14 señales para saber si necesito un colchón nuevo | Blog Nubett

14 señales para saber si necesito un colchón nuevo | Blog Nubett

Pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. De las 24 horas que tiene el día, aproximadamente 8 estamos acostados en la cama. Si además usamos el colchón para leer, hacer el amor o ver una película, es mucho más el tiempo que pasamos en él. Esto es motivo suficiente para comprender la importancia de tener un colchón de calidad en casa.

Saber si necesitas comprar colchón puede ser un tanto complicado. En ocasiones la costumbre nos ciega y no atendemos a las señales que gritan: “Necesito colchón nuevo”. Por eso es imprescindible hacer periódicamente una revisión a tu equipo de descanso. De este modo podrás saber si está cumpliendo bien su objetivo. En este artículo te revelaremos aquellas señales que te van a indicar cuándo cambiar de colchón.

También debes conocer el tiempo y el nivel de uso que tiene tu colchón, ya que existe un equilibrio entre durabilidad y desgaste. Este es un indicador básico que, unido a las 14 señales que te mostraremos a continuación, te indicarán cuándo cambiar de colchón. En Nubett estamos comprometidos con tu descanso, y en este post te daremos todas las pistas para que evalúes por ti mismo si ya necesitas colchón nuevo.

¿Necesito colchón nuevo? 14 señales para saberlo

Si ya tu colchón tiene un tiempo de uso, te recomendamos hacer un test de calidad cada cierto tiempo. Es fácil acostumbrarnos a dormir todos los días en la misma cama y no darnos cuenta de que ya nuestro equipo de descanso no tiene la calidad requerida.

Por eso en este artículo te daremos las pistas para que evalúes la condición de tu equipo y puedas saber si ya llegó el momento de cambiar de colchón. Si en tu caso se cumple alguno de estos indicios, eso significa que necesitas un colchón nuevo.

1) Observa cómo luce el colchón al dejarlo sin sábanas

Es importante atender a la apariencia que tiene el colchón cuando no tiene puesta la sábana. La edad de un cochón se refleja en cómo luce su tela externa o forro. Si ves manchas, desgaste en el tejido, huecos o rajaduras, esto quiere decir que ese colchón tiene un fuerte nivel de desgaste. Posiblemente ha llegado el momento de comprar colchón nuevo.

2) Huele el colchón

Oler el colchón cuando no tiene sábanas, también puede darte señales acerca de cuán nuevo o cuán usado está. Por ejemplo, puedes intentar detectar si tiene olor a humedad. Si cuando te acuestas, aunque tus sábanas estén limpias sientes un olor desagradable, posiblemente debas cambiar de colchón.

Usar el colchón normalmente varias horas todos los días, hace que se acumulen en él sudor corporal, la grasa y la piel muerta (que es de lo que se alimentan los ácaros). Esto se cumple sobre todo en climas cálidos, en especial si el colchón, debido a su material, tiene poca transpiración. Además, con los años a cualquier colchón (incluso a los tradicionales de muelles) se le hace más difícil transpirar. Si además vives en una zona muy húmeda, ello favorece el crecimiento rápido de colonias de hongos y bacterias, que son uno de los factores principales de los malos olores.

3) Escucha si al moverte durante la noche el colchón hace mucho ruido

Un colchón en buen estado no debe hacer ningún tipo de sonido, o al menos no debe producir ningún sonido raro. Por eso, una de las señales para saber si ya debemos cambiar de colchón es la de atender a los sonidos. Cuando el colchón tiene desgaste interno, los materiales que lo componen (que por lo general están dispuestos en capas) se desajustan. Este desajuste indica que la base del colchón ya no es fuerte, y es la causa de ese tipo de sonidos. Esto se cumple principalmente en los colchones de muelles.

4) Mira desde una vista horizontal si tiene hundimientos

Cuando retires las sábanas, hazle una pesquisa al estado de la superficie del colchón. Si está en buenas condiciones, debe ser plano casi totalmente. Pero si ves que tiene huecos o zonas hundidas y otras levantadas, esos son signos de que debes posiblemente cambiar de colchón. Los hundimientos suelen hacerse por la presión que ejerce el cuerpo sobre la superficie todos los días, sobre todo si dormimos siempre en el mismo lugar.

5) Siente el estado de tu cuerpo al levantarte

Es importante que, después de 8 horas seguidas de sueño nocturno, te levantes con el cuerpo descansado y fuerte. Cuando el colchón está en mal estado, podemos despertar con dolores en varias partes del cuerpo todos los días. Los dolores lumbares y cervicales son un claro indicador de que necesitas colchón nuevo. Hay muchas personas que achacan sus dolores de espalda a la edad, y eso puede ser. Pero también es posible que los dolores aparezcan por causa de un colchón deteriorado.

6) Toma nota de cuán rápido concilias el sueño

Si cuando te acuestas muy cansado, después de un largo día de trabajo, a pesar de todo no puedes conciliar el sueño, una de las posibles causas es el mal estado de tu colchón. Un colchón en malas condiciones hace que no puedas encontrar la comodidad suficiente para conciliar el sueño al acostarte. Esto es peligroso, porque puede conducir al insomnio. Así que posiblemente ha llegado la hora de cambiar de colchón.

7) Compara tu peso corporal

Este sencillo ejercicio de comparación te podrá advertir si ha llegado el momento de comprar colchón. Se trata de que compares tu peso corporal actual con el que tenías cuando el colchón que usas actualmente era nuevo. Si tienes un peso notablemente mayor que en aquel momento, tal vez debes cambiar el colchón por uno que tenga mayor firmeza.

El peso corporal es un factor muy importante a tomar en cuenta en el momento de elegir un colchón apropiado. Cuando hay un notable aumento de peso, el colchón se hunde más de lo debido, y esto puede provocar problemas en la columna vertebral. Si en cambio has bajado mucho de peso, puedes usar un colchón más blando.

8) Ahora duermes en pareja

Si antes dormías solo y tenías un colchón de tamaño personal, pero ahora duermes con tu pareja, es un excelente momento para cambiar de colchón. Es importante buscar un colchón adecuado, que brinde la máxima comodidad a ambos. Para ello deben conocer el estilo de descanso que tiene cada uno, y elegir el colchón que se adapte a sus necesidades entre las tantas opciones que hay en el mercado.

No se trata sólo de tener más amplitud al dormir, sino incluso de que los movimientos de tu pareja no te despierten a medio sueño. Hay colchones especialmente diseñados para dormir en colecho, pero sin que los movimientos de cada persona muevan demasiado toda la cama.

9) Percibes que el colchón ya no vuelve a su posición original

Este consejo es útil para los colchones que usan tecnología de espuma con memoria (viscoelástica o memory foam). Si el colchón está en buen estado, la espuma debe volver sin dificultad a su forma original cuando te levantas de la cama. En eso consiste lo de que la espuma tiene “memoria”.

Sin embargo, si empiezas a notar que cuando te levantas el colchón no vuelve a su forma original, esto significa que se ha desgastado su estructura celular, lo que le hace perder resistencia y resiliencia. Esto indica que tal vez ha llegado el momento de comprar colchón nuevo.

10) Notas que te hundes más de lo normal al acostarte

Si al irte a la cama sientes que el colchón se hunde más de lo normal, o que tiende a ponerte en el centro o hacia el lado de tu pareja, es hora de cambiarlo. Esto significa que está dañado el sistema de bobinas del colchón, o que estas se han comprimido. También puede ser debido a que se ha roto el armazón, lo que ha dejado al colchón sin soporte central. Si es así, ¡necesitas colchón nuevo pronto!

11) Descansas mejor cuando duermes en otra casa

Cuando duermes todos los días en tu casa y amaneces sin sentirte realmente descansado (aunque hayas dormido unas 8 horas), este es un indicio de que tu colchón ya no está cumpliendo su función. Y el indicio se convierte en certeza si duermes en otra casa y despiertas lleno de una energía renovada. Todo esto apunta a que tu colchón no está brindándote el descanso necesario, por lo que debes cambiarlo.

12) Estás embarazada

Un embarazo es una condición que, desde el punto de vista físico, requiere cierto tipo de cuidados. Es un estado que bien amerita cambiar el colchón. Para que la mujer embarazada tenga un descanso de calidad, necesita un soporte diferente al que usa normalmente.

Es importante que el colchón para el embarazo no se hunda con facilidad, para que así la futura mamá pueda mantener la columna vertebral alineada al dormir. Al mismo tiempo debe ser lo suficientemente suave como para evitar las zonas de apoyo con alta presión, y como para que el cuerpo mantenga en todo momento una buena circulación.

13) Ves que tu hijo creció

Cuando los hijos empiezan a crecer y ya su cuerpo tiene otras dimensiones, también puede haber llegado el momento de comprar un colchón adecuado para ellos. Un adolescente requiere mucho más espacio que un niño para poder tener un buen descanso. Dependerá de su estilo de descanso encontrar el colchón adecuado para que tenga un sueño reparador.

Puede ser que en la adolescencia el sueño se vuelva más inquieto y se requiera un colchón más firme para que los movimientos no despierten al durmiente. Pero esto hay que verlo en cada caso.

14) Mejora tu experiencia de descanso

Quizás el colchón que usamos es de una calidad básica, y aunque aún se encuentre en perfecto estado, queremos probar uno de mejor calidad. En las líneas Premium de las mejores marcas de colchones, se encuentran verdaderas maravillas. Esos colchones de alta calidad usan materiales y diseños muy bien cuidados, que aventajan con mucho a los colchones básicos.

Adquirir un producto de mejor gama es un buen motivo para cambiar de colchón. Las innovaciones tecnológicas aplicadas a esta industria, pueden mejorar drásticamente la calidad del descanso. Si este es tu caso, no es necesario desechar el colchón antiguo al adquirir uno nuevo. Siempre puedes poner el colchón en una habitación para visitantes, o llevarlo a la casa de vacaciones. Así abrirás el espacio para tener una experiencia única al dormir todos los días.

Cuánto dura un colchón: durabilidad vs desgaste

Ahora veremos dos criterios que van de la mano en el momento de saber cuánto puede durar un colchón. Uno de los criterios es la durabilidad del colchón, y el otro es el desgaste. Comprender estos dos criterios no dará nuevas herramientas para hacer la evaluación de calidad de nuestro equipo de descanso, y para saber si ya necesitamos comprar colchón nuevo. Siempre podemos recurrir también a la ayuda de especialistas, ya sean los especialistas de ventas en las tiendas, o médicos ortopédicos.

Durabilidad del colchón

El criterio de durabilidad de un colchón se refiere al tiempo de vida útil estimado por el fabricante del producto. Los colchones de hoy en día suelen tener un tiempo de vida de 10 años aproximadamente. Luego de este tiempo se recomienda cambiar de colchón. La durabilidad depende de algunos factores:

·        Calidad de los materiales con los que esté fabricado el colchón: Si se está fabricado a partir de materiales de alta calidad, un colchón tendrá mayor durabilidad que uno que no tenga buenos materiales.

·        Según el tipo de material con el que están hechos: Por lo general los colchones de muelles suelen durar de 5 a 8 años, los de espuma de poliuretano o viscoelástica pueden pasar de los 10 años, mientras que los de látex duran entre 8 y 10 años.

·        Mantenimiento: Dar el cuidado que recomienda el fabricante en el etiquetado del colchón, hará que se alargue la vida útil del mismo. Según el tipo de colchón, se recomienda darle vueltas y rotarlo cada cierto tiempo. También el fabricante con frecuencia suele dar instrucciones para la limpieza del colchón, con el objetivo de evitar la acumulación de bacterias y hongos en la superficie. 

Desgaste del colchón

El criterio de desgaste de un colchón se refiere a la cantidad de uso que tiene el colchón. Es evidente que un colchón que se usa todos los días sufre mayor desgaste que uno que sólo se usa en ocasiones. Un colchón con desgaste suele reducir la calidad del descanso. El desgaste tiene dos áreas fundamentales:

·        Desgaste de los materiales: Con el uso intensivo, los materiales sufren mayor presión y se van modificando. La estructura interna del colchón se puede ver afectada y pierde la forma original y la resistencia. Esto hace que tenga menos soporte y que aparezcan los hundimientos, que causarán dolores de espalda.

·        Deterioro del forro: El forro o superficie del colchón es otra de las partes que se van desgastando. En la superficie se acumulan sudor y desechos orgánicos microscópicos. Esto puede generar colonias de ácaros, bacterias y gérmenes, que en algunas personas provocan alergias, sobre todo si el colchón se usa todos los días.

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