¿Cuántas horas es ideal dormir para el cerebro? - Blog Nubett
Es necesario disfrutar de suficientes horas de sueño para tener una mente sana. Pero sobre esto surgen muchas interrogantes. ¿Cuántas horas son suficientes? ¿Es malo dormir poco? ¿Es bueno dormir mucho? ¿En qué consiste dormir mal? Son preguntas muy frecuentes entre los lectores, y a todas ellas estaremos respondiendo en el presente artículo. Nos interesa mucho que duermas bien y tengas una mente sana, porque de eso depende que todo vaya bien en la vida.
¿Cuántas horas es ideal dormir para el cerebro?
¿Cuánto hay que dormir? Para esta pregunta no existe una respuesta absoluta, ya que las horas necesarias de sueño dependen de cada persona, del organismo, del estado de salud, del nivel de actividad cotidiana, de la edad, del contexto, etc.
No obstante, en sentido general la siguiente lista (extraída de una publicación muy bien documentada de la Sleep Foundation de Estados Unidos) pone en claro cuánto es lo mínimo que hay que dormir según la edad:
GRUPO ETARIO |
TIEMPO DE SUEÑO |
Recién nacidos (0 a 3 meses) |
De 14 a 17 horas |
Infantes (4 a 11 meses) |
De 12 a 15 horas |
Niños pequeños |
De 11 a 14 horas |
Niños de preescolar (3 a 5 años) |
De 10 a 13 horas |
Niños escolares (6 a 13 años) |
De 9 a 11 horas |
Adolescentes (14 a 17 años) |
De 8 a 10 horas |
Adultos jóvenes (18 a 25 años) |
De 7 a 9 horas |
Adultos (26 a 64 años) |
De 7 a 9 horas |
Adultos mayores (65 o más años) |
De 7 a 8 horas |
Consecuencias de dormir poco para el cerebro
Dormir poco es definitivamente dañino para el cerebro, en especial dormir mal y no tener un descanso de calidad. El cerebro no puede realizar muchas de sus tareas mientras está activo en la vida cotidiana. Necesita de las horas de sueño para hacer labores como purificarse y eliminar sustancias tóxicas, ordenar y clasificar la información recibida durante el día y asentar nuevos conocimientos.
Por otra parte, tampoco es bueno dormir en exceso, ya que:
· Se afecta negativamente el estado de ánimo.
· Se reduce el nivel de atención y concentración.
· Se puede perder el peso ideal y adquirir sobrepeso.
· Pueden crecer demasiado los niveles de azúcar en sangre y provocar diabetes.
· Se altera el metabolismo y ocurren desórdenes alimenticios y del sueño.
Lo adecuado para mantener la mente sana, es dormir la cantidad de horas que indicamos en la tabla del parrafo anterior, según tu rango de edad.
Hábitos para un buen descanso de la mente
1. Mente sana en cuerpo sano
El primer consejo para tener una mente descansada es fomentar la salud del cuerpo, ya que mente y cuerpo no están separados. Si quieres tener la mente descansada, debes respetar el descanso del cuerpo. Como decía Juvenal, el poeta latino: mens sana in corpore sano. Para las culturas antiguas, esto no implicaba un exceso de ejercicios físicos o entrenamiento, sino un balance entre mantener una vida mental saludable y una vida física saludable.
Es parecido a cuando las filosofías orientales dicen que el cuerpo es el templo del alma, y uno no puede estar bien si el otro no lo está. La meditación puede ser el puente que una la salud de la mente con la salud del cuerpo.
2. Ejercita la mente
En la actualidad los medios masivos (la TV, la publicidad, la Internet, etc.) han terminado siendo formas en que el mercado usa tu mente para su propio beneficio, no para el tuyo. Mantener una actitud pasiva frente a todo eso no es saludable, porque atrofia la mente.
Como es bien sabido, las personas que mantienen activa su mente con estímulos correctos, viven con lucidez toda su vida. Por eso dale a tu mente el alimento correcto: buen cine, buena música, arte... Y nunca dejes de nutrirte con el alimento real de la percepción: pasear y viajar viéndolo todo.
3. Ten una vida natural
Somos seres humanos y procedemos de la naturaleza. Nuestra mente no puede descansar bien si nuestra vida transcurre alejada de lo natural. A pesar de que “lo civilizado”, por definición, es lo que se coloca encima de lo natural como una forma de vida artificial, lo cierto es que la civilización fracasa si se aleja de lo natural.
Vivas en la ciudad o en el campo, no dejes de estar cerca de la tierra y de la naturaleza, ya sea en los paseos y viajes, o ya sea en la dieta, en el vestir e incluso en la forma de pensar y percibir. La naturaleza no es sólo la tierra: es también el mar, el aire, los árboles. Sin necesidad de convertir el naturismo en una neurosis más, lo mejor es que en todo estemos lo más cerca posible de lo natural.
4. Vive el amor real (sin dispositivos)
El amor de pareja, si se lleva bien, pone a fluir todas las hormonas que generan en el cuerpo y en la mente un estado de bienestar general. Por eso el amor te puede cambiar incluso la percepción: lo que antes era gris, con amor se llena de colores, y lo que era plano, se percibe profundo y elevado gracias al amor.
Nada es más estresante para la mente que la vida sin amor, tal como nada es más sano y relajante para la mente que el buen amor. No te rindas a la soledad del amor virtual de cara a la pantalla de los dispositivos, porque eso deteriora tu mente y es sólo imaginación, fantasía audiovisual. No podrá generar en el cuerpo y en la mente la plenitud que sí genera el amor real.