¿Cuáles son las consecuencias de dormir poco? | Blog Nubett

¿Cuáles son las consecuencias de dormir poco? | Blog Nubett

Las consecuencias de dormir poco son múltiples y pueden llegar a afectar todas las áreas de nuestra vida. Normalmente creemos que la salud se limita a tener una buena alimentación y a hacer ejercicios. Pero olvidamos que tener una buena calidad del sueño es el otro pilar que contribuye a que tengamos una salud óptima. La falta de sueño puede ser provocada por varios factores. En nuestro blog de Nubett queremos que tengas un sueño de calidad todos los días, y por eso: ¡Toda luz es poca sobre este tema!

Cómo afecta a nuestra vida la falta de sueño

Una de las peores pesadillas por la que podemos atravesar en la vida es tener falta de sueño. Dormir poco es la causa de variadas afecciones o de actitudes poco felices en nuestro día a día. Podemos decir que dormir poco trae dos grupos amplios de consecuencias:

1)      Por un lado, están las situaciones de salud física, que empeoran cuando no se tiene un sueño de calidad.

2)      Por otro lado, están las condiciones mentales y conductuales, que pueden incluso llegar a afectar a terceros, además de a nosotros mismos.

Veamos en detalle ambas esferas y algunas de sus consecuencias.

1) Consecuencias de dormir poco en la salud física

Son muchos los estudios científicos que han demostrado los amplios beneficios que tiene un sueño de calidad para la salud del cuerpo. Mientras estamos en la cama durmiendo, dentro de nuestro organismo ocurren procesos muy importantes. Algunos de ellos sólo se realizan cuando estamos descansando, pero tienen una repercusión vital. Es por eso que dormir poco acarrea varios problemas de salud.

Hace que la piel envejezca más rápido:

Si eres de las personas que busca tener una piel saludable, te conviene saber que dormir poco hace que la piel envejezca. La piel se va a ver muy afectada cuando no tenemos un sueño de calidad. Esto se debe a que, mientras dormimos, se segrega la hormona del crecimiento, que es la encargada de regenerar la piel. Es por eso que al dormir poco o con mala calidad de sueño, aumenta la cantidad de células que dañan la piel. De este modo, proliferarán la resequedad y las arrugas.


Dormir poco contribuye a aumentar la masa corporal:

Cuando no tenemos un descanso correcto, el cuerpo segrega mayor cantidad de grelina, la hormona encargada de aumentar el apetito. Esto provoca la necesidad de ingerir una mayor cantidad de alimentos calóricos y de comer a deshora. Además, la grelina inhibe la secreción de leptina, que es la hormona encargada de la sensación de saciedad.

Nos hace vulnerables a padecer problemas cardiacos:

Este es un riesgo que corren las personas que padecen de apnea del sueño. La obesidad, unida a la apnea, son factores de riesgo para algún accidente cardiovascular.

Afecta las funciones del sistema inmune:

Cuando tenemos una buena calidad del sueño, el sistema inmune libera citocinas. La citocina es una proteína que protege al cuerpo de infecciones, inflamaciones y estrés. Al dormir poco, el sistema inmune no funciona bien, y nos hacemos más vulnerables a la acción de bacterias y virus. Somos más propensos a padecer enfermedades respiratorias como la gripe o el catarro.

Aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2:

No dormir bien provoca que el cuerpo confunda sus ritmos, por lo que el metabolismo se ve muy afectado. Esto genera una resistencia a la insulina que se conoce como pre diabetes o diabetes tipo 2.

2) Consecuencias de dormir poco en la salud mental y la conducta

Además de la salud física, nuestra salud mental y nuestro comportamiento están íntimamente conectados con la calidad de sueño. De ahí que dormir poco puede causar problemas en estas áreas también.

Dormir poco hace que el cerebro esté inactivo:

Al no poder descansar bien, el cerebro estará cansado y no tendrá sus capacidades al 100 %. Esto es lo que se conoce como cerebro inactivo. Se manifiesta en un aumento de la torpeza mental, lo que genera un bajo rendimiento durante el día.

Influye en que una persona que durmió poco no tenga una atención adecuada y presente falta de concentración. Esto es una fuente de problemas. Puede ser fatal para realizar algunas actividades como manejar autos, conducir aviones, barcos, cocinar, estibar, etc.


Empeora el rendimiento académico:

Aquellos que cursan alguna especialidad o carrera, se verán muy afectados por la falta de sueño. Y es que dormir poco hace que no se complete el proceso de aprendizaje en el cerebro. Resulta que tener un sueño de calidad permite que se limpie la memoria a corto plazo, lo que libera el espacio para recibir la nueva información. Se ha estudiado que dormir poco disminuye la capacidad de asimilar nuevos conocimientos en un 40 %. También se ven afectadas la creatividad y la capacidad de resolver problemas.

Provoca ansiedad y depresión:

Estos padecimientos psicológicos pueden aparecer cuando dormir poco se vuelve algo crónico. Se estima que dormir poco o tener una baja calidad del sueño, nos hace 5 veces más vulnerables a padecer depresión. La depresión disminuye la vitalidad y la autoestima, provoca una constante sensación de fatiga e impide que disfrutemos. Por otro lado, la ansiedad es agotadora, porque nos mantiene en un estado de alerta continuo. Padecer ambas a la vez es bastante común.

Aumento de la irritabilidad o mal carácter por dormir poco:

Es un tópico el saber que cuando dormimos poco podemos amanecer con irritabilidad. Al tener poco descanso, el cuerpo produce mayor cantidad de cortisol, que es la hormona del estrés. Esta hormona inhibe la salida de la serotonina, que es la hormona del bienestar. Con este desbalance, al levantarnos estaremos más alterados, y ello se refleja en un estado de ánimo más irritable.


Pero no debemos desanimarnos, en caso de que tengamos algunos de estos problemas. A continuación te daremos algunos consejos que te ayudarán a mejorar. Muchas veces haciendo pequeños cambios en nuestras costumbres, logramos redirigir nuestra energía. Tener mejores hábitos de descanso se verá reflejado de inmediato en la calidad del sueño.

Consejos para establecer buenos hábitos de descanso

A veces asumimos hábitos cotidianos que nos llevan por mal camino y desembocan en que tengamos falta de sueño. Es por eso que es importante que aclaremos esta cuestión crucial en nuestra vida, para mejorar la calidad del descanso. La mayoría de las personas mejoraremos nuestra tendencia a dormir poco, simplemente cambiando algunos malos hábitos.

Antes de empezar a cambiar estas costumbres, es importante observarnos con detalle y con toda honestidad. No te juzgues a ti mismo si logras ver que estás haciendo las cosas de forma equivocada. Juzgarnos sólo nos hará sentir culpables y no activará la energía de cambio que se necesita. En vez de juzgar, debemos observar y anotar, para luego modificar y crear costumbres sanas.


Prueba a establecer los siguientes hábitos para mejorar tu calidad de sueño.

  1. Ten un horario estable para irte a la cama. Trata de ir a acostarte siempre aproximadamente a la misma hora. De este modo, tu cuerpo sentirá que llegó la hora de dormir y creará un reflejo condicionado.
  2. Evita el consumo de alcohol y otras bebidas estimulantes como el café, el té, o la ingesta de chocolates. Consumir cualquiera de estas sustancias antes de acostarse puede provocar insomnio o interrupciones en el sueño.
  3. Es positivo practicar deportes durante el día, porque hace que el cuerpo esté activo y saludable. Sin embargo, no es bueno practicar deportes cerca de las horas de descanso, ya que pueden quitar el sueño.
  4. Procura que la habitación en la que duermes tenga una temperatura agradable. El cuerpo necesita disminuir medio grado corporal antes de conciliar el sueño. Por eso se recomienda una temperatura entre 18 y 22 grados Celsius en el dormitorio.
  5. En la misma línea de lo explicado arriba, darte una buena ducha antes de irte a la cama favorece el sueño.
  6. Examina la calidad de tu colchón y de tus accesorios para el descanso. Así mismo la higiene del dormitorio y de las prendas es muy importante para tener un sueño de calidad.
  7. Tener un dormitorio propio, con un ambiente íntimo, donde puedas desconectar las fuentes de luz, es lo ideal.
  8. Evita usar el celular, la televisión o las tabletas, cuando te acuestes en la cama. La luz que emiten estos aparatos puede engañar al cerebro haciéndole pensar que es de día. De este modo se puede provocar falta de sueño.

No es la cantidad sino la calidad del sueño

Seguro has escuchado en varios lugares la frase “no es la Cantidad sino la Calidad”. Su sentido puede ser aplicado al mundo del descanso también. Hay una gran diferencia entre tener un sueño de calidad y un sueño sin calidad. Y seguro te preguntarás de qué estamos hablando.

Por ejemplo, quizás estés durmiendo las 8 horas recomendables para un adulto. Pero, si te levantas con sueño, cansancio, dolor de cabeza, etc., quiere decir que no has tenido un sueño de calidad. O sea, que puedes irte a la cama las 8 horas, pero si tienes un sueño interrumpido, ligero, difícil, no has tenido ninguna calidad en tu descanso.

Lo ideal es poder descansar todas las horas de la noche con toda la calidad requerida. Estamos seguros de que si cambias los hábitos que describimos arriba, podrás tener una mayor calidad del sueño, y por tanto una mejor salud física y mental.

 

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