¿Es saludable dormir de día y trabajar de noche? | Blog Nubett

¿Es saludable dormir de día y trabajar de noche? | Blog Nubett

¿Qué tiene de malo dormir de día y llevar un trabajo de noche? Sobre esto hay que decir que existe la posibilidad de que para algunas personas este “horario invertido” no sea tan problemático. Pero esas son excepciones. Lo natural es que el biorritmo y el reloj biológico del ser humano sigan los ciclos de los demás seres vivos y del planeta. De no ser así, la salud y el bienestar se verán afectados por el brusco cambio de horarios y las erróneas formas de dormir. Veamos varios detalles sobre esto, que de seguro te van a encantar y a ser muy útiles.

Respuesta a la pregunta: ¿Es saludable dormir de día y trabajar de noche?

Respondamos directamente la pregunta del título del artículo, y luego entraremos en los detalles. ¿Es saludable dormir de día y trabajar de noche? Lo cierto es que no es saludable, ya que eso altera los ritmos circadianos del cuerpo y el biorritmo, lo que puede traer problemas de salud.

Los ritmos circadianos son los cambios naturales (tanto físicos como mentales) por los que atraviesan los seres vivos en ciclos de 24 horas. Estos ritmos están fuertemente relacionados con que sea de día o de noche, así como con otros factores ambientales. Por ejemplo, tener sueño a la hora de dormir, sentirse activo a la hora de levantarse, o tener hambre a la hora de comer, forma parte de los ritmos circadianos.

Consecuencias de los turnos rotativos

Por alguna situación de la vida, tal vez puedas haber tenido que dormir de día y mantener un trabajo de noche. Son muchas las causas por las que una persona puede verse así:

       Porque le ha tocado un turno rotativo en el trabajo y no lo puede evitar, ya que ese empleo de dormir de día y hacer el trabajo de noche era el único disponible, y ha tenido que tomarlo o no tener empleo.

       Porque algunos contenidos de trabajo implican viajar a zonas horarias distintas, y al llegar al lugar de destino, luego de muchas horas, allí la persona encuentra la misma hora diurna a la que salió de su origen, y su cuerpo mantiene los mismos ritmos circadianos, sólo que en horarios opuestos: dormir de día / trabajo de noche.

       Porque se está trabajando y estudiando a la vez, ya que sólo así puede costearse los estudios, y por nada del mundo dejaría de intentarlo al menos.


Lo cierto es que la circunstancia de tener que dormir de día por llevar un trabajo de noche, nunca debería alargarse demasiado en el tiempo, ya que podría traer problemas de salud. Entre las malas consecuencias de los turnos rotativos, se encuentran:

       Alteración severa de los ritmos circadianos del cuerpo y de los ciclos vitales.

       Confusión hormonal como consecuencia de la alteración del reloj biológico. En el caso de las mujeres, esto puede implicar irregularidades en el ciclo menstrual y estrés premenstrual y menstrual.

       Estados de ánimo negativos recurrentes, tales como malhumor, irritabilidad, hipersensibilidad emocional o cólera.

       Nerviosismo, torpeza física y falta de coordinación motora.

       Errores en el desempeño de tareas (lo cual puede llegar a ser peligroso en dependencia de que tipo de tarea se trate).

       Alteraciones en el horario de comida asociadas a las alteraciones en el horario de sueños.

       Sistema inmunitario débil y propensión a adquirir enfermedades.

       Baja notable del rendimiento en el trabajo, en el estudio, y en general durante la vida.


Consejos para acostumbrar al cuerpo al cambio de horario

Si a pesar de todo no puedes evitar dormir de día porque tienes el trabajo de noche, el horario se te invertirá, y ya luego seguirás durmiendo de día y no teniendo sueño de noche. Es un fenómeno que a veces se denomina sueño invertido.

En aras de que resuelvas problemas como ese, aquí tienes estos consejos para acostumbrar al cuerpo al cambio de horario, es decir, para que el cuerpo retorne a su ciclo circadiano normal de no dormir de día sino de noche.

Algo de lo que hay que estar advertido: Una vez que el cuerpo se ha habituado a un ritmo, no es fácil sacarlo de ese ciclo, incluso si se trata de un ritmo poco saludable. Esto significa que estos logros no los conseguirás sin esfuerzo y perseverancia. Aquí están los consejos.

1. Invertir el horario a voluntad

Aunque el cuerpo quiera dormir de día, empieza a no hacerlo. Permanece sin dormir aunque tengas sueño, y esto favorecerá que cuando llegue la noche caigas rendido. Puede que no lo logres desde el primer día, y quizás hasta vivas la paradoja de que, aunque no hayas dormido durante el día, en la noche tampoco tengas sueño. Pero continúa intentándolo y pronto lo lograrás.

No hagas este cambio tan drástico durante un día importante o de trabajo, sino durante un día de descanso o algo así (por ejemplo, el fin de semana).

2. Echa siestas muy cortas durante el día

Si tu cuerpo está agotado y no puedes resistirte al hábito de dormir de día, entonces echa alguna siesta muy corta, mientras alcanzas la noche y la verdadera hora de dormir. No confíes en tu reloj biológico en ese momento, porque para él no habrá “siestas muy cortas”. Sencillamente se dormirá todas las horas que pueda. Mejor prográmate alguna alarma que te despierte luego de 15 ó 30 minutos.


Si logras descansar en ese tiempo, es posible que tu cuerpo ya resista despierto hasta la noche y tenga sueño cuando corresponde. De este modo, poco a poco, irás acostumbrando al cuerpo al cambio de horario y a su ritmo circadiano natural de dormir de noche y estar despierto de día.

3. Evita la inactividad total durante el día

A veces la causa original de dormir de día se encuentra en la falta de actividad cotidiana. ¿Cómo comprender esta paradoja? Pues bien: Si tienes poquísima o ninguna actividad durante el día, y lo pasas descansando, es posible que cuando llegue la noche no estés lo suficientemente cansado como para dormir, sino todo lo contrario.

En estos casos (salvo que estés de vacaciones), lo mejor es hacer al menos algunas actividades cotidianas, que eviten el “exceso de descanso” que más adelante impide el sueño. Si no tienes nada que hacer, piensa en reacomodar la casa, arreglar alguna cosa, hacer algún hobby, etc.

4. Evita el exceso de actividad durante la noche

Con este punto ocurre lo contrario del anterior. Hay personas que se acostumbran a tener una carga grande de actividad durante la noche (sea por motivos de trabajo o no). Eso afecta especialmente si el exceso de actividad ocurre muy cerca de las horas de sueño. Luego la persona no consigue dormir hasta la mañana, porque en la madrugada ha tenido el biorritmo demasiado alto y el cuerpo no se adapta a ese cambio de horarios tan bruscos.

Si esto te ocurre, para evitarlo debes, en la medida de lo posible, reducir la carga de actividades durante la noche, en especial cuando está cerca la hora de dormir. Si cumples con esto, verás que paulatinamente superas el mal hábito de dormir de día.

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