¿Cada cuánto debes remplazar tu almohada por una nueva? | Blog Nubett

¿Cada cuánto debes remplazar tu almohada por una nueva? | Blog Nubett

En este post te informamos cuándo es recomendable remplazarla por una nueva, o por otro tipo. Toda esta información la encuentras en el blog de Nubett.

La durabilidad de la almohada es siempre un tema importante cuando nos referimos al equipo de descanso. Por buena que sea la calidad de una almohada, tendrá un tiempo de vida útil, transcurrido el cual es conveniente reemplazarla. En el post de hoy, además de las preciosas imágenes de siempre, te traemos 2 tablas: una con el tiempo de vida de útil de cada tipo de almohada, y otra con la almohada recomendable para cada edad. Además te enseñaremos a comparar almohadas desde el punto de vista de la calidad, la resistencia, y otros factores que te ayudarán a elegir siempre una almohada óptima para ti y para los tuyos.

Cómo es el desgaste de una almohada

El grado de calidad de una almohada no sólo se mide por el confort que esta nos brinde en el momento de dormir o descansar. Para determinar la calidad de una almohada también debe medirse la durabilidad de la almohada, lo cual estará determinado tanto por los materiales como por el diseño. Por supuesto, una almohada será de mayor calidad mientras mayor sea su tiempo de vida útil. Una almohada de poca resistencia, esto es, de poca durabilidad, no puede considerarse una almohada de calidad, por más confortable que sea.


La funda y el forro de la almohada son cosas distintas. La funda de las almohadas es un sobre-forro de tela, casi siempre abierto por uno de los extremos, por el cual se inserta la almohada. Las fundas están especialmente diseñadas para proteger las almohadas, mantenerlas higiénicas y alargar su vida útil. Son un recurso muy práctico que facilita la higiene y el lavado. Cuando la funda se ensucia, simplemente la cambias y la lavas.

Pero algo distinto ocurre con el forro de la almohada misma. El forro de la almohada es el material externo que se rellena con el contenido de la almohada. A veces hay almohadas que incluyen un forro con cremallera, que permite extraer el relleno y lavar el forro más que la funda. De este modo se extiende la vida útil de la almohada. Pero esto rara vez se vende así. La mayoría de las almohadas traen un forro fijo e incambiable, por lo que con frecuencia, cuando el forro se deteriora, eso puede ser signo de que hay que reemplazar la almohada completa.

También el relleno de la almohada (sean las tradicionales plumas de ganso y fibras de poliéster, o las más modernas espumas viscoelásticas, geles, látex, fibras vegetales, etc.) puede llegar a vencerse. En esos casos experimentas que la almohada ya no es tan firme, estable, consistente o cómoda como era al inicio. En estos casos es mejor reemplazar la almohada. No debemos restarle importancia a la calidad de la almohada, ya que es uno de los pilares de la higiene del sueño.

Así pues, respondamos ahora mismo la pregunta del título de este artículo: ¿Cada cuánto debes remplazar tu almohada por una nueva? Primero digamos que eso depende, depende de varios factores que estaremos viendo a lo largo de este artículo. Pero la respuesta corta y rápida es que una almohada debe reemplazarse apenas dé signos de deterioro y envejecimiento. En todo caso, una almohada debe reemplazarse como máximo cada 2 años.

¿Y qué hacer con las viejas almohadas al reemplazarlas por almohadas nuevas? No necesariamente tienes que desecharlas. Puedes, por ejemplo, usarlas como cojines en muebles diurnos (ya que son menos íntimos), o como rellenos de otros objetos o muebles, o incluso pueden usarse como confortables camas para mascotas.

Por qué es conveniente reemplazar la almohada cada 2 años

Es normal preguntarse por qué es conveniente reemplazar la almohada cada 2 años. Para algunas personas puede ser un fastidio. Al fin y al cabo, terminamos tomándole un amor especial a nuestras almohadas, que son nuestras fieles compañeras de cama de noche y de día, cómplices de nuestros sueños, nuestras intimidades y nuestras horas de deleite en la cama.


La Sleep Foundation (Fundación del Sueño), organización investigativa estadounidense sin fines de lucro, dedicó un artículo a detallar esta temática de la durabilidad de las almohadas según sus materiales, al cual te remitimos si deseas comprender esto a fondo. No obstante, a continuación te resumimos 3 argumentos en favor de cambiar la almohada cada 2 años:

·        Por el deterioro normal. Cualquier accesorio de uso diario normalmente se deteriora. Hay un índice de deformación de la estructura que es inevitable por el uso. Cuando una almohada se deforma, pierde propiedades importantes, como la firmeza, la estabilidad y la ergonomía (todo esto lo veremos con detalle más adelante en este mismo artículo).

·        Porque se acumulan los fluidos corporales: La higiene corporal es un motivo de peso para cambiar periódicamente de almohada. En la almohada normalmente se acumulan el sudor al dormir, los aceites corporales y capilares, las escamas de piel, las células muertas, así como los fluidos corporales (la saliva, el cerumen, las mucosidades o las lágrimas, por ejemplo).

·        Porque se incrusta la suciedad ambiental: Por muy limpio que esté el dormitorio, es normal que cierto grado de suciedad ambiental (visible y no visible) se acumule en la almohada. Esto se cumple en especial si nuestro estilo de hacer la cama deja expuestas las almohadas. Es inevitable cierto grado de acumulación de polvo y suciedad.

·        Porque los ácaros hacen colonias invisibles: Un motivo no menos importante para reemplazar la almohada, es que también los ácaros se acumulan y hacen colonias totalmente invisibles (aunque el escozor y el prurito sí que se perciben). Los ácaros viven cerca del ser humano, porque se alimentan de nuestros desechos corporales. Esto es especialmente nocivo para personas alérgicas. Las personas alérgicas tienen que prestar especial atención a reemplazar la almohada periódicamente, ya que cierta acumulación de ácaros es inevitable con el tiempo, aunque se haga bien la limpieza o se usen aspiradores especiales.


Tabla resumen de la durabilidad de la almohada

Desde el punto de vista de la resistencia de los materiales (tradicionales y contemporáneos), el tiempo de vida útil de los diferentes tipos de almohada suele ser el que se refleja en la siguiente tabla. Por supuesto, son cifras aproximadas, ya que son muchos los factores que pueden influir en la durabilidad de la almohada. Además, estas cifras se refieren a cuando las almohadas empiezan a dar síntomas de deterioro o envejecimiento, no a cuando ya están totalmente de baja.

TABLA RESUMEN DE LA DURABILIDAD DE LA ALMOHADA

TIPO DE ALMOHADA

VIDA ÚTIL

Almohada de plumas.

De 1 a 3 años.

Almohada de algodón (y de otras fibras naturales suaves, como el kapok).

Hasta 2 años.

Almohada de alforfón (cáscara de trigo sarraceno).

Hasta 3 años.

Almohada de fibras de poliéster.

De 1 a 2 años.

Almohada de látex.

Hasta 3 o 4 años.

Almohada de muelles.

De 2 a 3 años.

Almohada viscoelástica.

De 2 a 3 años.

Almohada de poliespuma.

De 2 a 3 años.

Funda de almohada.

De 1 a 2 años.

Factores que desgastan la almohada

La durabilidad de la almohada va a estar marcada por el grado de resistencia de sus materiales en relación con la intensidad o la frecuencia de uso. Hay algunos factores que pueden acelerar el desgaste del material, incluso a veces independientemente de la calidad de la almohada. Es decir, una almohada, aunque sea de calidad, se desgastará más cuando se ve sometida a uno o más de los siguientes factores.

1) Si más de una persona usa la almohada en jornadas distintas

Hay diversas ocasiones en que más de una persona usa la misma cama para dormir, aunque sea en horarios distintos. En estos casos, si miras bien, la propia almohada no descansa en ningún momento, sino que se mantiene en uso continuamente. Es obvio que, dentro de un régimen de uso tan intenso, la almohada se desgastará mucho más rápido, en la mitad o un tercio del tiempo que necesitaría reemplazo si sólo se usara durante 8 horas al día.

2) Si más de una persona usa la almohada simultáneamente

Hay almohadas personales, pero hay almohadas más largas, diseñadas para que las use más de una persona al mismo tiempo. Las almohadas en que reposa más de una persona, se desgastan más rápidamente, a pesar de estar diseñadas para eso. Esto se cumple especialmente cuando la almohada no está diseñada para más de una persona.

Cuando sobre una almohada no diseñada para ello reposa más de una cabeza (por ejemplo, cuando una pareja usa la misma almohada personal para dormir), el índice de desgaste se nota a simple vista a medida que el tiempo avanza. No obstante, muchos están dispuestos a que la almohada dure menos, con tal de disfrutar de la cercanía y la intimidad.


3) Si se duerme con calor en la habitación

Cuando las personas pasan calor en la habitación que usan para dormir o descansar, el cuerpo genera sudor y grasas superficiales en exceso. El cuello y la cabeza son notables disipadores de calor, por lo que en esas circunstancias van a generar aceites corporales y a sudar, tal vez copiosamente. En esos casos, el sudor del cuello y la cabeza irá a parar directamente al tejido y al material de la almohada y demás accesorios de descanso. El sudor y los aceites corporales irán deteriorando la almohada con el tiempo, hasta que llegue el momento del reemplazo.

Esto se agrava dentro de ciertos climas tórridos, en que el calor es inevitable y no se aplaca por los medios normales. Y a ello hay que sumar que algunas personas, sea por motivos nerviosos, por trastornos del sueño o causas de cualquier otra índole, tienen lo que se llama “sueño sudoroso”.

¿Así cuán larga podrá ser la durabilidad de la almohada? Ello dependerá del nivel de sudoración, de la higiene o frecuencia con que se lave la funda e incluso la almohada, y además dependerá de la frecuencia de uso de la almohada y de la duración del descanso.

4) Si la almohada se utiliza para otras actividades

Si una almohada se usa exclusivamente para dormir, es bastante lógico que eso signifique que se usa unas 8 horas al día, exclusivamente para apoyar la cabeza. Sin embargo, como con frecuencia la cama se usa para más actividades, tales como

·        Estudiar

·        Escuchar música

·        Charlar

·        Reposar brevemente la comida

·        Hacer el amor

·        Dialogar con tu pareja

·        Y otras actividades

Entonces, la almohada tiene un uso más intensivo, y tiende a durar menos. Pero ojo, que esto no significa que haya que dejar de hacer estas importantes actividades en la cama. No hay ni que decir que es mejor tener que reemplazar las almohadas, que dejar de hacer estas actividades.


5) Si la habitación no es higiénica

Dormir en una habitación tranquila y limpia es una de las condiciones para la llamada buena higiene del sueño. La limpieza de la habitación ayuda a la conservación de los accesorios de descanso, incluida la cama, el colchón, las almohadas, las sábanas y mantas, etc. Pero lo contrario también se cumple.

En una habitación que no está limpia, los accesorios del equipo de descanso, incluida la almohada, tendrán menos tiempo de vida útil. En esos casos, la durabilidad de la almohada se verá limitada por la acumulación de polvo, suciedad, ácaros, y puede que incluso humedad. Esto, independientemente de la calidad de la almohada, se agrava si en la región hay exceso de humedad o lluvia frecuente durante el año.

Qué material de almohada es más recomendable según la etapa de tu vida

Aprender a comparar almohadas puede ser muy útil en el momento de comprarlas. Desde la óptica de la edad o la etapa de la vida en la que te encuentras, hay diversos consejos que puedes tomar en cuenta, porque te ayudarán a decidir cómo elegir tu almohada según su material, o lo que es lo mismo, según las cualidades de cada material.

Antes que todo, hay que saber que para comparar almohadas, es necesario considerar las siguientes cualidades en los materiales de fabricación y en los diseños de las mismas:

·        Firmeza: La firmeza es la cualidad que tiene el material que le permite hacer una resistencia adecuada al cuerpo (a la cabeza en el caso de las almohadas), de manera que el cuerpo no se hunda en el material y por tanto no quede torcido o incómodo.

·        Estabilidad: La estabilidad es la cualidad que permite que el material de la almohada no se mueva o vibre como efecto del peso de la cabeza. Una almohada sin estabilidad afecta el sueño, puede incluso provocar cefaleas y jaquecas, y entorpecer el descanso del cerebro. En cambio, una almohada estable garantiza el confort y el buen descanso.

·        Ergonomía: El diseño ergonómico o anatómico, es el resultado de aplicar a las almohadas las leyes de la ergonomía, que son las leyes de la relación armónica entre la anatomía del cuerpo y la forma de los objetos. Una almohada ergonómica o anatómica armonizará a la perfección con la cabeza o con la parte del cuerpo para la que haya sido especialmente diseñada.

·        Resiliencia: La resiliencia, como cualidad física de almohadas y colchones, se relaciona con materiales de tecnología avanzada aplicada a los accesorios de descanso, como pueden ser las distintas variantes de espuma viscoelástica y de látex. Una almohada es más resiliente en la medida en que sea capaz de recuperar su forma original una vez que dejamos de estar apoyados en ella.

·        Memoria: Se denomina “memoria” (ya sea en almohadas, colchones u otros accesorios de descanso), a la capacidad que tiene un material para adaptarse a la anatomía de la cabeza o de ciertas partes del cuerpo, y mantener esa huella mientras el cuerpo esté apoyado. La utilidad de esto es la reducción de los conocidos “puntos de apoyo”, lo que aumenta el confort al dormir o descansar.

·        Transpirabilidad: Las cualidades de frescura (en el sentido de baja temperatura) y transpirabilidad, están íntimamente relacionadas con el material de que esté hecha la almohada, y también con su diseño. Por ejemplo, las almohadas más compactas y de una sola pieza maciza, serán menos frescas o transpirables que aquellas que están hechas de espuma con poros abiertos, a que aquellas a las que se les añaden calados, perlas o esterillas de gel.

Tabla guía para comparar almohadas según la edad

Vamos a comparar almohadas detalladamente en una tabla. Reflejaremos cada una de las edades o etapas principales de vida, en relación con los puntos de la lista que recién vimos, y que sean pertinentes en cada caso. Obviamente, las necesidades de almohada van cambiando relativamente en cada edad, y eso será lo que verás reflejado en la tabla.


TABLA GUÍA PARA COMPARAR ALMOHADAS SEGÚN LA EDAD

EDAD O ETAPA DE VIDA

TIPO DE ALMOHA RECOMENDADA

Bebés

Se desaconseja la almohada en lactantes, y sólo se debe usar a partir de los 2 años de vida. Sólo se puede usar en algunos casos, a partir de consejos de médicos y especialistas.

Niños

Se recomienda la almohada de altura baja y de firmeza blanda o medio blanda. Es mejor que sea hipoalergénica, y tal vez ergonómica. Lo mejor es que se trate de una almohada especialmente diseñada para niños.

Adolescentes

Hay que tomar en cuenta la postura preferida al dormir, y a partir de eso elegir la mejor almohada. La adolescencia transcurre mejor si la almohada resulta cómoda.

Jóvenes

El tipo de almohada a esta edad depende del nivel de desarrollo corporal. Recomendable una almohada con firmeza media, que otorgue el sostén que la cabeza necesite según el tamaño de los hombros o la curvatura del cuello.

Adultos

La almohada de la edad adulta debe ser firme y estable, pero es mejor si también es ergonómica. De este modo se le restan posibilidades al insomnio o a los trastornos del sueño que pueden ocurrir en edad adulta.

Adultos mayores

A esta edad pueden haber surgido achaques o problemas de salud, en especial los relacionados con el sistema óseo y muscular. La almohada debe ser ergonómica, pero con buena memoria (memory foam). La viscoelástica de densidad mediana puede funcionar muy bien.

 

Otros consejos para comparar almohadas y elegir la más adecuada

Un tema importante relacionado con el que hemos tratado en este artículo, es: ¿Con cuántas almohadas debes dormir? La respuesta genérica a esta pregunta es que eso depende. Puedes usar más de una almohada si lo necesitas o lo deseas, o si el material de tus almohadas no es demasiado firme, o en función de la posición que prefieras para dormir.

Las personas que prefieren la postura boca arriba, normalmente no necesitarán más de 1 almohada; y menos aún la necesitarán quienes prefieren dormir boca abajo. Sin embargo, quienes duermen de lado pueden llegar a necesitar mayor altura, lo que puede implicar en ciertos casos usar más de 1 almohada.

Sin embargo, la respuesta exacta a la pregunta, es decir, la respuesta que dan los ortopédicos y los especialistas en equipo de descanso, es que lo mejor es no usar más de una almohada. Si necesitas más altura porque duermes de lado, lo mejor que puedes hacer es adquirir una sola almohada que complete esa altura, ya que esto añade mayor firmeza, resistencia y estabilidad al reposo de la cabeza, cosa que se entorpece si utilizas más de una almohada para dormir.

También existe un tamaño de almohadas para cada cama, o lo que es lo mismo: una correspondencia o equivalencia entre las tallas de colchón/cama y las de almohada. No cualquier almohada va a ser ideal para las dimensiones de tu colchón. Según tu talla de colchón, algunas almohadas le quedarán grandes, otras le quedarán pequeñas, pero algunas le sentarán perfectas.

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