La fibromialgia y el equipo de descanso ideal | Blog Nubett
De cómo afecta a tu descanso y darte consejos sobre qué equipo de descanso usar para sobrellevarla mejor. Toda la información la encuentras aquí en el blog de Nubett.
La fibromialgia es un síndrome bastante frecuente, ya que afecta a entre un 2 y un 6 % de la población mundial, principalmente del sexo femenino. Este trastorno puede influir para mal en la calidad del sueño, ya que ocasiona desde interrupciones o apneas hasta síndrome de pies inquietos. Tu tipo de colchón puede influir positivamente en la fibromialgia y ayudarte a descansar mejor y a pasar bien la noche. En Nubett queremos que estés al tanto de los temas más actuales para que tengas un descanso saludable. Por eso, hoy hablaremos sobre la fibromialgia y sobre qué equipo de descanso es más recomendable para quienes padecen esta enfermedad.
¿Qué es la fibromialgia?
Para empezar, debemos conocer qué es la fibromialgia. Para ello lo mejor en principio es ir directo a su etimología. Desde el punto de vista etimológico, la palabra fibromialgia se deriva de tres palabras, una que proviene del latín y dos que provienen del griego:
· Fibra, del latín, que significa ‘filamento’ y se refiere a los tejidos blandos del cuerpo.
· Myos, del griego, que significa ‘músculo’.
· Algia, del griego, que significa ‘dolor’.
Entonces, se puede decir que “fibromialgia” significa ‘dolor de las fibras musculares’. No hay una palabra más adecuada para definir el tipo de trastornos que produce esta enfermedad. El cuadro clínico de la fibromialgia fue definido por la ciencia médica a inicios del siglo XIX, momento en que varios doctores comenzaron a describirla y a identificarla como una entidad patológica con una característica reumatoide propia. La fibromialgia se conocía hasta aquel entonces con otros nombres: reumatismo muscular, fibrositis, reumatismo psicogénico o neurastenia.
Fue en el año 1976 cuando se acuñó el término “fibromialgia” para clasificar este tipo de trastornos. Finalmente, en el año 1992 esta enfermedad pasó a formar parte de la clasificación internacional de enfermedades, al ser reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “síndrome de fibromialgia”.
Según un estudio investigativo de los doctores españoles Manuel López Espino y José Carlos Mingote, titulado Fibromialgia, en España hay entre 400.000 y 1.200.000 personas con este síndrome. Estas cifras implican un reto para los equipos de salud interdisciplinares, a tal punto, que la fibromialgia constituye la tercera causa de consulta en las unidades de reumatología.
Definición de fibromialgia
La fibromialgia se considera un síndrome, o sea, un conjunto de síntomas conocidos que pueden darse al mismo tiempo o por etapas, cuyo origen a veces es multifactorial, y a veces también es desconocido. Se caracteriza por dolor músculo-esquelético generalizado, sobre todo cuando se ejerce presión en puntos específicos del cuerpo. El dolor es similar al que da cuando hay problemas articulares, pero no es un dolor provocado por las articulaciones.
Las mujeres son el grupo poblacional más propenso a padecer esta enfermedad, si bien también puede afectar a los hombres. La fibromialgia es más abundante en pacientes de mediana edad, aunque esto no evita que se desencadene en otras etapas. Por lo general los síntomas se agravan mientras más edad tiene quien padece la enfermedad. Existen dos tipos de fibromialgia:
1. Fibromialgia primaria: Es la que se presenta como única alteración, sin estar acompañada de otras enfermedades.
2. Fibromialgia concomitante: Se presenta asociada a otras enfermedades, tales como la osteoartritis, la artritis reumatoide o lupus, la espondilitis anquilosante, entre otras.
La fibromialgia afecta la forma en la que el cerebro y la médula espinal reciben y mandan las señales de dolor o no dolor al cuerpo. Se produce por una hiperactivación de los receptores Nmetil-D-aspartato (NMDA) y de la sustancia P en el asta dorsal de la médula espinal. Esto hace que estímulos normales no dolorosos, se perciban con dolor. Estos estímulos pueden ser tan simples como la presión sobre un punto del cuerpo. Por eso se plantea que la fibromialgia, más que un dolor muscular, es un dolor neuropático en general.
Síntomas más frecuentes de la fibromialgia
El síndrome de fibromialgia presenta una gran variedad sintomatológica. Estos síntomas se observan sobre todo al levantarse por la mañana, pero pueden variar según la hora del día. También cambian a partir del nivel de cansancio y de estrés que tenga el paciente. Los síntomas pueden presentarse combinados entre sí, aislados o por etapas. Los síntomas pueden ser:
· Dolor y rigidez corporal.
· El 90 % de los pacientes padecen cansancio crónico.
· Entre el 70 y el 80 % de los pacientes padecen trastornos de sueño.
· Un 25 % de los pacientes padecen ansiedad o depresión.
· Cambios de estado de ánimo.
· Mala tolerancia al esfuerzo.
· Sensación de inflamación mal delimitada en manos y pies.
· Hormigueos difusos en las manos.
· Dolores de cabeza o cefaleas con migrañas.
· Resequedad en la boca y en los ojos.
· Dolores menstruales.
· Problemas de memoria, tales como la llamada niebla mental, o lagunas mentales y falta de concentración.
· Síndrome de colon o intestino irritable.
· Cistitis intersticial.
· Taquicardia postural.
· Dolor torácico.
· Dolor en el rostro o la mandíbula, incluyendo el trastorno de la articulación temporomandibular.
Causas y diagnóstico del síndrome de fibromialgia
Actualmente se han podido determinar las causas de la fibromialgia en algunos casos. Sin embargo, en una buena cantidad de pacientes, las causas de la fibromialgia siguen siendo un misterio para la medicina. Esto hace que la fibromialgia sea también una enfermedad difícil de diagnosticar. Sus síntomas son comunes con los de muchas otras afecciones. Por otro lado, no existe una prueba médica específica para determinar este síndrome, lo que provoca que tenga que realizarse un diagnóstico diferencial para ir descartando otras enfermedades.
Los investigadores han llegado a la conclusión de que hay algunos factores que pueden desencadenar la fibromialgia en los pacientes. Hay pacientes en los que la fibromialgia aparece después de procesos identificables, mientras que en otros se desarrolla sin causa aparente. Se ha demostrado que la fibromialgia puede surgir en estos casos:
· Después de un accidente automovilístico.
· Después de padecer una infección bacteriana o viral.
· En concomitancia con otra enfermedad que afecta la calidad de vida, como la artritis reumatoide, el lupus eritematoso, etc.
· Luego de una separación matrimonial o divorcio.
· Cuando hay problemas familiares o con los hijos.
· Por causas genéticas, en especial cuando ya hay otros miembros de la familia la padecen.
La mayoría de los médicos investigadores plantean que estos factores pueden ser desencadenantes, pero no deben considerarse causas de la enfermedad. Funcionarían más bien como activadores del síndrome de fibromialgia en personas que ya tienen una predisposición a padecer alteraciones en el sistema de regulación del dolor y el estrés.
Cómo afecta la fibromialgia el ritmo de vida y el descanso
Las personas que padecen de fibromialgia a veces no son comprendidas en su ambiente laboral o de convivencia familiar. Esta enfermedad no es degenerativa, por lo que no destruye los tejidos y órganos. Tampoco ocasiona lesiones ni deformidades. Y sin embargo, puede afectar la vida de los pacientes en muchas áreas que tal vez no se noten tanto. Esto hace que la fibromialgia no sea fácilmente comprendida socialmente, y ello trae dificultades para quienes la padecen.
Las situaciones que viven los pacientes con esta enfermedad provocan en muchos casos depresión y ansiedad. A veces los mismos familiares del paciente no logran comprender que el médico les diga que todos los análisis y radiografías son normales. Incluso entre algunos médicos existe la tendencia a clasificarla como enfermedad psiquiátrica, cuando no lo es. Sin dudas cuando está asociada a cuadros depresivos o ansiosos, es más difícil de abordar y su tratamiento conllevaría atender los cuadros psicológicos también, sin que eso implique que sea un problema psiquiátrico. Una buena comprensión por parte de los familiares, resulta de mucho beneficio para el paciente.
La fibromialgia puede afectar el ritmo de vida de los pacientes. El sentirse con cansancio muscular crónico limita la facultad de poder realizar actividades que requieran un mayor esfuerzo físico. Muchas veces en el entorno laboral esto se puede confundir con vagancia o falta de voluntad por parte del enfermo. Sobre todo cuando las personas no muestran ninguna afección física visible, se tiende a achacar los síntomas a “flojera” o pereza. Es por esto que es muy importante que el paciente de fibromialgia reciba una buena explicación por parte de su médico. El conocimiento de esto puede evitar que se sienta rechazado o más confundido.
Fibromialgia y alteraciones del sueño
Al comprender las limitaciones propias de este síndrome, el paciente podrá hacer los cambios necesarios y convenientes en su estilo de vida. Uno de estos cambios es relativo al descanso, que es otra de las áreas que se ve afectada por este padecimiento. La calidad de descanso puede disminuir con la fibromialgia. Los pacientes suelen declarar en las consultas que amanecen con la sensación de no haber descansado en toda la noche, o incluso de que se levantan más cansados de lo que se acuestan.
El sueño se ve afectado en la fase IV, por lo que es superficial y no se llega al descanso profundo. También se manifiestan cuadros de interrupciones o despertares nocturnos. Esta afección empeora los dolores, debido a que no se logra la regeneración muscular que debe ocurrir durante el sueño. Es por esto que los pacientes sienten el cuerpo más adolorido durante los días en que atraviesan por crisis de sueño.
De hecho, en personas con fibromialgia se han detectado algunas alteraciones neurobiológicas, tales como niveles bajos de serotonina. La serotonina es un neurotransmisor, y es conocida como “la hormona de la felicidad”. Tiene una gran importancia en la regulación del sueño porque es la precursora de la melatonina, que es a su vez la hormona reguladora de los ciclos circadianos (sueño-vigilia). La serotonina, además, es importante en la regulación cerebral del dolor tanto como en el estado de ánimo.
En los estudios de ondas cerebrales se ha determinado que los pacientes que padecen fibromialgia pueden conciliar el sueño más o menos sin problemas. La anomalía ocurre en la fase profunda del sueño, en la cual los registros electroencefalográficos detectan la intrusión de ondas alfa de alta frecuencia, que interfieren con las ondas theta y delta de baja frecuencia. Estas ondas alfa son similares a las que tiene el cerebro en estado de alerta. Esta anomalía se ha dado a conocer como fenómeno de intrusión de ondas alfa.
10 formas de tratamiento para la fibromialgia
Contrario a lo que se ha creído, sí existen tratamientos para mejorar este padecimiento y poder llevar una vida bastante normal. Sin embargo, lo que no hay hasta el momento es una cura definitiva. El tratamiento de la fibromialgia se enfoca en evitar o paliar los factores que pueden agravar los síntomas de la enfermedad. Estos factores son tanto de origen físico como psicológico. Veamos los puntos fundamentales que han tenido éxito en el tratamiento de la fibromialgia:
1) Medicamentos
Existe un grupo de medicamentos (por ejemplo, analgésicos locales) que ayudan a aliviar los dolores de la fibromialgia. Sin embargo, si bien dichos medicamente son muy útiles para los pacientes, este no es el único método que se debe seguir para mejorar los síntomas. Y por supuesto, tampoco se debe abusar de su consumo.
Los analgésicos locales que se inyectan para aliviar la fibromialgia tienen un efecto muy positivo, sobre todo cuando se combinan con masajes. Los calmantes son otro grupo de medicamentos que ayudan. También son efectivos los medicamentos que ayudan a elevar los niveles de serotonina, ya que esta hormona (que como vimos, es llamada “la hormona de la felicidad”) funciona como un neurotransmisor que mejora bastante los síntomas. Otros medicamentos útiles pueden ser los antidepresivos tricíclicos o la ciclobenzapina.
2) Tratamiento fisioterapéutico
Asistir a centros terapéuticos para recibir masajes, estiramientos musculares, terapias de calor localizadas en zonas de dolor, o incluso, tratamientos de electroterapia, son también recursos muy útiles y beneficiosos para el paciente con fibromialgia. No obstante, antes de empezar con algún tratamiento terapéutico fisioterapéutico, hay que consultarlo con el reumatólogo.
3) Ejercicios y actividades suaves
Practicar ejercicios o actividades físicas que no conlleven al inicio mucho esfuerzo muscular, es sumamente beneficioso para los pacientes. Este está entre los puntos más eficaces para el tratamiento de la fibromialgia. Se recomienda empezar por ejercicios suaves como:
· Caminar
· Nadar
· Practicar ejercicios aeróbicos
Posteriormente el paciente puede comenzar a hacer ejercicios en gimnasios, sobre todo junto con algún grupo de personas que padezcan la misma enfermedad. Es bueno ir poco a poco, incrementando el esfuerzo muscular paulatinamente. Hacer ejercicios por encima de la capacidad física actual puede empeorar el dolor.
4) Orientación psicológica
Puede ser útil acudir a terapias de orientación psicológica, sobre todo en casos en que la fibromialgia esté acompañada por cuadros de depresión y de ansiedad. Incluso para aquellos pacientes que no presenten dichos cuadros, puede resultar positivo recibir ayuda psicológica que les permita comprender los límites de la enfermedad y la forma de superarlos. Muchas veces los pacientes deben realizar cambios conductuales que les ayuden a afrontar mejor los síntomas.
La orientación psicológica también podría ser recibida por los miembros de la familia del paciente y por sus compañeros de trabajo, ya que esta enfermedad no suele ser muy comprendida en los ámbitos sociales. En los últimos tiempos, también la práctica denominada mindfulness ha demostrado ser eficaz para el tratamiento de la fibromialgia por vía psicológica y mental.
5) Actitud paciente y positiva
Mantener una actitud positiva y paciente hacia nosotros mismos es fundamental para atravesar con éxito la fibromialgia. También es importante no ofuscarnos ante los eventos del día a día que puedan resultar desagradables. Hay que tener en cuenta que una de las posibles causas de la fibromialgia es tener una excesiva preocupación por los problemas de la vida diaria.
Se debe poner en práctica un cambio de mentalidad que genere también una eliminación del comportamiento que genere estrés. De este modo estaremos evitando tanto provocar los síntomas como agravarlos. Asumir esta actitud positiva y paciente es también válida para aquellos que forman parte del mundo del paciente. Lo ideal es crear un ambiente relajado y libre de exigencias apremiantes.
6) Cambiar las malas posturas corporales
A veces tenemos costumbres que nos llevan a asumir posturas corporales que pueden agravar los síntomas de la fibromialgia. Es importante modificar esos hábitos, de manera que podamos atenuar también los dolores. Por ejemplo, a veces, mientras estamos de pie o sentados, solemos apoyarnos o “tirarnos” más de un lado del cuerpo que del otro, y ello ocasiona una presión innecesaria que fuerza las inserciones musculares y conduce al dolor.
Algo semejante ocurre cuando cargamos objetos demasiado pesados que, al forzar la musculatura, provocan dolores. Otro ejemplo de esto ocurre cuando permanecemos sentados mucho tiempo, sin darnos cuenta de que el asiento que usamos día a día no es cómodo o no cumple con los principios básicos de la ergonomía, que es la ciencia que estudia la relación adecuada del ser humano con los objetos de uso.
7) Evitar la obesidad
A los pacientes con fibromialgia se les recomienda evitar la obesidad. En caso de ya tener obesidad cuando aparece la fibromialgia, se debe tratar de bajar de peso hasta alcanzar el peso normal según la estatura y la edad. Lo que sucede es que la obesidad es un importante factor de sobrecarga músculo-tendinosa. Esto quiere decir que el exceso de grasa corporal en las personas obesas ejerce una sobrecarga en las articulaciones, y ello puede provocar dolor en cualquier persona, especialmente en quienes padecen fibromialgia.
8) Descansar lo suficiente
El reposo es muy importante para mejorar los síntomas de la fibromialgia. Lo ideal es cumplir con las 8 horas de sueño diarias que recomiendan los especialistas. Así que, si por casualidad tu sueño fue interrumpido durante la noche, te recomendamos que hagas una siesta ese día, porque eso te ayudará a recuperar las horas.
Además, debes asegurarte un equipo de descanso adecuado, que te ayude a compensar los dolores que puedas llegar a sentir en algunas de las posturas de sueño. En la actualidad se encuentran en el mercado buenas opciones de accesorios especialmente diseñados para la fibromialgia, tanto almohadas como colchones.
9) Disminuir el estrés mediante actividades lúdicas
Practicar actividades lúdicas o tener hobbies, es algo que siempre va a ayudar a disipar el estrés y a mejorar el estado de ánimo. Salir a dar un paseo, sentarse en un parque o un lugar natural a disfrutar del ambiente, escuchar música agradable, tocar algún instrumento musical (incluso aprender a tocarlo), cantar, pintar, jugar juegos de mesa en compañía o en solitario, conversar con amigos, etc. Todas estas son actividades que evitan el estrés y generan felicidad y bienestar.
10) Evitar el tabaco y los estimulantes
El hábito de fumar puede empeorar los síntomas de la fibromialgia. En ciertos estudios se ha demostrado que el consumo de tabaco agrava la fibromialgia y la hace más difícil de tratar. Además, el tabaquismo incrementa el daño a las arterias del cuerpo, lo que lo hace más vulnerable a la arterosclerosis. Las bebidas estimulantes como el café y el té, o los chocolates, pueden causar tensiones musculares que agraven el dolor de la enfermedad en personas que la padezcan. En esos casos se recomienda no consumirlos, o hacerlo muy de vez en vez. Estos alimentos se deben evitar especialmente unas horas antes de ir a dormir.
¿Cuál es el mejor equipo de descanso para las personas con fibromialgia?
Como vimos arriba, uno de los asuntos que no se deben dejar pasar por alto en el tratamiento de la fibromialgia, es el de lograr descansar bien. Dentro de este punto, tener un equipo de descanso adecuado es muy importante. Tanto el colchón como el tipo de almohada son fundamentales para mejorar la calidad de descanso de los pacientes. Es importante destacar que, si el colchón se encuentra en mal estado o tiene demasiados años, lo ideal será comprar uno nuevo. Los colchones con materiales vencidos suelen ser muy incómodos.
Las 4 características básicas de un buen colchón para la fibromialgia
Hoy en día encontramos en el mercado una buena variedad de colchones que se ajustarán bien a las necesidades de una persona con síndrome de fibromialgia. Sin embargo, hay 4 características fundamentales que no deben pasarse por alto al elegir un colchón para personas con fibromialgia. Veamos cuáles son:
1) Colchones de firmeza media a media-alta
La firmeza del colchón es uno de los aspectos principales a tomar en cuenta en el momento de elegir el mejor colchón. En este caso, el más indicado deberá ser un colchón de firmeza media, ni muy blando ni muy duro. No obstante, hay que decir que en casos específicos puede que convenga un colchón de firmeza media-alta.
El nivel de firmeza debe depender del peso corporal del usuario y de su posición preferida para dormir. Si el colchón es muy suave, el cuerpo se hundirá y será muy complicado cambiar de posición. Esto puede afectar a los pacientes de fibromialgia, porque les puede causar dolores o incomodidades al tener que hacer mayor esfuerzo físico durante el sueño.
Sin embargo, un colchón demasiado duro tampoco es adecuado, porque va a ejercer más presión en los puntos de apoyo y puede provocar dolores también. La firmeza de media a media-alta es la ideal. Además, este tipo de firmeza estimula la circulación sanguínea hacia las articulaciones, y esto se traduce en un alivio para los que padecen fibromialgia.
2) Adaptabilidad de la superficie del colchón
Tanto como la firmeza, debemos tener en cuenta la adaptabilidad de la superficie del colchón al cuerpo. Se recomienda un colchón que se amolde bien al cuerpo, ya que así la superficie ejercerá poca presión sobre los puntos de apoyo. Esto fomenta un alivio del dolor corporal tan frecuente en la fibromialgia. Es importante que el colchón cuente con una capa superior gruesa, que brinde buen confort al cuerpo gracias al acolchado. Lo mejor es que la superficie sea lo más lisa posible.
3) Buen apoyo a la columna vertebral
Otro factor importante es que el colchón ofrezca buen apoyo o soporte a la columna vertebral durante el reposo. Evitar las malas posturas durante el sueño es fundamental para no agravar los dolores de la fibromialgia. Es por esto que debemos elegir un colchón que brinde buen soporte en cualquier posición de descanso. Conviene procurar que la columna mantenga una postura natural durante la noche.
4) Buena transpirabilidad
Es también importante tomar en cuenta que el colchón tenga buena transpirabilidad. Un colchón que guarde la humedad y el calor puede afectar la salud de las articulaciones y convertirse en una fuente de dolores corporales. En la actualidad los colchones de materiales sintéticos como la espuma viscoelástica se combinan con geles que hacen que sean más frescos. También se crean estructuras dentro de la misma espuma, que evitan que se acumule la humedad en su interior.
Mejores materiales de colchones para la fibromialgia
Los mejores tipos de colchones para la fibromialgia son los de espuma viscoelástica con firmeza de media a media-alta. La viscoelástica tiene la capacidad de adaptarse bien a la forma del cuerpo, y al mismo tiempo la firmeza media aporta un buen apoyo que evita los hundimientos. Estas características permiten que la columna vertebral pueda adoptar una posición natural, todo lo cual se traduce en menos dolor. Otras opciones son los colchones de muelles ensacados con capas superiores de viscoelástica. Y para aquellos que no disfrutan de la viscoelástica, siempre está la opción de los colchones de látex.
Colchones vibratorios para la fibromialgia
La última tecnología de colchones que ha tenido una repercusión positiva en el tratamiento de la fibromialgia, es la de los colchones vibratorios. Estos colchones tienen incorporado un sistema que brinda masajes sutiles durante las horas de sueño. Por lo general vienen con un dispositivo que permite programar antes de dormir los tiempos de vibración durante la noche.
Un estudio realizado por un equipo de doctores e investigadores del departamento de reumatología del Hospital del Mar, en Barcelona, demostró el efecto positivo del descanso en colchones vibratorios para los pacientes de fibromialgia. El estudio, publicado en inglés, se titula en español «Prueba de los efectos de la estimulación vibrotáctil suave en el alivio de los síntomas de la fibromialgia». Se analizaron los datos de 63 casos válidos dentro de un total de 77. Todas las pacientes fueron mujeres, ya que son las más afectadas por esta enfermedad.
El estudio consistió en que las mujeres con fibromialgia durmieran durante 3 semanas en un equipo de estimulación corporal extensa con vibraciones mecánicas suaves. Estas vibraciones se administraban en un total de 3 horas durante las horas de sueño a las pacientes de fibromialgia. Las conclusiones del estudio demostraron que la estimulación vibrotáctil tuvo beneficios generalizados sobre las sensaciones somáticas de dolor corporal y fatiga. Las vibraciones lograron reducir hasta un 20 % del dolor y hasta un 40 % de la fatiga. También mejoró significativamente la calidad del sueño de las pacientes.
En el mercado podemos encontrar una amplia gama de colchones que tienen varias funciones programables de masajes por vibración. Muchos de estos colchones están enfocados en mejorar o aliviar los dolores de la fibromialgia. Hay que tener en cuenta que las vibraciones deben ser suaves y no bruscas, ya que los pacientes con fibromialgia pueden percibir con dolor el contacto por presión en ciertos puntos del cuerpo. Lo ideal es consultar al reumatólogo antes de usar uno de estos colchones, y que sea este quien recomiende un plan nocturno según las características de cada colchón y de cada paciente.
Qué tipo de almohada es mejor para la fibromialgia
El uso de una almohada adecuada va a ayudarnos a apuntalar bien el cuerpo durante las horas de sueño. En el caso de las personas que padecen de fibromialgia, contar con la almohada adecuada puede marcar la diferencia para tener o no una buena calidad de sueño. La almohada ideal para los pacientes con fibromialgia será la que permita que las articulaciones se apoyen y al mismo tiempo se puedan relajar sin ejercer ninguna presión en ellas durante la noche. Hablamos de una almohada que tenga suficiente firmeza y que al mismo tiempo sea de tacto suave.
Los mejores materiales de relleno para las almohadas son el gel de microfibra, las de espuma viscoelástica trituradas o bien las de memory foam; si bien las de látex y las de poliéster pueden darnos una grata sorpresa. En cuanto a la forma y tamaño de las almohadas, existen varias que tienen un efecto positivo sobre la calidad de descanso en las personas con fibromialgia. Veamos cuáles son:
Almohadas en forma de U
Estas almohadas corporales que tienen forma de U, también conocidas como “almohadas para embarazadas” (si bien no son ellas las únicas que las usan) son muy efectivas para la fibromialgia. Esto se debe a que brindan apoyo a todo el cuerpo durante la noche. Este tipo de almohadas hace que las caderas se mantengan alineadas, gracias a lo cual el cuerpo permanece cómodo por más tiempo sin necesidad de cambiar de posición durante la noche. También permiten que disminuya la presión corporal al dormir, lo que evita los dolores al máximo.
Almohadas ajustables
Las almohadas de tipo ajustable son perfectas para los pacientes de fibromialgia. Este tipo de almohadas viene con un sistema de capas internas que se pueden retirar o poner según se necesite, con el objetivo de lograr la altura más conveniente para quien la usa. Si la almohada te resulta muy alta, puedes retirar una capa para hacerla más abaja, o viceversa. Esto garantiza que la presión de la almohada sobre el cuello sea siempre la adecuada.
Almohadas que regulan la temperatura
Algunos estudios han demostrado que las almohadas que mantienen una buena temperatura corporal mejoran las dolencias de la fibromialgia durante el sueño. Tal es el caso del estudio realizado por los investigadores japoneses Kawabata y Tokura, del Departamento de Ciencias Vivas y Culturales, Osaka Shin-ai Jr. College. El estudio se titula «Efectos de dos tipos de almohadas sobre las respuestas termorreguladoras durante el sueño nocturno».
Reducir la temperatura corporal durante la noche puede mejorar la calidad de sueño. Esto reduce la sudoración nocturna, ralentiza los latidos del corazón y permite llegar más fácilmente a la etapa del sueño profundo. Todo esto es muy positivo para las personas que padecen de fibromialgia, ya que para ellos esa etapa avanzada del sueño suele ser difícil de alcanzar.
Almohadas con diseño para la cervical
Este tipo de almohadas es ideal para quienes padecen fibromialgia, ya que brindan un buen soporte al cuello y a los hombros. Esto hace que disminuyan los dolores articulares en esa zona. Además, este tipo de almohadas tiene otro beneficio, y es que evita que aparezca la apnea de sueño, que es una de las causas de interrupciones del sueño. Con frecuencia la apnea está combinada con la fibromialgia, lo que conlleva a tener un sueño poco profundo e inestable. El diseño de este tipo de almohadas tiene en cuenta las dimensiones y formas de la cabeza, del cuello y de los hombros, para evitar malas posturas y así poder generar un descanso excelente.