¿EN QUE TIENES QUE PENSAR A LA HORA DE ELEGIR UN COLCHÓN?

¿EN QUE TIENES QUE PENSAR A LA HORA DE ELEGIR UN COLCHÓN?

Esta decisión de compra va a determinar en gran medida la calidad de nuestro descanso durante los próximos años. Si pasamos un tercio aproximadamente del día durmiendo, la elección debe ser a conciencia. Pero ¿cómo saber cuál es el material adecuado? ¿Y la firmeza, es mejor más o menos? ¿Da igual la posición en la que dormimos?

 

Empecemos con los materiales: muelles, látex, espuma, híbrido…

 

Colchón de muelles:

es el tipo de colchón más tradicional y es una opción asequible, aunque no la más económica del mercado; si bien solemos optar por materiales más modernos, lo cierto es que este tipo de colchones son extremadamente duraderos ya que los metales con los que se fabrican los muelles tienden a mantener su forma durante muchos años. Los muelles más tradicionales son los bicónicos o bonell, son muelles independientes, colocados en posición vertical unidos por hilos de acero, que se estrechan por la parte central resultando en una forma de doble cono.

Existen también colchones de muelles de hilo continuo, que se diferencian de los anteriores en que el núcleo lo forma una carcasa de muelles formada por un sólo hilo continuo distribuido en forma de Z a lo largo de toda la estructura; y cochones de muelles ensacados de titanio, compuestos por cientos de muelles alineados que se guardan en sacos de tela para evitar el roce entre ellos. Además, otra ventaja muy interesante de este tipo de colchón es que el espacio interior entre los muelles permite la una mayor circulación de aire, lo que a su vez nos va a ayudar con el sistema de termorregulación del organismo.

 

Colchón de látex:

la espuma de látex se extrae del árbol Hevea Brasilienis, llamado comúnmente árbol de caucho, concretamente del líquido blanco que se extrae de él. Una vez recogido el látex, se elimina el exceso de agua para obtener una materia prima fantástica para la fabricación de colchones que no libera gases ni olores.  

 

Para la fabricación de colchones se utilizan dos tipos de látex, el natural y el sintético. El natural es la opción más respetuosa con el medio ambiente, aunque también es la opción de mayor precio por el coste de la materia prima y por el proceso de fabricación y tratamiento específico que requiere. El sintético se hace a partir de látex natural mezclando con polímeros sintéticos.

 

Colchón de espuma viscoelástica o memory foam:

este material fue desarrollado por primera vez en la década de 1970 por la NASA como un material de seguridad para los cojines de los asientos de los pilotos y pasajeros en caso de accidente aéreo. Desde entonces, se ha convertido en el material estrella en la fabricación de colchones y en la opción más demandada ya que cuenta con muchas ventajas. Realmente la espuma viscoelástica es un "acolchado” que se coloca en la parte superior, pero no forma parte del núcleo.

 

Es un material muy cómodo; se adapta de forma única a cada centímetro del cuerpo que presiona contra ella, y al levantarse recupera lentamente su forma original, por lo que se adapta a cada tipo de cuerpo y cada durmiente; tiene una sorprendente capacidad de aislamiento del movimiento entre dos personas que duermen en la misma cama. Sin embargo, en comparación con los otros materiales la espuma viscoelástica no es la opción ideal para personas calurosas, ya que retiene el calor.

  

¿Cuál es tu posición para dormir?

 Otra de las cosas que debemos tener en cuenta a la hora de elegir el colchón es la postura en la que dormimos.

Boca arriba:

el factor más importante para los que duermen boca arriba es la firmeza y el apoyo. Si el colchón es demasiado blando, el cuerpo se hundirá y puede provocar dolor de espalda. En una escala del 1 al 10, el rango perfecto de firmeza sería de 5 a 7.

De lado:

muchas personas que suelen dormir de lado sufren molestias y dolores en las articulaciones de la cadera y los hombros. En estos casos es recomendable optar por un colchón menos rígido que para dormir boca arriba, ya que proporcionan una distribución equitativa de la presión, es decir un colchón con un nivel de firmeza de 3 a 6 (en una escala de 1 a 10).

 

Boca abajo:

se considera la peor posición para dormir. Lo más importante para los que duermen boca abajo es proporcionar una distribución equitativa del peso en todo el cuerpo, ya que el torso aplicará la mayor parte de la presión. Si el colchón es demasiado blando (sin suficiente apoyo), la columna se curvará y causará dolor de espalda. Lo ideal es un cochón con un rango de firmeza de 5-7, que se encuentra entre medio y medio-firme.

 

El material y la firmeza

son dos de los criterios más importantes a la hora de decidir qué colchón nos llevamos a casa, pero no son los únicos:
 

Elige un colchón fabricado con materiales transpirables: uno de los factores determinantes para quedarnos dormidos es la bajada de temperatura del cuerpo (unos dos grados); un colchón fabricado con materiales que no nos permiten termo-regularnos puede afectar a la calidad de nuestro descanso.

Elige un colchón agradable al tacto y que te proporciones confort, como por ejemplo la capa de acolchado Supersfot: para dormir necesitamos tener sensaciones agradables, y un material suave, que nos ‘abrace’ proporciona sensaciones relajantes que invitan al descanso.

Elige un cochón que puedas lavar y cuidar, los desenfundables son la mejor opción, y con tratamientos como el Sanitized® que permitan mantener unas condiciones higiénicas óptimas.

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