¿Dormir todo el tiempo es bueno o malo? | Blog Nubett

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Dar las “buenas noches” y saber que ha llegado la hora de descansar, es uno de los momentos más placenteros del día. Tenemos la certeza de que dormir bien es un arte que mejora con la práctica y la constancia. ¿Pero es bueno o malo dormir todo el tiempo, es decir, demasiado tiempo? Hoy vamos a resolver todas las dudas que puedas tener acerca de cuál es el tiempo ideal de descanso. Tienes toda la info aquí, en tu Blog de Nubett.

 

¿Dormir todo el tiempo es bueno o malo?

A veces, cuando hemos tenido un día largo y estresante, sentimos deseos de que llegue la hora de descansar. Ese plácido momento en el que decimos “¡buenas noches!” y nos vamos a los brazos de Morfeo, puede ser el más esperado del día. Dormir bien puede compararse con un arte en el que mejoramos nuestras habilidades gracias a la práctica y la constancia. Sin embargo, hay quienes pueden llegar a dormir demasiado tiempo.

Para descubrir si dormir todo el tiempo es bueno o malo, debemos conocer las causas que lo provocan. Eso puede determinar una respuesta negativa o afirmativa para la pregunta que nos estamos haciendo desde el título. En el post de hoy responderemos esta que suele ser una duda frecuente para quienes sienten verdadera afición por el descanso y tratan de practicarlo todo lo que puedan. Incluso puede ser la duda de algunas personas que se sienten cansadas y con ganas de irse a dormir durante casi todo el día.

En Nubett estamos comprometidos con que tengas dos de los mejores bienes de la vida: descanso y salud. Por eso, además de analizar cuáles son las causas y efectos de dormir todo el tiempo, entraremos en los detalles de cuál es la mejor hora para dormir y qué cantidad de horas necesitas realmente para dormir bien. ¡Tenemos fe en que toda esta información te sea de provecho!

Cuando una persona duerme mucho, ¿qué significa eso?

Casi todos sabemos que dormir menos de 8 horas al día habitualmente, no es saldable. Todas las personas en edad adulta necesitan, como mínimo, dormir un promedio de 8 horas al día para permanecer con buena salud. Lo que no todos conocen es que permanecer durmiendo todo el tiempo, o más horas de las necesarias, es algo que puede afectar nuestra salud. Hay personas que sienten deseos de dormir todo el tiempo. Estas personas pueden incluso haber dormido el tiempo recomendado, y aún seguir con mucho sueño.

Pero, ¿qué significa que una persona duerma mucho? Existen varios motivos que hacen que las personas se sientan cansadas y con mucho sueño durante todo el día. Hay quienes llegan a dormir hasta 12 horas al día, y aun así se levantan con sueño. Varios estudios científicos han descubierto que tener la necesidad de dormir todo el tiempo responde a alguna alteración en el funcionamiento de nuestro organismo. Veamos a continuación cuáles son las posibles causas de que la persona quiera dormir todo el tiempo.

Algunas causas fisiológicas y ambientales que provocan querer dormir todo el tiempo

Estar muy cansados y querer dormir mucho, resulta normal luego de no haber podido dormir lo necesario durante un día o varios. En estos casos estamos ante una necesidad de descanso normal, de tipo inminente y pasajero. Sin embargo, cuando la necesidad de dormir se hace crónica hasta el punto de que la persona sienta que quiere dormir todo el tiempo todos los días, o muchos días de la semana, ello puede deberse a otro tipo de causas, que ya no son pasajeras sino crónicas. Veamos en detalles cuáles son las posibles causas de querer dormir todo el tiempo.

1) Recuperación de las horas de sueño perdido

Cuando hemos trasnochado por algún motivo y debido a eso se altera el ciclo circadiano, el cuerpo puede verse en la necesidad de recuperar el tiempo de sueño perdido. Una de las formas que encuentra nuestro organismo para recuperar el sueño perdido es dormir más horas de las normales. Es muy probable que un día después de trasnochar sintamos somnolencia y cansancio. Volveremos al estado normal cuando el cuerpo descanse lo suficiente y se levante con las fuerzas renovadas.

2) Interrupciones o falta de sueño profundo

Las personas que tienen el sueño ligero y que se despiertan con mucha facilidad, tienden a padecer de interrupciones del sueño. Por un lado, las interrupciones del sueño pueden ser provocadas por factores externos, tales como ruidos, malas condiciones ambientales, incomodidad del equipo de descanso, etc. Por otro lado, las interrupciones también pueden deberse a trastornos del sueño.

Sea por motivos externos o internos, las interrupciones del sueño son la causa principal de que una persona no pueda tener un sueño profundo. Debido a esto, la persona se despertará con somnolencia o con ganas de dormir todo el tiempo, y si tiene oportunidad, seguirá durmiendo. Esto no siempre es posible, debido a las actividades cotidianas.

3) Trastornos del sueño

Existen varias enfermedades que forman parte de los denominados trastornos del sueño, y que son la causa de que la persona se mantenga todo el día con sueño y con cansancio. Estas enfermedades, que provocan dormir mucho, las veremos con más detalle en un acápite posterior del presente artículo. También puedes leer el artículo cuyo enlace acabamos de insertar, ya que está dedicado por completo a ese tema.

4) Depresiones

Padecer estados depresivos puede desencadenar tanto insomnio (ausencia de sueño) como hipersomnia (exceso de sueño). Ambos trastornos del sueño no están tan distantes uno del otro como parece. La depresión provoca trastornos del sueño, y a la vez la falta de descanso contribuye a acrecentar el estado depresivo.

Algunos estudios médicos han detectado que el 70 % de los pacientes de depresión padecen también algún trastorno del sueño. El insomnio es célebre por ser el estado que determina que se vuelva difícil conciliar el sueño. Sin embargo, no todos saben que también se considera insomnio el hecho de no lograr permanecer dormido durante largos períodos de tiempo. Por otro lado, la hipersomnia no es sólo dormir en exceso. Este trastorno también provoca que el paciente sienta una somnolencia diurna excesiva, incluso si ha podido dormir todas las horas necesarias durante la noche y la madrugada. El estudio también detectó que la depresión puede generar apnea obstructiva del sueño.

5) Consumo de medicamentos

El consumo de ciertos medicamentos puede causar somnolencia en algunas personas. Por ejemplo, compuestos como las benzodiacepinas y los opiáceos en general, medicamentos para enfermedades como el Parkinson, entre otros. Así mismo, el uso excesivo de somníferos y fármacos de venta libre, pueden provocar muchos deseos de dormir. Lo mismo hay que decir de algunos suplementos dietéticos o de la exposición a ciertas sustancias tóxicas, que también pueden provocar algunas de las enfermedades de dormir mucho.

Cuál es la enfermedad de dormir mucho

Si con frecuencia te has preguntado: ¿Por qué duermo tanto y sigo con sueño?, es posible que estés padeciendo alguna de las enfermedades que provocan dormir mucho. No existe una sola enfermedad de dormir mucho. Son varias en realidad. En este acápite analizaremos en qué consisten las enfermedades que provocan sueño y cansancio crónico. En caso de que reconozcas que padeces cualquiera de estos trastornos, es importante que hagas una visita al médico, con el objetivo de empezar a tratar cualquiera de las enfermedades de dormir mucho.

El denominador común de todo cuadro clínico de somnolencia excesiva, es una inclinación crónica a dormir cuando no se debe o no se puede, sobre todo en horarios diurnos que comprometen las actividades cotidianas y sociales. Toda enfermedad de dormir mucho se puede manifestar a través de cualquiera de los siguientes síntomas:

·        Estado de sueño permanente que puede comprometer la realización de las actividades de la vida diurna (laborales, familiares, domésticas, sociales, etc.)

·        Ataques de sueño irreprimibles en distintos horarios del día, o incluso en lugares en los que una persona normal no se sentiría somnolienta.

·        Extensión excesiva del sueño nocturno, o sea, alargar las 8 horas normales de sueño durante varias horas más.

·        Dificultad para despertar y levantarse en la mañana, o con frecuencia levantarse en un estado excesivamente aturdido.

·        Sueño inminente y avasallador que se presenta en episodios prolongados durante días, separados por intervalos de meses y años, que sin embargo aparentan ser normales.

Hipersomnia

Resulta aclarador saber el significado y la etimología u origen de la palabra hipersomnia. “Hipersomnia” es una palabra que se deriva de una combinación de vocablos del griego y del latín. Está compuesta por el prefijo griego hiper-, que significa ‘sobre’, más el sufijo -ia, también del griego, que significa ‘cualidad’. La raíz léxica es la palabra latina somnus, que significa ‘sueño’. En suma, “hipersomnia” significa: Trastorno del sueño que consiste en tener somnolencia excesiva.

La hipersomnia es una de las enfermedades que conducen a querer dormir todo el tiempo. En términos médicos, la hipersomnia se define como una patología que se caracteriza por un exceso de sueño tanto diurno como nocturno. O sea, quienes padecen hipersomnia sienten la necesidad de dormir todo el tiempo. Durante la noche prolongan las horas de sueño y durante el día padecen sueño involuntario. En los casos en que hay hipersomnia real, la necesidad de sueño diurno llega hasta el punto de tener que interrumpir las actividades que se realizan durante el día, para dormir.

La hipersomnia puede clasificarse como leve, moderada o grave, en dependencia del grado de dificultad que tenga el paciente para mantenerse en estado de vigilia durante el día. Para clasificar o categorizar la hipersomnia, también se investiga el indicador de cuántos son los accesos de sueño irresistible que se producen en un mismo día o durante cierto período de tiempo. Estos accesos de sueño pueden ocurrir en cualquier circunstancia cotidiana, por ejemplo: al permanecer sentado, o conduciendo un coche, o estando de visita en casa de un amigo, o en el trabajo, etc. Veamos los tipos o categorías de hipersomnia:

·        Hipersomnia leve: Los accesos de sueño o dificultad para mantener el estado de vigilia durante el día, ocurren de 1 a 2 días por semana.

·        Hipersomnia moderada: Los accesos de sueño o dificultad para mantener el estado de vigilia durante el día, ocurren de 3 a 4 días por semana.

·        Hipersomnia grave: Los accesos de sueño o dificultad para mantener el estado de vigilia durante el día, ocurren de 5 a 7 días por semana.

La hipersomnia también se clasifica, según la prolongación que los síntomas tengan en el tiempo. Desde este punto de vista, existen 3 tipos de hipersomnia:

·        Hipersomnia aguda: Es la que tiene una duración aproximada de 1 mes a partir de la aparición de los síntomas.

·        Hipersomnia subaguda: Los síntomas tienen una duración de 1 a 3 meses.

·        Hipersomnia persistente: Se considera que el paciente ha llegado a un estadio persistente si tiene síntomas de hipersomnia desde hace más de 3 meses.

Problemas generados por la hipersomnia

  1. Inercia o borrachera del sueño: Algo que caracteriza a la hipersomnia es la inercia o “borrachera” del sueño. Se trata de un estado de somnolencia en el que el paciente tiene un deterioro de la vigilia, menor vigilancia al despertarse, o un período de rendimiento alterado. Este estado de borrachera del sueño puede durar minutos luego de levantarse de la cama, o incluso horas. Generalmente está asociado con comportamientos inadecuados como cuadros agresivos, sensación de confusión, e incluso dificultad para coordinar los movimientos (ataxia).

  2. Sueño no reparador: Aunque los pacientes con hipersomnia permanezcan más de 10 o 12 horas en la cama durmiendo durante la noche, se levantan muy cansados. Incluso suelen tener siestas largas de más de 1 hora, de las que no son reparadoras. Esto se debe a que no tienen nunca un sueño reparador. Quienes padecen hipersomnia se quejan de no descansar bien y de tener cansancio crónico. Esta falta de sueño profundo y reparador incide en un deterioro funcional de la vida diaria.

  3. Alteraciones de la conducta: Cuando la hipersomnia es crónica, la conducta de los pacientes puede llegar a alterarse. Las personas en esa condición experimentan un malestar significativo y padecen de deterioro cognitivo. La vida cotidiana y las relaciones familiares y sociales se pueden ver gravemente afectadas. A veces el paciente tiene episodios de hipersomnia que se alternan con períodos normales. Durante los episodios la persona puede sentir desorientación y confusión, aunque esté despierta. Puede tener accesos de gula, es decir, episodios en los que come desenfrenadamente o se da atracones. También puede mostrar marcada hipersexualidad, así como tener un carácter irritable y agresivo.

Causas de la hipersomnia

Entre la literatura médica sobre este tema se encuentra un Tratado de Psiquiatría Clínica (del Massachussets General Hospital), en el cual se develan las posibles causas de la hipersomnia. A continuación listamos algunas de ellas:

  • ·        Enfermedad de Parkinson.
  • ·        Hipotiroidismo.
  • ·        Insuficiencia hepática renal.
  • ·        Insuficiencia suprarrenal.
  • ·        Haber sufrido algún tipo de traumatismo craneal.
  • ·        Padecer el síndrome de Prader-Willi.
  • ·        Tener una lesión en el sistema nervioso central que haya afectado el hipotálamo.

Tratamiento para la hipersomnia

Para prescribir un tratamiento para la hipersomnia, el médico debe distinguir si se trata de una hipersomnia idiopática, que es la que no está asociada a ninguna otra enfermedad y se da aislada, o de una hipersomnia secundaria, es decir, la que es producida por una enfermedad de base.

Si la hipersomnia es causada por otra enfermedad, el tratamiento se enfocará en sanar al paciente de la enfermedad básica. Por ejemplo, cuando la hipersomnia es causada por una apnea del sueño, se utilizará el tratamiento con CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias), que mejorará los síntomas de somnolencia y de cansancio crónico.

En cambio, cuando la hipersomnia es idiopática, el tratamiento va a depender de la gravedad de los síntomas. Posiblemente se requiera poner en práctica varios métodos a la vez:

  •        Una de las medidas es organizar un horario en el que se respeten las horas de sueño nocturno, con horarios fijos para acostarse y para levantarse. También en este horario se contempla tener una siesta al día.

  •         Otro factor será el consumo de sustancias estimulantes para mantener en alerta al paciente. Posiblemente se recomiende café matutino y/o vespertino. Pero si esto no funciona, se pueden recetar medicamentos estimulantes suaves, como la pemolina magnésica.

Narcolepsia

La narcolepsia, también conocida como la enfermedad de Gelineau, se define como un trastorno en el sistema nervioso que provoca somnolencia extrema y repentinos ataques de sueño a lo largo del día. La narcolepsia tiene muchas cosas en común con la hipersomnia (como veremos en breve), pero se distingue de ésta por los accesos repentinos de sueño, que provocan que la persona se quede dormida en los contextos más inadecuados o inesperados.

Etimológicamente, la palabra “narcolepsia” está compuesta por dos raíces que provienen del griego. Se compone por la palabra narke que significa “entumecimiento o adormecimiento” y por la palabra lepsis que significa “acción de apoderar o atrapar, y ataque”. Además, finaliza con el sufijo ia que significa “cualidad”. Podemos decir entonces que narcolepsia significa “cualidad o enfermedad de tener mucho sueño”.

Se trata de un trastorno que en la mayoría de los casos tiene causas de naturaleza genética. Esto significa que hay personas con más predisposición a padecer este trastorno que otras. Este tipo de enfermedad de dormir mucho se describe mediante un conjunto de síntomas que son comunes a trastornos del sueño, además de presentar signos inequívocos que ayudan a diferenciarla:

·        Lo distintivo de la narcolepsia es, como ya adelantamos más arriba, que los pacientes que la padecen experimentan verdaderos ataques de sueño en varias ocasiones del día. Durante estos episodios, la persona puede dormir siestas breves de entre 15 y 20 minutos.

·        Los narcolépticos tienden a tomar no sólo largas siestas vespertinas: algunos incluso toman siestas matutinas. Después de dormir estas siestas pueden sentirse mejor, y hasta desaparece el estado de somnolencia por un rato, hasta que vuelve a atacar. Los ataques de sueño durante episodios de narcolepsia (a diferencia de los de hipersomnia), hacen que el paciente se sienta restaurado y descansado, al menos por unas horas.

·        Las personas con narcolepsia tienen especial tendencia a querer dormir durante el día en situaciones sedentarias, es decir, cuando no están realizando actividades que impliquen movimiento físico. Esto también puede sobrevenir cuando no tienen motivación por lo que están haciendo, o cuando hay monotonía. Por ejemplo, pueden dormir durante alguna reunión, detrás de un mostrador, en trabajos de oficina, etc.

Problemas generados por la narcolepsia

Lo más peligroso de la narcolepsia son los episodios de comportamientos automáticos, que en realidad son muy semejantes a algunas formas de epilepsia temporal. En estos casos el paciente puede encontrarse en situaciones inesperadas, delicadas, o incluso peligrosas, como estas que ponemos de ejemplo:

  • ·        A veces los ataques de sueño se producen en situaciones activas que pueden provocar graves problemas. Por ejemplo, conduciendo un coche, caminando o trabajando.
  • ·        La persona puede hallarse de repente con algún objeto en la mano, y no saber cuándo lo tomó.
  • ·        Puede descubrir que va conduciendo el coche en sentido contrario al que orienta la vía.
  • ·        Puede hablar incoherencias, o tal vez subrayar un libro donde no debía.
  • ·        Experimentar cataplexia (que es el embotamiento súbito de la sensibilidad de una zona del cuerpo) o sentir falta de tono muscular en algunos lugares del cuerpo o en todo el cuerpo.
  • ·        Tener alucinaciones visuales, auditivas y táctiles durante los minutos de cataplexia. 
  • ·        Evitar emociones fuertes como la risa, la alegría, la ira o la sorpresa.
  • ·        Tener episodios de parálisis del sueño que afectan todo el cuerpo, menos los músculos de la respiración.
  • ·        Experimentar falta de memoria a corto plazo, provocada por la ausencia de atención durante los ataques de sueño.
  • ·        Vivir conflictos familiares, sociales y laborales producidos por cualquiera de los síntomas que acabamos de listar.

Causas de la narcolepsia

A diferencia de la hipersomnia, que con frecuencia es causada por la existencia de una enfermedad o por algún tipo de trastorno, las principales causas de la narcolepsia se han encontrado en lo genético. Estos factores genéticos aparecen con más frecuencia en la edad adolescente y juvenil, entre los 15 y los 25 años. Existe además otro grupo etario de pacientes, que son los que debutan alrededor de los 35 y los 45 años, o en la edad de la menopausia en el caso de las mujeres.

Desde el punto de vista neurológico y fisiológico, la narcolepsia se caracteriza por una entrada rápida del paciente en la fase de sueño REM. Para una persona normal, entrar en la fase REM del sueño toma unos 50 minutos después de haberse dormido. En cambio, los narcolépticos entran en REM después de 1 a 10 minutos de haber conciliado el sueño.

Actualmente la narcolepsia se clasifica en 2 tipos: la de tipo I y la de tipo II. Ambos tipos de narcolepsia tienen en común los síntomas de SDE (somnolencia diurna excesiva) y presentan los mismos resultados en las pruebas electrofisiológicas. La diferencia entre ambas está dada por la diferencia de déficit de hipocretina/orexina y de cataplexia. Veamos los detalles de ambos tipos de narcolepsia:

·        Narcolepsia tipo I: Tiene como causa el déficit de hipocretina, que se comprueba al realizar un examen del líquido cefalorraquídeo. Este tipo de narcolepsia es provocada por un trastorno en el funcionamiento del sistema de la hipocretina y la orexina. Ello se debe a una pérdida selectiva y grave de las neuronas en el hipotálamo lateral, que son las encargadas de producir el neurotransmisor denominado hipocretina.

·        Narcolepsia tipo II: Este tipo de narcolepsia se desencadena producto de algún padecimiento en el sistema nervioso central, o por alguna enfermedad neurológica. Se diferencia de la de tipo I porque, en la de tipo II, no ocurren los episodios de cataplexia y los niveles de hipocretina se encuentran normales.

Para conocer mejor el funcionamiento del sistema de la hipocretina y la orexina, se puede leer el estudio Importancia de las hipocretinas en la patogenia de la narcolepsia, de los doctores Pablo Torterolo y Giancarlo Vanini, profesores de Fisiología en la Facultad de Medicina de Montevideo, Uruguay.

Tratamiento para la narcolepsia

La narcolepsia, hasta el momento, no tiene cura. Sin embargo, existen tratamientos que pueden ayudar a calmar los síntomas. Existen dos líneas fundamentales de terapia que suelen mejorar este padecimiento: una se basa en cambios en el estilo de vida, y la otra se basa en el consumo de medicamentos. Veamos ahora algunos detalles sobre las terapias que pueden mejorar la narcolepsia.

Cambios en el estilo de vida

Algunos cambios en el estilo de vida de los pacientes con narcolepsia, pueden mejorar mucho sus síntomas y hacer que los pacientes disfruten de un día a día más llevadero y tranquilo. Estos cambios son:

·        Tener un horario de sueño y vigilia: Lo primero es tener un horario de sueño establecido, a partir del cual se fijen las horas de acostarse a dormir y de levantarse. A toda persona le conviene tener un horario de sueño durante la semana, pero para los narcolépticos es mejor mantener el horario incluso los fines de semana.

·        Dormir las siestas: Programar siestas cortas unas 3 veces al día, contribuye a que los pacientes no sean sorprendidos por ataques de sueño a deshora. Las siestas de 20 minutos ayudan a reducir la somnolencia entre 1 y 3 horas. Además, pueden ser muy reparadoras.

·        Evitar la nicotina y el alcohol: Tanto la nicotina del tabaco como el alcohol pueden ser muy nocivos, debido a que contribuyen a empeorar los síntomas de la enfermedad. Al eliminarlos estaremos dando más capacidad de bienestar a nuestro organismo.

·        Dialogar con tus seres queridos y compañeros de trabajo: Es importante que quienes forman parte de la vida de los narcolépticos estén al tanto de lo que les ocurre a los pacientes. De este modo podrán ayudar en caso de que el paciente sufra algún ataque de sueño inminente. También por la vía del diálogo, el narcoléptico podrá tener las condiciones básicas tanto en casa como el trabajo para llevar su plan o el estilo de vida que reduce los síntomas del trastorno.

·        Mantener la prudencia: Como paciente, la persona narcoléptica debe también ser responsable de su trastorno y evitar poner en riesgo su vida y la de los demás. Por ejemplo, durante un viaje en coche, sobre todo si se trata de un viaje largo, debe tomar precauciones para evitar un ataque de sueño en plena carretera. No debe conducir si empieza a sentir sueño. En esos casos lo mejor será estacionar en un lugar seguro y dormir una siesta. También puede comunicarle al médico su viaje, para que éste le indique algún plan de medicamentos que ayuden a mantener la vigilia en esa circunstancia.

·        Hacer ejercicios: Hacer ejercicios moderados unas 5 horas antes de la hora de dormir, es muy saludable y ayuda a atenuar los síntomas del trastorno de sueño.

Medicamentos

Existe un grupo de medicamentos que también ayudan a mejorar los síntomas de la narcolepsia:

  • ·        Medicamentos estimulantes: Este es el grupo de medicamentos más utilizado para mejorar los síntomas de la narcolepsia. El objetivo de estos fármacos es estimular las funciones del sistema nervioso central, y de este modo contribuir a mantener el estado de vigilia durante el día. Los más usados son el modafinilo y el armodafinilo, que suelen ser mucho menos adictivos que los medicamentos que se recetaban en el pasado para este mismo trastorno. Otros estimulantes, que se usan cuando los que acabamos de mencionar no funcionan, son: sunosi, pitolisant, metilfenidato y anfetaminas.
  • ·        Inhibidores selectivos: Este tipo de medicamentos están indicados para los casos de pacientes que tengan episodios de cataplexias, alucinaciones y parálisis del sueño. Su consumo suprime el sueño REM (MOR, según sus siglas en español).
  • ·        Antidepresivos tricíclicos: Esto medicamentos son menos usados y deseados, ya que provocan efectos secundarios, tales como sequedad en la boca y aturdimiento. En este grupo encontramos: protriptilina, imipramina y clomipramina. Todos son muy eficaces para la cataplexia.
  • ·        Oxibato de sodio: El oxibato de sodio ayuda a dormir mejor en las noches, y si se toma en altas dosis, ayuda a mantener el estado de vigilia durante el día. Además, contribuye a mantener la cataplexia bajo control. Sin embargo, tiene efectos secundarios, tales como nauseas, sudoraciones o sonambulismo. No debe ser mezclado con alcohol ni con analgésicos.

Apneas: trastornos respiratorios del sueño y somnolencia recurrente

Una somnolencia recurrente y excesiva, puede deberse también al padecimiento de enfermedades respiratorias que afectan el sueño. Este tipo de enfermedades se conocen como trastornos respiratorios del sueño. El que más afecta a los pacientes que presentan somnolencia diurna, es la apnea del sueño.

Saber la etimología u origen de la palabra apnea nos ayudará a comprender el trastorno. La palabra “apnea” procede del vocablo griego apnoia, que se compone del prefijo a-, que denota negación, y el verbo pnein, que significa ‘respirar o soplar’. Podemos decir entonces que, por su etimología, la palabra “apnea” significa ‘sin respiración’. Asociada al momento de sueño, la apnea implica que la persona tiene dificultades para respirar durante el descanso. Existen 3 tipos de apneas: la obstructiva, la central y la mixta. Veamos en qué consiste cada una.

  • ·        Apnea obstructiva del sueño (AOS): Es el tipo más común de las apneas, y la padece el 84 % de los pacientes con apnea.  Este tipo de apnea se define como el cese del flujo aéreo en la nariz y la boca durante un tiempo de al menos 10 segundos. Esto ocurre a pesar del trabajo respiratorio mantenido durante el sueño. Este tipo de apnea es producido por una obstrucción de las vías respiratorias superiores. Uno de sus síntomas más visibles son los fuertes ronquidos.
  • ·        Apnea central del sueño (ACS): Este es el tipo de apnea menos frecuente, y casi siempre ocurre por alguna desconexión entre el cerebro y el cuerpo. A diferencia de la apnea obstructiva, en la apnea central del sueño los conductos respiratorios se mantienen abiertos y es el cuerpo quien no hace el esfuerzo por respirar. Puede pasar desapercibida, debido a que no ocurren los ronquidos de la apnea obstructiva.
  • ·        Apnea mixta del sueño: Se trata de una mezcla de los dos tipos de apneas anteriores. En la apnea mixta se pueden conjugar episodios de apnea obstructiva y de apnea central. O sea, que habrá tanto obstrucción de las vías respiratorias como falta de esfuerzo corporal por mantener los reflejos de la respiración.

Problemas generados por las apneas

Como vimos antes, el mayor problema con las apneas es que bloquean la circulación del aire en las vías respiratorias durante el sueño. Este efecto de falta de aire o de parar de respirar, ya es peligroso en sí mismo, pues el organismo puede quedarse sin reaccionar. Por fortuna, eso ocurre en un porcentaje pequeño de los casos. Es por eso que, cuando sospechamos del padecimiento de este trastorno, es necesario acudir al médico lo antes posible.

El otro tipo de problemas que trae la apnea, es la interrupción del sueño. La interrupción del sueño se produce cuando el cerebro detecta la parada respiratoria producida por la apnea. En ese momento un centro de control dispara la señal para que despertemos cuanto antes, con el tiempo suficiente como para inhalar aire y volver a respirar. Este despertar puede durar fracciones de segundos, por lo que casi nunca nos damos cuenta de ello. Luego de tomar aire el cuerpo vuelve a dormirse. Estos despertares pueden ocurrir alrededor de 50 veces por hora.

A pesar su brevísima duración, los microdespertares provocados por la apnea se consideran interrupciones del sueño. Cuando el cuerpo vuelve a dormirse, tiene que empezar a cruzar nuevamente por los ciclos del sueño desde el inicio. Y aquí es donde se genera el tercer problema provocado por la apnea de sueño: la somnolencia durante el día. Esta somnolencia se debe a que los pacientes con apnea duermen mal, como resultado de los microdespertares que les interrumpen el sueño. Esto provoca que nunca o casi nunca lleguen a la fase de sueño profundo, que es donde más cantidad de procesos regenerativos realiza nuestro organismo. Es por esto que, quienes padecen apneas, con frecuencia quieren dormir todo el tiempo.

Causas de las apneas

Lo que causa la apnea obstructiva del sueño (y que también le da nombre), es la obstrucción que ocurre en las vías respiratorias superiores, debido a:

  1. ·        La relajación muscular que ocurre mientras estamos dormidos.
  2. ·        El peso del cuello, que estrecha los conductos de aire.
  3. ·        Padecer de amígdalas inflamadas, es algo que también puede obstruir el flujo del aire a través de las vías respiratorias.
  4. ·        Algunas causas derivadas de la estructura anatómica, tales como la forma de la nariz de la persona, o la forma del cuello y de la mandíbula.

Para la apnea central del sueño existe otro tipo de causas, diferentes de las de la apnea obstructiva. Entre las causas principales encontramos la insuficiencia cardiaca o algunas lesiones que involucren el cerebro, tales como:

  1. ·        AVC.
  2. ·        Tumor cerebral.
  3. ·        Infección viral en el cerebro.
  4. ·        Enfermedad respiratoria crónica.

En el tercer tipo de apnea, la mixta, podemos encontrar diversas combinaciones de causas tanto de la apnea obstructiva como de la central.

Tratamiento para las apneas

Existen varias áreas de la vida de la persona, sobre las que se puede influir para mejorar los síntomas de las apneas de sueño. Los tratamientos para las apneas van a variar, tomando en cuenta el nivel de afectación de cada paciente y las formas en que se manifieste la apnea. Por este motivo, cada tratamiento de apnea es relativamente distinto e individual. Hay 2 áreas en las que se puede trabajar para mejorar la apnea. Una de ellas es la de los hábitos o el estilo de vida; la otra es el uso de terapias, lo que puede incluir aparatos y dispositivos, y en ocasiones cirugías. Veamos esto con más detalle.

Cambios en el estilo de vida

Este tipo de cambios en el estilo de vida de los pacientes con apneas, son los primeros que se prueban cuando el padecimiento es leve. Estos cambios implican cierto nivel de disciplina por parte de los pacientes, ya que todos se llevarán a cabo en su intimidad.

  • ·        Para pacientes que tiene sobrepeso, una de las recomendaciones para mejorar los síntomas de la obstrucción de las vías respiratorias, es bajar de peso.
  • ·        Dejar de fumar ayuda a mantener más despejado y relajado el sistema respiratorio, por lo que el cuerpo podrá tomar más oxígeno en las inhalaciones y expulsar mejor el dióxido de carbono en las exhalaciones.
  • ·        Evitar el uso de almohadas altas es otro factor a tener en cuenta. A veces las almohadas provocan que la barbilla tope con el pecho, lo que implica que la cabeza tome una posición hacia abajo. Este tipo de posición afecta el paso del aire por las vías respiratorias superiores, y es una de las causas de la obstrucción.
Terapias y uso de dispositivos

Existen algunas terapias y dispositivos o aparatos, que pueden mejorar los síntomas de las apneas. Estos dispositivos se colocan en la noche, para que los pacientes duerman con ellos puestos. En el caso de las terapias podemos encontrar el uso de cirugías, pero esto se deja siempre como última opción. Sólo se aplica cirugía en casos en los que no han funcionado las soluciones previas y en los que los síntomas son más intensos. Entre los dispositivos y terapias para la apnea se encuentran:

  • ·        Máquina de presión positiva. En el campo de las terapias encontramos el uso de aparatos, como el que ejerce presión de aire por medio de una mascarilla durante el sueño. La mayoría de los pacientes se adaptan a dormir con este aparato. Sin embargo, hay un pequeño grupo para los que es sumamente incómodo su uso. Este tipo de dispositivos se conocen también como máscaras de CPAP.
  • ·        Es muy frecuente también el uso de dispositivos bucales para mantener la garganta abierta durante la noche e impedir la obstrucción. Son más fáciles de usar que las máscaras de CPAP. Los dispositivos bucales deben ser ajustados por un dentista para evitar problemas. Existe una gran variedad de estos dispositivos, así que lo ideal es dar con el que resulte más cómodo a la persona.
  • ·        Tratar las enfermedades cardiacas o neuromusculares que estén produciendo una apnea central. Si tratamos las causas de estas enfermedades, estaremos evitando los síntomas de este tipo de apnea.
  • ·        También para contrarrestar la falta de movimientos respiratorios en la apnea central, se han creado los llamados dispositivos de oxígeno, que envían el oxígeno directamente a los pulmones.
  • ·        Uno de los aparatos que más reciente se han diseñado y fabricado para los pacientes con apnea, son los que se denominan equipos de servoventilación adaptativa. Estos equipos incorporan una computadora en la que se almacena la información acerca de cuál es el patrón de respiración normal del usuario. Mientras la persona duerme, la máquina utilizará presión para normalizar la respiración y evitar las pausas.
  • ·        En los casos en los que los pacientes presentan una estructura muy cerrada del conducto nasal o de la garganta, se procede a una cirugía. Como comentamos más arriba, este tipo de cirugías es la última opción en todo tratamiento para personas que presenten una estructura anatómica normal. Los tipos de cirugías que se pueden realizar son: extirpación y reducción del tejido de la parte posterior de la boca y de la garganta, reubicación del hueso maxilar, implantes, estimulación nerviosa, traqueostomía (o creación de otra vía respiratoria), etc.

Qué provoca dormir mucho en nuestro organismo

Las personas que duermen más de 10 o 12 horas al día, pueden empezar sufrir afecciones en su salud, tal como les ocurre a las personas que duermen muy poco tiempo. Es importante acudir al médico en cuanto detectamos que la causa de un cansancio crónico no es pasajera, sino que es fisiológica o recurrente. De este modo estaremos evitando cualquiera de las enfermedades y trastornos secundarios que provoca esta condición de dormir todo el tiempo. En este acápite veremos algunos de los trastornos que provoca la enfermedad de dormir mucho en nuestro organismo, tanto a nivel físico como psicológico.

1) ¿Dormir mucho tiempo envejece o rejuvenece?

Un estado de sueño prolongado crónico, puede provocar el envejecimiento prematuro del cerebro. Este envejecimiento generará dificultades en el desenvolvimiento de la persona durante las actividades de la vida diurna. Además, esto puede provocar el deterioro prematuro de las capacidades mentales de los pacientes. El encéfalo es la zona del cerebro más afectada por el exceso de sueño. Este puede ser también el caldo de cultivo para empezar a padecer algún tipo de demencia.

En un estudio científico publicado en la prestigiosa revista Sleep, titulado Efectos disociables de la duración del sueño diario autoinformado sobre las capacidades cognitivas de alto nivel, se demostraron los efectos nocivos que tiene dormir mucho más de las horas recomendadas. Se afectan las funciones cognitivas y se desencadena el envejecimiento prematuro del cerebro. Para el estudio se entrevistaron a profundidad a más de 10 mil personas de todas las edades y estilos de vida.

2) Afecta las funciones cognitivas

En el estudio que recién citamos, se demostró que las capacidades cognitivas del cerebro disminuyen cuando dormimos todo el tiempo. En especial la capacidad de hacer razonamientos válidos, aunque también las habilidades verbales. Se demostró que el exceso de horas de sueño afecta las funciones cognitivas, sin que importe la edad de la persona. Estos patrones regulares excesivos de sueño afectan procesos cognitivos de orden superior, pero no a los procesos básicos de la memoria. Entre las afecciones cognitivas que causa dormir todo el tiempo tenemos:

  • ·        Pérdida de habilidades verbales.
  • ·        Reducción de la capacidad de razonar la información.
  • ·        Disminución de la capacidad para solucionar problemas cotidianos.
  • ·        Bajo desempeño en todas las tareas.
  • ·        Pobre toma de decisiones.
  • ·        Ralentización del cerebro.
  • ·        Falta de concentración.

3) Incide en el estado de ánimo

Como vimos arriba, la depresión puede provocar alteraciones del sueño, pero también puede ser provocada por un déficit o por un exceso de sueño. El exceso de sueño provoca que nuestro ánimo esté decaído, deprimido, cansado, con poco nivel de atención sobre lo que sucede a nuestro alrededor.

4) Aumenta el riesgo de padecer alteraciones metabólicas y endocrinas

Tanto el sistema metabólico como el endocrino pueden verse afectados si la persona duerme todo el tiempo. Estas afecciones pueden derivar en enfermedades como la diabetes tipo II, con mayor incidencia en el caso de los hombres. Esto se debe a un aumento de los niveles de azúcares, tal y como ocurre cuando dormimos menos de 8 horas.

Además, el exceso de sueño puede ser la causa de un aumento de peso, lo que puede llegar incluso a la obesidad. Esto ocurre por causa indirecta, ya que dormir demasiado provoca que haya menos actividad física y que se coma a deshora, lo que afecta el metabolismo.

5) Predispone a padecer enfermedades cardiovasculares

Las personas que duermen más de 10 horas al día, tienen más posibilidades de padecer ictus e infartos. Aunque aún no se ha podido determinar la causa de esta estadística, existe hasta un 46 % más de posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares en personas que duermen todo el tiempo.

6) Genera somnolencia y resaca del sueño

Despertar confusos es común en quienes duermen más de 8 horas al día. Además, pueden experimentar una vigilia con resaca de sueño, en la cual no tendrán sus sentidos totalmente despiertos. Debido a eso, la persona además puede sentir mareos, dolores de cabeza y debilidad corporal asociada al estado de dormir demasiado. 

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