Guía completa de la firmeza de los colchones | Blog Nubett
Es importante comprender todos los detalles de esta característica para poder elegir el mejor colchón y disfrutar de una buena calidad del sueño.
Posiblemente en muchas ocasiones habrás escuchado que un colchón “tiene buena firmeza”, o bien que “no tiene la firmeza suficiente”. En cualquier caso, la firmeza es uno de los aspectos fundamentales de nuestro equipo de descanso. En Nubett te brindamos la información para que puedas comparar y elegir lo mejor para tu descanso, y es por eso que hoy te traemos esta guía completa sobre la firmeza de los colchones.
Qué es la firmeza de los colchones
Para empezar, es bueno saber a qué le llamamos firmeza de colchón. Cuando de colchones se trata, la firmeza se puede definir como la resistencia que ofrece la superficie del colchón al peso del cuerpo. Si al acostarnos el colchón se hunde, decimos que es blando, suave o poco firme. En cambio, si el colchón no se hunde con facilidad cuando nos acostamos, entonces decimos que es firme. De cierto modo, la firmeza del colchón es subjetiva, porque a pesar de sus parámetros objetivos, todos la experimentamos de forma relativamente distinta. Lo que para algunos resulta muy duro, para otros será suave o medio. Esto hay que tomarlo en cuenta, ya que en lo que se refiere a equipo de descanso, la experiencia subjetiva es tan importante como las magnitudes objetivas que el accesorio pueda tener.
Elegir un colchón con la firmeza adecuada para nosotros, depende de otros varios factores externos al colchón en sí. Uno de los principales factores es el peso corporal del durmiente. Por ejemplo, un mismo colchón puede tener una firmeza adecuada para una persona de peso normal, pero puede no ser lo suficientemente firme para alguien que tenga sobrepeso. Sobre este punto podemos decir que elegir la firmeza correcta de nuestro colchón va a depender del peso corporal.
Así mismo, además del peso corporal, hay otros factores que van a influir en el grado de firmeza que debe tener nuestro colchón y en la percepción subjetiva de ello, tales como:
· La edad del durmiente.
· El tipo de cuerpo (más ancho, menos largo, hombros amplios, etc.)
· Si se duerme en pareja o se está soltero.
· La postura preferida al dormir.
· Los hábitos del sueño (horarios, tiempo de conciliación, etc.)
· Entre otros factores.
Todos estos puntos que acabamos de listar reafirman la idea que propusimos antes; es decir, que la firmeza ideal de un colchón es relativamente subjetiva o variable. No obstante, sí hay aspectos objetivos con respecto al nivel de firmeza de un colchón. Es por ello que los fabricantes de colchones han creado una escala de firmeza que va del 1 al 10. Según esta escala, mientras menor sea el número, más blando será el colchón, y en cambio si el número aumenta, el colchón tendrá mayor firmeza o dureza.
La firmeza de un colchón también va a depender de los materiales y los principios constructivos y de diseño a partir de los cuales éste haya sido fabricado. Si es de muelles, la firmeza va a depender de la cantidad de muelles, del tipo de acero de los mismos, etc. Si es de látex o de espumas, va a ser más o menos firme según la densidad del material, de la cantidad de capas que tenga, etc. Todos estos elementos se toman en cuenta para clasificar los colchones a partir de la escala de firmeza que mencionamos más arriba.
Clasificación básica de los colchones según su firmeza
Existen tres categorías básicas para clasificar los colchones según su nivel de firmeza. Veamos cuáles son y qué características tienen:
1) Colchón de firmeza baja
Son los colchones mullidos y muy suaves. Este tipo de firmeza es adecuada para personas de poca masa corporal o para jóvenes. También los disfrutan quienes gustan de dormir acolchados.
2) Colchón de firmeza media
Esta es la categoría universal para un colchón estándar. No son ni suaves ni duros, por eso son adecuados para la mayoría de las personas. Este tipo de colchones mantiene un equilibrio entre la firmeza baja y la firmeza alta.
3) Colchón de firmeza alta
Es el típico colchón que se siente duro al acostarte sobre él. Este tipo de colchones resultan ideales para las personas que tienen mucho peso corporal. También son adecuados para quienes padecen de dolores de espaldas o para los atletas.
Escala de firmeza de los colchones del 1 al 10
Gracias a la escala de firmeza que a continuación listaremos, los colchones resultan más fáciles de clasificar. De este modo los consumidores pueden acceder más rápidamente al tipo de colchón que buscan o al que mejor se adapte a sus necesidades, características corporales o estilo de descanso.
Aunque ya hemos visto que la sensación de firmeza es relativamente diferente para cada usuario, también es cierto que, según los materiales de fabricación, los colchones se pueden ubicar específicamente en una de las categorías de la siguiente escala de firmeza. Dependerá del usuario probar bien el colchón y ver si es el adecuado. Veamos las categorías de esta escala de firmeza:
Extra suave (1-2)
Aquí se ubican las camas de agua. Son colchones que no ofrecen ninguna resistencia al peso del cuerpo, por lo que se hunden fácilmente. No tienen mucha estabilidad, debido a que se estremecen con el más mínimo movimiento del cuerpo. Normalmente casi ningún colchón se clasifica en este nivel de la escala.
Suave (3-4)
Son los típicos colchones de felpa que brindan una amortiguación adicional. Es un tipo de colchón mullido que acolcha al cuerpo en cuanto se acuesta en la superficie. Casi siempre esta característica se debe a que tienen una superficie gruesa y acolchada que se hunde con facilidad.
Media (5-6)
Esta es la categoría estándar de firmeza de los colchones, porque en ella se combinan la suave y la firme. Este tipo de colchones es adecuado para casi todo tipo de personas. Aquí se ubican los colchones de confort universal. Son los colchones más usados en todo el mundo.
Firme (7-8)
Estos colchones no se hunden casi nada, y por eso son los más adecuados para las personas robustas y con mayor peso corporal. También se usan mucho en caso de padecimientos de dolores de la columna. Después de los de firmeza media, son los más usados.
Extra firme (9-10)
Este nivel de firmeza es muy dura y resulta muy difícil de usar para la mayoría de los usuarios. No es fácil conciliar el sueño y descansar en un colchón con estas características, ya que es un poco semejante a dormir sobre una superficie dura con cierto grado de acolchonamiento. De hecho la sensación que da es muy parecida a dormir en el suelo o sobre una tabla, porque la superficie apenas de hunde. Son usados sobre todo por personas con muy alto peso corporal.
La firmeza y el confort universal
En el mercado podemos encontrar una amplia variedad de colchones que tienen una firmeza adecuada para personas con peso corporal medio y un tipo de cuerpo que se puede llamar “normal”, aunque eso es relativo. Es decir, existen colchones de firmeza estándar que, más o menos, vienen bien a la mayoría de las personas. A esto se le conoce como confort universal. La mayoría de los colchones que han sido creados bajo estos estándares traen una etiqueta de: “Confort Universal”, “One-Firmness-Fits-All”, o “Essentially Universal Comfort”. Este sistema es bastante útil, porque facilita elegir de forma rápida y confiada un buen colchón.
Por lo general estos colchones de confort universal tienen un nivel de firmeza media, por lo que no llegan a ser ni muy mullidos ni muy duros. De esta forma se pueden adaptar bien a casi todos los tipos de cuerpos, edades, formas de dormir... Por otro lado, también se adaptan a todas las posturas de descanso. Muchos expertos indican que la firmeza media es la más adecuada en cualquier momento de la vida, salvo para personas con necesidades especiales.
Estos colchones también pueden resultar un poco más económicos que otros que tengan características más específicas y diseños aplicados a resolver, por ejemplo, algún tipo de problema de salud. Gracias a esto, resultan ideales para hogares recién formados, con economía en pleno nacimiento o crecimiento.
Firmeza y soporte no son lo mismo
Debemos aclarar que no es lo mismo la firmeza de un colchón que el soporte que el mismo da al cuerpo acostado en él. La firmeza se refiere a la sensación inmediata que tenemos al acostarnos sobre el colchón (suave o duro), mientras que el soporte se refiere a cuán capaz es el colchón de brindar apoyo sostenido y de mantener recta la columna vertebral durante el descanso.
Hablando ahora en términos de diseño industrial, si bien la firmeza está determinada por las capas más externas del colchón, en cambio el soporte o apoyo está determinado por las capas internas (base y centro) del colchón. De esta manera, por ejemplo, podemos tener un colchón con alta firmeza pero con poco soporte, o bien un colchón suave pero con buen soporte. Las combinaciones en este sentido pueden ser muchas.
El buen soporte de un colchón dependerá también de la calidad de los materiales con que haya sido fabricado. No obstante, obviamente el soporte de un colchón es un punto que va de la mano de la firmeza. Sea cual sea la firmeza que elijamos, debemos velar por que nuestro colchón tenga siempre un soporte adecuado.
Importancia para la salud de elegir un colchón con la firmeza adecuada
La firmeza de los colchones está íntimamente relacionada con la calidad del descanso. Dormir todos los días en un colchón que no tiene la firmeza que necesitamos puede crear problemas de salud a largo plazo, desde deformaciones en la columna hasta interrupciones del sueño y poco descanso. Veamos algunos de los beneficios para salud que tiene el hecho de dormir en un colchón de firmeza adecuada.
· Ayuda mantener una buena postura durante el sueño.
· Evita dolores de espalda a lo largo del día.
· Evita las interrupciones del sueño y así fomenta un descanso reparador.
· Hace que al dormir en pareja no despertemos con el movimiento de nuestro ser amado.
· Permite una relajación adecuada, por lo que fomenta conciliar el sueño con rapidez y facilidad.
· Aumenta la calidad del descanso diariamente.
· Promueve los niveles de sueño más profundos.
· Evita los problemas coronarios y el cáncer.
· Reduce los niveles de estrés.
· Ayuda a reducir la inflamación.
· Fomenta el buen ánimo y aumenta la fuerza vital para el día a día.
Factores que influyen al elegir la firmeza de los colchones
El nivel de firmeza de colchón adecuada para cada persona está determinado por varios factores. La edad, las preferencias de posiciones al dormir, los padecimientos o dolencias personales, el peso corporal, etc., son algunos de los puntos que hay que tener en cuenta cuando vamos a elegir la firmeza de nuestro colchón. A continuación, veremos todos los factores que se deben tener en cuenta en el momento de elegir la firmeza de los colchones.
1. Posturas de sueño
Este es uno de los factores que más debemos tener claro en el momento de elegir la firmeza de nuestro colchón. Cada quien adopta posturas de sueño diferentes. Antes de elegir la firmeza de tu colchón es bueno que sepas cuál es la postura que prefieres para dormir. Existen niveles de firmeza que van mejor con unas posiciones o con otras. Veamos.
a) Dormir de lado
En la postura lateral se ejerce bastante presión sobre las caderas y los hombros, ya que el peso del cuerpo recae en esta zona. Tanto las caderas como los hombros son huesudos, por lo que tienen un área de contacto más bien pequeña con la superficie del colchón. Es por eso que para las personas que duermen así se recomienda un colchón con superficie suave. Los colchones suaves se adaptan bien al cuerpo, ya que no ofrecen mucha resistencia. Esto permite disipar bien la tensión a la que se ven sometidos los hombros y las caderas. No obstante, es recomendable un colchón con buen soporte, para que brinde apoyo a la columna vertebral. Así se evitan deformaciones posturales.
b) Dormir boca abajo
A quienes gustan de dormir boca abajo, se les recomienda un colchón de firmeza medio suave o medio firme. Si bien boca abajo la columna se encuentra en una posición neutral, es importante mantener las caderas a la misma altura que el cuerpo. Es por eso que una firmeza alta en el colchón evita que las caderas de hundan. Si las caderas se hunden, el peso del cuerpo caería sobre la espalda baja y provocaría dolores. El colchón debe tener cierta suavidad también, de manera que se adapte a la forma del cuerpo y no genere presión sobre los órganos internos.
c) Dormir boca arriba
Estar acostado boca arriba sobre una superficie plana hace que la columna se mantenga en una posición neutral. Para este tipo de posición de sueño se recomienda una cama con cierta firmeza, que mantenga las caderas y los hombros al mismo nivel, sin que se hundan. Si las caderas y los hombros se hunden debido a que el colchón es muy suave, se creará un arco que deforma la columna y puede generar dolores. Lo ideal para los que duermen boca arriba es un colchón de medio suave a firme.
d) Moverse mucho al dormir
Las personas que se mueven mucho durante el sueño necesitan un colchón de medio a firme. De este modo, el cuerpo podrá realizar los movimientos sobre un colchón que no le haga mucha resistencia. Si el colchón es muy suave, el cuerpo se va a hundir con facilidad y puede ser trabajoso moverse, hasta el punto de interrumpir el sueño durante la noche. Para dar soporte a la mayoría de las posiciones sin perder el confort, lo ideal es un colchón con firmeza de media a firme.
2. Peso corporal y complexión física
El peso corporal y la complexión física son dos factores que deben también tomarse en cuenta al elegir cuál será el colchón más adecuado para nosotros. Además de tener posturas de sueño preferidas, cada persona tiene un peso corporal y una complexión física diferente. Mientras mayor sea el peso corporal y el tamaño, con más facilidad se hundirá el colchón. Es por eso que siempre debemos elegir un colchón que tenga una firmeza y densidad adecuadas para nuestro peso corporal y nuestra complexión física.
a) Personas que pesan 60 kg o menos
Normalmente las personas que pesan 60 kg (132 libras) o menos, pueden dormir bien en un colchón de firmeza suave y muy suave. La suavidad afelpada de estos colchones les viene bien, porque gracias a eso logran hundirse con más facilidad y el colchón se puede adaptar mejor al cuerpo. En cambio, si el colchón es muy firme, hará bastante presión sobre los huesos de las personas que pesen 60 kg o menos.
b) Personas que pesan de 60 a 100 kg
Las personas que pesan de 60 a 100 kg (de 132 a 220,5 libras as) son las personas de peso promedio, ni muy ligeras ni muy pesadas. Para este tipo de peso corporal se recomienda usar un colchón de firmeza media, que genere un balance entre comodidad y apoyo. Lo ideal es contar con una superficie de cierta suavidad, que haga un buen contorneado del cuerpo, con un soporte más firme en las capas de abajo del colchón.
c) Persona que pesan más de 100 kg
Para las personas con mayor peso corporal (más de 100 kg = 220,5 libras), se recomiendan colchones firmes o extra firmes. Estos colchones deben tener una buena densidad, ser muy resistentes y no deben desgastarse fácilmente. Las capas externas de confort deben ser un poco más delgadas, y no deben permitir un hundimiento profundo.
Si el colchón fuera muy suave, el cuerpo tendería a hundirse y a sentir presión la presión que sobre él ejercen los materiales más rígidos del colchón. Esto puede causar incomodidad al dormir, y a la larga puede provocar problemas en la espalda.
3. ¿Eres hombre o mujer?
Sin dudas el sexo de una persona determina un tipo específico de complexión física y de peso corporal. Esto va a influir en el tipo de firmeza que busquemos en un colchón. No es lo mismo ser un hombre que una mujer.
Por lo general el cuerpo masculino tiene más masa corporal y una complexión más voluminosa y compacta, mientras que el femenino es más ligero y blando, y puede ocupar menos espacio... O al menos ocupa el espacio con una distribución distinta, aunque complementaria con la del cuerpo femenino: la mujer tiene caderas más anchas y hombros más estrechos, y el hombre, al contrario, tiene caderas más estrechas y hombros más anchos.
Por eso este es un detalle que también debemos tomar en cuenta al elegir el nivel de firmeza de un colchón. Si se duerme en pareja, posiblemente el término medio sea lo mejor, o uno de los llamados colchones de “doble firmeza”. Sobre este punto volveremos en breve.
a) Masculino
Los hombres por lo general tienen un cuerpo más pesado y de mayores dimensiones que el de las mujeres. Por lo general el cuerpo masculino necesita un colchón entre medio y firme, para evitar la desalineación de la columna que se puede crear por el peso corporal.
b) Femenino
Las mujeres suelen tener una complexión física más ligera y suelen tener menos peso corporal que los hombres. Además, tienen zonas corporales más sensibles como los senos y el vientre. Por eso, en general, deben usar colchones de firmeza suave a media que se adapten bien a la forma del cuerpo.
4. Dormir en pareja
Para dormir en pareja lo ideal es un colchón que sea de medio a firme. Se trata de evitar que haya un traspaso de movimiento en la superficie del colchón, para no despertar al otro miembro de la pareja. Sin embargo, puede ocurrir que uno de los miembros de la pareja guste de los colchones suaves, mientras que al otro le gustan los colchones firmes. ¿Qué hacer en estos casos?
Para resolver este problema (que nunca hasta ahora había tenido solución), existen los llamados colchones de “doble firmeza” o colchones “divididos”. Se trata de colchones que tienen en la misma pieza dos tipos de firmezas. De este modo, buena elección mediante en el momento de comprar el colchón, cada amante podrá dormir en el lado más adecuado para su cuerpo, sin dejar de compartir las dulzuras de dormir juntos en la misma cama.
5. Edad
Este es otro de los factores que no debemos olvidar en el momento de elegir la firmeza de nuestro colchón. La edad de la persona que va a usar el colchón es fundamental para elegir la firmeza del mismo. Para nadie es un secreto el hecho de que con los años las necesidades van cambiando. Las diferentes etapas de la vida requieren diferentes condiciones para tener un descanso de calidad y generar buena salud.
a) Colchones para bebés y niños
Los bebés y los niños pueden pasarse muchas horas en la cama, ya que necesitan mayor cantidad de horas de sueño. Es por eso que es importante elegir un colchón de firmeza adecuada para ellos. En esta etapa de la vida el cuerpo está en constante crecimiento y los huesos aún se están desarrollando. Por eso el colchón de niños debe tener la suavidad suficiente para aliviar los puntos de apoyo en todas las posiciones, y también ofrecer un soporte adecuado que mantenga bien alineada la columna, para evitar deformaciones.
Por eso es que para esta edad se recomiendan colchones con superficie afelpada, que permitan una buena respiración en caso de que el pequeño duerma boca abajo. Los niños suelen moverse mucho durante las horas de sueño, por lo que el colchón debe permitir el movimiento sin vibrar demasiado, para que no se interrumpa el sueño del infante. Colchones suaves con buen soporte son los más adecuados.
b) Colchones para adolescentes
A medida que el niño crece y llega a la adolescencia, cambian los requerimientos del descanso y el sueño. Un colchón de muelles tradicional suele ser ideal a esta edad, porque además aquí empiezan los juegos de saltar sobre el colchón. La superficie del colchón debe ser más blanda o suave pero algo acolchada, para que brinde buena relajación durante la noche. Sin embargo, si el adolescente gusta de estar acostado muchas horas sobre la cama, lo mejor es una superficie más firme, que no se deforme fácilmente.
c) Colchones para jóvenes
Los jóvenes pueden elegir casi cualquier tipo de firmeza de colchón, porque por lo general su buena salud se lo permite. No obstante, casi siempre vendrán bien los colchones de firmeza de media a media firme, que permitan moverse durante la noche sin que los movimientos despierten al durmiente.
d) Colchones para adultos (de 25 a 50 años)
Los colchones ideales para los adultos promedio que tienen un peso normal y ningún padecimiento, son los de confort universal (los que ya describimos y explicamos más arriba). La firmeza media por lo general se adapta bien a las necesidades del cuerpo adulto.
e) Colchones para personas mayores (de 50 años en adelante)
A medida que la edad aumenta, nuestro cuerpo va requiriendo un descanso reparador durante las horas de sueño. Evitar lo puntos de presión es algo muy importante, al tiempo que debemos prestar especial atención a la alineación de la columna, para evitar dolores durante el día. Es bueno que el colchón no sea demasiado firme, para que absorba bien los puntos de presión. Pero al mismo tiempo el colchón no debe ser muy blando, porque eso dificultaría el movimiento en la noche, y además provocaría que sea más trabajoso levantarse de la cama.
6. Padecimientos o dolencias
Quienes tienen algún padecimiento (como escoliosis, una mala postura de la columna, hernias vertebrales, dolores espinales, etc.), deben elegir un colchón especial. Por lo general los colchones que se ubican en la escala de firmeza entre el 5 y el 8 son los más adecuados para este tipo de padecimientos. Los colchones de esta magnitud de firmeza suelen tener buen soporte en las zonas en las que el cuerpo ejerce más presión tanto en la posición lateral como boca abajo. También son lo suficientemente suaves como para dar un contorno adecuado a la zona lumbar, que es donde más dolor suele haber.
Para otro tipo de dolores, como los de hombro (que suelen padecer quienes duermen de lado), hay colchones especiales que tienen una firmeza más suave en ese punto, con el objetivo de aliviar la presión, sin menoscabo del apoyo o soporte. De igual manera, cuando hay dolores de cadera, ello suele deberse a que la columna no queda bien alineada sobre el colchón. Las camas con soporte especial para la zona lumbar pueden aliviar mucho este tipo de padecimientos.
7. Alineación de la columna vertebral
La alineación de la columna vertebral es muy importante en el momento de elegir la firmeza ideal de nuestro colchón. Se trata de mantener la postura correcta de la espalda, incluso en esos momentos en que nuestros músculos están completamente relajados, a altas horas de la madrugada durante el sueño más profundo.
En vigilia tenemos consciencia de nuestra postura y mantenemos la columna alineada. Cuando nos acostamos sobre la cama pero todavía no nos hemos dormido, los músculos siguen despiertos haciendo su función de alineación. El punto clave está en que, cuando nos quedamos dormidos, todos nuestros músculos están relajados y la columna no queda alineada por sí misma. Es en este punto en el que cumple su función el colchón.
Un buen colchón es aquel que puede mantener correctamente la alineación de la columna. Aquí juegan un papel fundamental tanto la firmeza como el soporte del colchón. Un colchón con firmeza y soporte adecuados, favorecerá que la columna mantenga su curvatura natural durante el sueño. Esto va a aliviar también los puntos de presión que se crean por nuestra postura de sueño, que suelen ser: hombros, caderas y piernas.
Si no tomamos en cuenta todos estos factores, podemos levantarnos con dolores de espalda todos los días. En cambio, si los tomamos en cuenta, el descanso será más que reparador.