido para las bebidas.
Los residuos de alimentos o bebidas se acumulan sobre la sábana y pueden ser una fuente de animales, tanto microscópicos como macroscópicos. Desde los ácaros del polvo, hongos y bacterias hasta insectos de todo tipo, se sentirán atraídos por la comida. Esto por no hablar de que la grasa se va a adherir al tejido, y ello puede manchar la tela y provocar que envejezca más rápido. Por este motivo te recomendamos no ingerir alimentos ni bebidas encima de la cama.
Evita dormir desnudo
Para mantener la higiene de las sábanas por más tiempo, es mejor dormir con un pijama. Esto se debe a que al dormir desnudos, todos los fluidos corporales de los genitales, el ano y el sudor van a dar directamente a la tela de la sábana. Cuando dormimos con pijama, estas secreciones se acumularán en el pijama y tenderán mucho menos a depositarse sobre la superficie de la sábana. Esto hace que se mantenga por más tiempo el frescor de la sábana limpia.
Date un buen baño antes de irte a la cama
Una buena ducha antes de acostarnos es ideal para la relajación que el cuerpo necesita cuando va a conciliar el sueño. Pero también nos puede ayudar a que nuestras sábanas se mantengan limpias por más tiempo. Tener la piel limpia y fresca cuando vamos a interactuar durante varias horas con la sábana, hará que sudemos menos, que tengamos menor cantidad de aceites corporales y menos polvo e impurezas del ambiente, que de un modo u otro pasarían a las sábanas durante la noche.
Sacude la planta de los pies antes de subir a la cama
Sacudir un poco los pies antes de subir a la cama ayudará a que no pasen a la superficie del tejido partículas de polvo que podemos tener en esta parte del cuerpo que siempre está en contacto con el suelo. Las plantas de los pies son la zona de nuestro cuerpo que más se expone a la suciedad ambiental. Aunque usemos zapatos, los pies están en contacto directo con el polvo y la tierra del suelo. Si queremos evitar que las sábanas se ensucien, una buena práctica es sacudir la planta de los pies antes de subirlos a la cama.
Ten de 2 a 3 juegos de sábanas (como mínimo)
Tener disponible más de un juego de sábanas y fundas, permitirá que sea más simple mantener la higiene de tu ropa de cama. Una de las cosas que más frenan en el momento de cambiar la sábana sucia por la limpia, es no poder vestir la cama con rapidez por tener que esperar a lavar las sábanas antes de volverlas a usar. Es por eso que será mucho más práctico y fácil tener siempre al menos un juego en uso y otro limpio disponible para el cambio rápido. Y si son 3 o más juegos, mucho mejor.
Tampoco es aconsejable tener más de 4 o 5 juegos de sábanas, porque entonces las sábanas estarán guardadas por más tiempo en el escaparate o las gavetas. Estar durante mucho tiempo guardadas provoca que las sábanas absorban la humedad y adquieran ese olor típico de los tejidos que se almacenan por mucho tiempo.
Retira el maquillaje antes de dormir
Si usas maquillaje, ir a la cama sin desmaquillarte es una costumbre que ensucia las sábanas más rápido. Además, a la larga puede traer problemas a la piel. Los poros necesitan tener una buena transpiración diaria para realizar bien su función. Esto por no hablar de que la mala costumbre de no desmaquillarte provocará que la piel se reseque y envejezca prematuramente.
Retomando el tema de la higiene de las sábanas, el maquillaje puede crear manchas en los textiles, y además puede ayudar a que se generen colonias de bacterias entre las fibras del tejido. Desde cualquier punto de vista, retirarte el maquillaje antes de ir a la cama es siempre una buena práctica.